De convicciones anarquistas, se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), donde tuvo una activa participación. De la época de la Guerra Civil destacan sus crónicas, ilustradas con imágenes de Kati Horna y, sobre todo, su obra autobiográfica Éxodo. Diario de una refugiada española (1940), que apareció inicialmente por entregas en la revista mexicana Hoy y publicó más tarde la editorial Minerva, fundada en el exilio por su compañero Ricardo Mestre. El libro, prologado por León Felipe e ilustrado por Francisco Carmona, supuso uno de los primeros y más importantes testimonios del exilio republicano al narrar las dramáticas experiencias vividas desde la Barcelona sitiada hasta el paso a Francia y la huida en el Ipanema con destino a Veracruz. En México, país que la acogió hasta su muerte, continuó su carrera literaria con el libro de prosas líricas Madréporas (1944), que ilustró Ramón Gaya, además de cuentos para la revista Aventura, crónicas mexicanas, novelas comerciales (Rosas imperiales, La dicha está aquí), varios títulos infantiles (La cola de la sirena, Mingo, el niño de la banda, La cenicienta china, La bruja vestida de rosa) y relatos (Esperanza, la miliciana), junto a críticas y multitud de otras colaboraciones periodísticas en prensa y radio. Murió en México en 2004.