E. platyacanthus prospera en luz solar directa y temperaturas entre 20 °C y 30 °C, tolerando el calor pero no las heladas. Necesita un sustrato bien drenado, con riegos moderados y permitiendo que el suelo se seque completamente entre riegos. Prefiere ambientes secos, ya que la alta humedad puede causar enfermedades. Durante la primavera y el verano, se recomienda aplicar un fertilizante equilibrado en dosis bajas. Estas condiciones son clave para su salud y crecimiento. 

E. platyacanthus, conocido comúnmente como biznaga dulce, tiene múltiples aplicaciones que destacan su relevancia cultural y ecológica. Uno de sus usos más conocidos es en la gastronomía, donde su pulpa se transforma en acitrón, un dulce tradicional mexicano que se obtiene al cristalizar la parte carnosa del cactus.

Además de su valor culinario, esta especie se cultiva con frecuencia como planta ornamental. Su atractiva forma y espinas distintivas la convierten en una opción popular para jardines y macetas. En algunas comunidades, también se le atribuyen propiedades medicinales, aunque este uso es menos generalizado.

Ecológicamente, la biznaga desempeña un papel vital en su hábitat, proporcionando alimento y refugio a diversas especies de fauna local. Así, esta planta no solo embellece los paisajes, sino que también contribuye a la salud de su ecosistema.