MAPAS DE VULNERABILIDAD

OPTIMIZADO PARA PC O TABLET · SE RECOMIENDA NO NAVEGAR CON MÓVIL

OBJETIVO

Estos mapas muestran qué zonas de Navarra son más vulnerables al COVID-19 en función de las características de su población.

La idea es relacionar la mortalidad observada en la pandemia con la estructura demográfica (sexo y edad). Dicho de otra manera: si conocemos qué perfil tienen las personas que fallecen por coronavirus, localicemos sobre un mapa dónde viven... y tratemos de sacar consecuencias útiles para la gestión de la crisis sanitaria y la futura etapa de "desconfinamiento".

CONTENIDO

Los dos mapas que se presentan usan las mismas fuentes de datos (estructura de la población y mortalidad), pero calculan la vulnerabilidad desde diferentes puntos de vista: con y sin el volumen de población de cada sección censal (ver explicación metodológica). Esto dibuja dos escenarios estadísticos:

  • Mapa 1 - Vulnerabilidad zonal: Muestra dónde se concentran las personas más vulnerables. Indicaría en qué zonas podría haber un número mayor de casos serios.

  • Mapa 2 - Vulnerabilidad personal: Indica cómo es de vulnerable el habitante medio de una zona. Estimaría la seriedad de cada caso que se presentara.

Una advertencia importante es que la vulnerabilidad no es lo mismo que el riesgo, en cuyo cálculo habría que manejar otros factores como la exposición a una determinada amenaza, en este caso el COVID-19. Por ejemplo, un varón de ochenta o más años se encuentra en la cohorte de población que más puede sufrir con esta enfermedad y, por tanto, deberíamos considerarlo muy vulnerable. No obstante, si vive solo en una isla, alejado del contacto frecuente con otras personas, su riesgo será muy escaso.

Por tanto, estos mapas no necesariamente valoran el riesgo frente a la enfermedad, ni la probabilidad de contagio. Lo que indican es la fragilidad potencial de la población frente a la amenaza de la enfermedad, debida preferentemente a su estructura demográfica.

La comparación de los dos mapas parece estar dibujando dos caras del mismo fenómeno, ambas interesantes por lo que pueden aportar.

En el primero, aparecen muy representadas en el grupo de máxima vulnerabilidad las secciones censales con un alto número de habitantes y una estructura demográfica madura. Estas se concentran, en buena medida, en el área urbana de Pamplona.

Por contra, las zonas más despobladas de Navarra destacan como poco vulnerables: Valles Pirenaicos, Cuenca de Lumbier-Aoiz y la Zona Media, a pesar de estar fuertemente envejecidas. Casi todos los residentes en esas áreas son personas con perfil de riesgo, pero en conjunto son pocos, así que desde el punto de vista de la vulnerabilidad zonal o absoluta apenas destacan.

Algo muy diferente a lo que pasa cuando examinamos el segundo mapa. Aquí son precisamente esos espacios regresivos, con un alto nivel de envejecimiento y una tradicional pérdida de habitantes, los que aparecen situados en los primeros puestos del ranking de vulnerabilidad.

En cualquier caso, los dos mapas no son del todo simétricos. Echando un vistazo detallado a los barrios del área urbana, se aprecian ejemplos tanto de secciones censales muy vulnerables desde el punto de vista zonal y personal (la que acoge la Casa de Misericordia es probablemente el ejemplo paradigmático), como de todo lo contrario (la urbanización de Sarriguren destaca entre todos ellos).