Los caramelos

En el buche, seno o, dicho en murciano, “sená”, que forma la túnica al recogerla en la cintura, el nazareno lleva sobre todo caramelos y algunos otros comestibles, como huevos duros, monas de Pascua, pequeños bocadillos o habas frescas y también estampas de los pasos, medallitas, escudos de la cofradía y obsequios varios que entrega al público.

La entrega de caramelos y otros obsequios no es exclusiva de Murcia, pero en Murcia adquiere más protagonismo que en ningún lugar. El origen de esta entrega de caramelos debemos buscarlo, en las ofrendas que los nazarenos realizaban para que se perdonasen sus pecados. A lo que hay que sumar que muchos de ellos, sobre todo los estantes, venían de la huerta que había alrededor de la ciudad, y como pasaban muchas horas fuera de sus casas y eran gente de pocos recursos y bastantes estrecheces, traían consigo su comida o cena para reponer fuerzas, comida que acabaron compartiendo con los espectadores, lo que constituye, en definitiva, una hermosa tradición, un signo del compartir entre cofrades y espectadores y una expresión de la generosidad de la tierra murciana y de quienes la habitan.

¿Todas las procesiones murcianas son iguales?, no. Las hay de corte clásico, con entrega de caramelos y otros obsequios y en las que los cofrades lucen, en mayor o menor medida, la túnica que entremezcla ingredientes barrocos y huertanos, y las hay, también, que prescinden de esos elementos y se muestran más rigurosas.