A medida que he continuado desarrollando mi portafolio digital profesional, he reafirmado la importancia de mantener una estructura clara, visualmente organizada y funcional. La estrategia de agrupar los artefactos por categorías sigue siendo efectiva, pero ahora también reconozco el valor de integrar video guía de la página y botones de navegación, lo cual enriquece el contenido y permite evidenciar el proceso de crecimiento. He comenzado a incluir vínculos directos no solo a proyectos, sino también a rúbricas, comentarios recibidos y autoevaluaciones, lo que convierte el portafolio en un espacio más dinámico de metacognición.
En esta etapa, el portafolio digital se ha transformado en una herramienta estratégica, no solo para documentar mi aprendizaje, sino también para proyectar mi identidad profesional. Lo veo como una carta de presentación activa, útil tanto en el ámbito académico como en escenarios laborales. He fortalecido secciones relacionadas con competencias clave, y estoy desarrollando nuevas páginas que destaquen mi experiencia con herramientas de inteligencia artificial aplicadas a la educación. Considero que para mantener su relevancia, el portafolio debe actualizarse constantemente y adaptarse a nuevas metas y contextos. Por eso, sugiero que dentro del programa se incluyan espacios regulares de revisión, retroalimentación entre pares y mentoría para potenciar su calidad.
Los artefactos en un portafolio digital profesional deben organizarse de manera lógica y estructurada para facilitar la navegación. Econtré efectivo el agruparlos por categorías, creando "subpages" para simplificar el header y que tenga una navegación más sencilla. Por ejemplo, todas las clases se encuentran bajo la categoría "Cursos" y muestran todos los proyectos realizados. Igualmente, todas las dimensiones se encuentran bajo "AECT".
Un buen diseño de portafolio digital debe ser visualmente atractivo, funcional y fácil de navegar. Debe verse limpio y organizado, con un diseño adaptable a dispositivos móviles. También encuentro esencial que incluya elementos interactivos, como enlaces directos a proyectos o muestras de trabajo.
La mejor manera de compartir un portafolio digital es mediante enlaces accesibles y personalizados.
Un portafolio digital ayuda a la autoevaluación cuando el estudiante lo está preparando porque le hace reflexionar sobre su desarrollo y progreso. Al documentar proyectos, habilidades adquiridas y metas alcanzadas, se puede identificar áreas de fortaleza y aquellas que necesitan mejoras. Además, al revisar el portafolio regularmente, uno puede ver la profundización del análisis crítico, los temas dónde más uno se destaca, las distintas herramientas que se van añadiendo, entre otras.
Existen diversas herramientas para crear portafolios digitales, entre ellas WordPress, Wix, Google Sites y Behance. La elección de la mejor herramienta depende del propósito del portafolio y del nivel de experiencia del usuario. En este caso, para trabajar más rápido, utilicé Google Sites por su facilidad de uso y por su integración con otros servicios de Google.
El portafolio digital se puede integrar en la búsqueda de empleo al incluir enlaces de currículums, perfiles de redes profesionales y cartas de presentación. También puede ser utilizado durante entrevistas como soporte visual para demostrar habilidades y logros. Un portafolio bien diseñado puede diferenciar al candidato al proporcionar evidencia tangible de su experiencia y competencias, aumentando así sus posibilidades de éxito.
Para la búsqueda de empleo, un portafolio digital debe presentar profesionalmente a la persona, tener muestras de proyectos destacados, un resumen de habilidades, experiencias laborales relevantes, certificaciones y una forma de contacto.
La estructura del portafolio debe resaltar las habilidades y competencias más relevantes desde el inicio. Esto se puede lograr con una página de inicio que destaque los logros más importantes y un menú claro que permita explorar secciones específicas. Cada sección debe incluir ejemplos concretos, como proyectos realizados o indicadores de desempeño, acompañados de descripciones que expliquen su relevancia y el impacto generado.
Los proyectos o trabajos incluidos deben ser representativos de las habilidades de la persona. Esto puede incluir estudios de caso, muestras de diseño, análisis de datos, presentaciones o programas implementados. También es útil incluir proyectos colaborativos para demostrar habilidades interpersonales, así como iniciativas individuales que destaquen la capacidad de liderazgo e innovación.