El tema violencia y videojuegos está instalado hace bastante tiempo ya, tal vez desde el auge de los primeros centros de recreación con fichines, donde los niños y jóvenes iban a “perder el tiempo en vez de hacer algo productivo y edificante”. En la actualidad podemos encontrar estudios, teorías, debates, etc., y en variados formatos, que giran en torno a la violencia y los videojuegos; con títulos como “Los Niños y los Juegos de Video: Jugando con la Violencia”1, “Controversia en los videojuegos”2 o “Violencia y videojuegos”3, entre otros y citando algunos de los más serios y menos amarillistas.
La realidad es que hay un ejército de profesionales que están trabajando en desmitificar estas relaciones, en la mayoría de casos, negativas y en desmedro del videojuego. Y no solo eso, si no que acentúan sus trabajos en la potencialidad del objeto como herramienta en el área de educación, salud, formación, investigación, etc., partiendo desde dos puntos base:
1- El juego es una característica de la especie humana (Huizinga, 1972) y, ya está ampliamente aceptado que se puede aprender jugando.
2- Las relaciones y procesos humanos están siendo mediados tecnológicamente de modo ya irreversible.
Aun así, sigue existiendo detractores de los videojuegos y de ciertos objetos tecnológicos como los teléfonos celulares y las computadoras hogareñas, que demuestran en sus discursos estar bastante desinformados o influenciados por “estudios científicos” de dudosa autoría, calificación y procedencia.
Es mi juicio descreer absolutamente que el comportamiento violento de una persona, sea niño/a, adolecente o adulto/a, sea el resultado de algún grado de exposición a los videojuegos, es más, a esta altura me parece risoria la idea. Caso contrario, seria yo uno de los peores psicópatas, asesinos, violentos y cínicos que haya existido. Además, las peores masacres y actos violentos de la humanidad ¿No están ubicados temporalmente en épocas donde no existían los videojuegos?
Creo que los adultos, en especial padres y madres, somos quienes debemos estar atentos informados y conscientes que los extremos siempre son perjudiciales, que para todo hay medida y que un videojuego o dispositivo electrónico, no puede ser utilizado irresponsablemente como un “chupete electrónico” ni mucho menos, aun, reemplazar a un padre, una madre o una niñera/o en el rol de transmisor de valores.
Lawrence Kutner, profesor de psicología del Departamento de Psiquiatría del Hospital General de Massachusetts, y Cheryl Olson, instructora clínica de psiquiatría del MGH, miembros de la facultad de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard, son un matrimonio que hicieron una investigación y recopilaron datos hablando directamente con padres de niños que rondaban los 13 años de edad y dedicaban gran parte de su tiempo a jugar videojuegos, en su mayoría, los mal llamados “videojuegos violentos”. Una vez concluido dicho estudio, realizado durante dos años entre más de 1200 niños y niñas, llegaron a la conclusión de que no existe ninguna conexión entre los videojuegos y las actitudes agresivas de estos y que los videojuegos, incluso los violentos, no pueden ser categorizados como "buenos" o "malos". Si aclaran que los riesgos son más sutiles y no siempre están relacionados con la violencia. En 2008 publicaron un libro llamado "Grand Theft Childhood: The Surprising Truth About Violent Video Games and What Parents Can Do"4 (La sorprendente verdad sobre los videojuegos violentos y qué pueden hacer los padres), que ofrece una discusión en profundidad de su estudio multidisciplinario y consejos prácticos para los padres. Hasta el día de hoy es el estudio más completo y académicamente aceptado que existe.
A los simples mortales nos queda remitirnos a este tipo de investigaciones de valor comprobado e informarnos responsablemente antes de opinar para no estar repitiendo y repartiendo falacias. A los mortales más frikis como yo, se nos suma la tarea de seguir creando videojuegos, contribuyendo conscientemente así al patrimonio cultural de nuestra época y esforzándonos cual Kratos en el “Desafío de los Dioses” (God of War. 2005), para lograr que cada vez sean más los amantes de este hermoso arte.
4- https://hms.harvard.edu/news/fall-2008-bookshelf
HUIZINGA, J. Homo Ludens. Madrid, Alianza, 1972.