Hay dos tipos de gastos: generales e individuales.
El casero y el inquilino tienen que ponerse de acuerdo
en los gastos que paga cada uno.
El casero paga los gastos generales
(por ejemplo, los gastos de la comunidad de propietarios
o la limpieza del portal).
El inquilino paga los gastos individuales
(por ejemplo,
el agua, la luz, el gas o el teléfono).
En otros casos,
pueden acordar
qué gastos paga cada uno.