CAPÍTULO II 

SUMÉRJASE EN LA ABUNDANCIA INFINITA 

de LAURO TREVISAN



Su derecho a las riquezas es

tan natural como el agua

que usted bebe.



¿Para quién imagina que fueron creadas las riquezas del universo?

Entre en un bosque y quedará extasiado por la exuberancia, extravagancia y prodigalidad de la naturaleza.

Billones y billones de plantas, billones de flores de belleza indescriptible, billones de frutos, que se multiplican en nuestras plantas. Mire, con los ojos de la mente, el subsuelo y verá minas incalculables cuya riqueza puede dar vida abundante a todos los seres de este planeta hasta el fin de los tiempos. Mire a los océanos y haga la prueba de calcular las riquezas que allí se encuentran. Trate de dar un precio a cada estrella de nuestra galaxia y note que, hasta hoy, no se sabe qué utilidad ellas tienen. Mire el sol e imagine cuánto vale la luz, el calor y la vitalidad que él irradia. Elimine el sol de nuestro planeta y la vida terminará. Sume usted los animales, las aves, los peces, los procesos químicos de la naturaleza, la vida que se expande por todas partes, el aire, los ríos, los lagos, el oro que existe en las entrañas de la tierra, la plata, el cobre, los minerales, en fin, póngase a pensar en la inagotable abundancia del universo...

"Mirad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan, ni hilan, y, sin embargo, os digo que ni Salomón, con toda su gloria, se vistió como uno de ellos". Quien afirmó esto fue Jesucristo.

Mire ahora al interior de la mente humana y calcule las riquezas fantásticas e inagotables que de ella pueden ser extraídas. Todo lo que usted ve por ahí es fruto de la mente humana: el refrigerador, la radio, el computador, el avión, el tren, la pared, la lámpara, los muebles, el bolígrafo, la música, los cuadros de arte, la literatura, la cocina, el automóvil, la máquina de escribir, las cosas, los satélites, la aspiradora, el navío, las usinas, prácticamente todo lo que está delante de sus ojos es creación del hombre.


DIOS ES EL PRIMER RICO


Dios es mayor rico del universo. La creación es obra del Padre.

Sin tener necesidad de la riqueza, Dios creó todo lo que existe e hizo nadar al mundo en la abundancia.

Abra la primera página de la Biblia y lea:

"En el principio creó Dios el cielo y la tierra... Y dijo Dios: Hágase la luz; y se hizo la luz. Y dijo también Dios: Hágase el firmamento. Dijo también Dios: Produzca la tierra hierba verde que dé su simiente y produzca árboles que den fruto, según su especie, y que contenga su simiente en sí mismos, para reproducirse sobre la tierra. Y dijo Dios, también: Háganse los luceros en el firmamento del cielo. Y dijo Dios también: Produzcan las aguas animales vivientes, que naden en las aguas; y aves que vuelen sobre la tierra..."

"Y El los bendijo y les dijo: Creced y multiplicaos, y llenad las aguas del mar; y las aves se multipliquen  sobre la faz de Dios también: Produzca la tierra animales vivientes, domésticos, reptiles y salvajes..."

Observe, por tanto, todas las riquezas del mundo con ojos de alegría y admiración.


TODAS ESAS RIQUEZAS SON PARA USTED


"Dijo también Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, el cual presida los peces del mar, las aves del cielo, los animales, y a todos los reptiles, que se mueven sobre la tierra, y domine en toda la tierra.

"Y el Señor Dios tenía plantado, al principio un paraíso, o jardín delicioso, en el cual puso al hombre, que había formado". (Gen. 2,8)

Todo lo que fue creado en el mundo es para usted. Usted es el rey de la creación. Usted es hijo de Dios, por tanto, es el dueño del universo. Las riquezas infinitas fueron creadas para que usted las domine y se sirva de ellas en abundancia. Sería, hasta inconcebible que Dios pródigo, inmenso, infinito, cuya bondad sobrepasa en cualquier gesto, fuera a crear hijos de su estirpe, a su imagen, de su propio ser, hijos de sus entrañas, para que vivan en la miseria, en el sufrimiento, en la enfermedad, en la carencia, en el temor por el futuro, al lado de tanta riqueza y prodigalidad sembradas en el mundo. Inconcebible. Ridículo. Inaceptable.

Jamás Dios condenó la riqueza, pues fue Él quien la creó.

Todas las riquezas fueron hechas para usted, pues el creador ya era rico en sí. Él poseía todas las riquezas del universo aun antes de crearlas.

De aquí en adelante, siéntase totalmente envuelto por la abundancia infinita.

Al ver una persona rica, bendígala y alégrese con ella, pues esa persona ya está usufructuando los bienes creados para todos los hombres.


LA RIQUEZA ES UN ESTADO DE ESPÍRITU


Dios creó el universo por el poder de la Mente Divina.

Usted creará sus riquezas por el poder de su mente. En verdad, la riqueza, tanto como la pobreza, son estados de espíritu.

Un campo sólo puede producir arroz, porotos, trigo, soja, cuando en él se plantan arroz, porotos, trigo y soja. Si usted planta en su tierra sólo espartillos, abrojos, espinos y hierbas dañinas, no querrá cosechar de ahí arroz, porotos, trigo y soja, porque no está en la naturaleza del espartillo, los abrojos, los espinos y las hierbas dañinas producir arroz, trigo, porotos y soja.

Así acontece con usted: todo lo que usted planta en su mente, usted lo cosecha en la realidad. La mente es como una labranza: lo que usted planta, eso es lo que recoge.

Si usted queda inmerso en pensamientos de carencia, de pobreza, de miseria, es eso lo que recoge.

"Sea hecha vuestra voluntad, así en la tierra como el cielo".

¿Cuál es su voluntad? ¿Cuál es su pensamiento?

Quiero recordarle la ley mental que dice así: lo semejante atrae lo semejante; pensamientos de riqueza atraen la riqueza; pensamientos de pobreza atraen la pobreza.

Usted es quien comanda su barco. No se queje a Dios si las cosas no andan bien. Quéjese a sí mismo y examine sus pensamientos. Lo que usted crea en la mente, infaliblemente se verificará en su vida.

Dios es usted mismo, esto es, Dios sólo puede actuar en usted por usted, de tal forma que usted usa el Poder Infinito a su beneplácito, dado que usted es libre. Sólo que usted nunca escapa a las leyes inmutables que rigen nuestro universo: usted cosecha sólo lo que siembra. Si siembra pensamientos negativos, recogerá resultados negativos; si siembra pensamientos positivos, de abundancia, cosechará abundancia.

Todo está en usted. Decídase a vivir lleno de bienestar desde hoy y, desde hoy "lloverá en su huerta", como dice un dicho popular.

Dios es rico; usted es hijo de Dios; luego, usted es rico.


PARE DE CONDENAR LA RIQUEZA


¿Usted ya oyó hablar del vil metal? Pues es ése el nombre que mucha gente da al dinero.

Ya oí muchas otras afirmaciones negativas como éstas: el dinero es cosa del diablo; es un mal necesario; malditos los ricos...Usted debe haber oído conferencias y sermones condenando la riqueza y enalteciendo la pobreza.

He tenido contacto con personas que me dicen, temerosamente como si estuvieran cometiendo un pecado, que les gustaría ganar más dinero a fin de dar más confort a la familia, e inclusive, para ayudar aun más a las personas y obras necesitadas. Pero se apresuran a agregar, como si estuviesen cometiendo una flaqueza: – Pero, no es que yo quiera ser rico. Sólo lo suficiente. Lo necesario.

Esa forma de pensar lleva a la interpretación subjetiva de que la riqueza es un mal y la pobreza es un bien.

Hay ahí un equívoco.

Así como la salud es un bien y la enfermedad una anormalidad en el orden del universo, de la misma manera la riqueza es un bien y la miseria una anormalidad en la abundancia del universo.

Lo que existe de condenable es sólo el pensamiento y el sentimiento negativo en relación a la riqueza y   éstos son la ganancia, la usura, la explotación, la envidia, la rapiña, el pesimismo, el sentimiento de  carencia, la crítica, el resentimiento, la avaricia, el miedo, el egoísmo, la prepotencia.

Mire al pez nadando alegre y tranquilamente dentro del agua. Él vive en medio del agua, que le es necesaria para la vida y, sin embargo, el agua no está dentro de él. Haga así con las riquezas. Viva sumergido en la riqueza, pues ella es un don divino a su disposición, pero no deje que la riqueza entre dentro de usted.

Siéntase envuelto por la abundancia, desee abundancia para poder moverse libremente a todos lados, alegre y tranquilamente. Inunde su mundo exterior con los bienes y haga circular la riqueza también hacia los otros; así como el pez vive en el medio del agua, vive del agua, pero deja el agua para que los demás peces lo usufructúen y vivan plenamente.

El dinero no es vil, sino un símbolo de la riqueza de Dios. El dinero significa la casa, el mueble, la comida, la vestimenta, las cosas agradables, en fin, todo aquello que está a su servicio.

Como dice el salmo: "La tierra está llena de la benignidad del Señor".


¿POR QUÉ LOS BUENOS PASAN PRIVACIONES Y LOS MALOS CONSIGUEN TODO LO QUE QUIEREN?


He ahí una afirmación muy frecuente, pero totalmente equivocada.

Como ya sabe, existe un Poder Infinito, dentro de usted, que es accionado por el pensamiento. Toda causa produce el efecto correspondiente. Toda acción produce su propia reacción. Quien produce maldades, sólo puede recibir, como consecuencia, la maldad. El amor produce el amor, el odio produce el odio.

Jesucristo afirmó cierta vez que todo árbol bueno produce buenos frutos y todo árbol malo produce malos frutos.

Entonces, es imposible que alguien enriquezca y tenga beneficios si se pasa la vida engañando a los otros, impidiendo el progreso de los otros o cometiendo injusticias. No conozco a nadie, en este mundo, que se haya beneficiado aprovechándose de los demás, porque el mal nunca podrá producir el bien. Cuando alguien roba, explota, despoja a otro, en verdad se está robando y perjudicando a sí mismo, pues su mente está invadida por sentimientos de carencia, de agresividad interior, de inquietud, de remordimientos, de miedos y el resultado será la pérdida de lo que así haya ganado, si bien la pérdida puede estar representada por enfermedades, insomnio, nerviosismo, soledad, úlceras, cáncer o pérdida de prestigio, pérdida de armonía en el hogar o de cualquier otra forma. Todo acto se paga a sí mismo. Nunca se encamine por esas sendas porque se hará daño. Además, sólo transitan por esos caminos tortuosos los ignorantes, o sea, aquellos que todavía no aprendieron que dentro de ellos mismos hay una fuente inagotable de riquezas, que es abastecida por el Creador.

Pero, tampoco es verdad que los buenos padezcan necesidad, y sean, en su mayoría, desafortunados.

Usted puede ser una buena persona y ser rico, y puede ser una buena persona y ser pobre. Usted puede ser una buena persona y estar enfermo, y puede ser una buena persona y estar sano.

Si es una buena persona y tiene su mente impregnada de pensamientos de pobreza y de carencia, es eso lo que usted obtendrá. Si aprendió que no debe aspirar a las riquezas y que el dinero es cosa del diablo, su subconsciente, atenderá a su pensamiento eliminando de usted la riqueza. No importa que usted sea bueno y rece doscientos rosarios por día ni vaya a misa todos los domingos. Usted recogerá aquello que ha sembrado en su mente. ¿Cuál es su oración verdadera? Su oración verdadera es su pensamiento. Si entiende que debe ser pobre, su subconsciente hará que usted quede pobre. Todo pensamiento que su subconsciente acepta como verdadero, mueve cielos y tierras para tornarlo realidad física. Por otra parte, usted puede ser una persona buena y sumergirse en la abundancia divina, que fluye amorosamente hacia usted como una lluvia torrencial.


USTED NO ES POBRE PORQUE LOS RICOS SON RICOS


Ponga delante de usted un balde con agua. Ahora reúna a doscientas personas en fila y haga que, una por una, saquen un vaso con agua para beber. Si los primeros sacaron el vaso lleno de agua, los últimos no tendrán agua para saciar su sed. Pues, es así como mucha gente piensa respecto a la riqueza. Piensan que muchos no tienen nada porque otros son ricos, y la solución sería nivelar a todos por lo bajo, o sea, en la pobreza.

Ese es un pensamiento mezquino y tacaño. Es suponer que las riquezas del universo sean limitadas Las riquezas son inagotables y todos pueden extraerlas para su beneficio y para el beneficio de toda la humanidad.

Si ve a alguien saliendo del banco con un millón de cruzados, siéntase feliz y diga: Eso es maravilloso, ojalá que gane mucho más.

Es equivocado y enfermizo sentir envidia y rabia hacia los que tienen. Este resentimiento hará que usted permanezca en la pobreza, porque no puede atraer para sí aquello que condena en los otros.

Cuanto más bendiga usted la riqueza de los otros, más la atraerá para sí.

Cuanto más usted crea en las riquezas sin fin del universo, más riquezas atraerá hacia sí.

Cuanto más crea usted que las riquezas de la tierra están a su disposición, más rápidamente las atraerá para sí.

Si existen ricos a su alrededor y usted es pobre, esto prueba, tan sólo, que usted puede ser rico como ellos, y hasta mucho más, si así lo deseara.

Mire, sólo condena las riquezas quien tiene maldad en su corazón y haría maldades con las riquezas.

Ya le dije y vuelvo a repetir: la riqueza, en sí es un bien. El uso de ella es el que puede ser benéfico o maléfico. No es porque algunos usen mal la riqueza que ésta debe ser condenada. En este caso, deberíamos combatir la alimentación porque algunos hacen mal uso de ella; deberíamos decir que el sol no sirve, porque hay algunos que se queman en el sol.

El valor del dinero reside en el servicio que él pueda prestarle. Por tanto, amontonar dinero sólo por amontonarlo, sin darle alguna finalidad, es avaricia, es un mal.

Usted piensa acertadamente cuando imagina -y la fuerza del subconsciente está en la imaginación- la riqueza afluyendo a borbotones hacia usted, circulando por usted y siguiendo adelante. Usted es el universo y, al mismo tiempo, es parte del universo. Reciba los bienes, úselos a voluntad, transfórmelos y nuevamente devuélvalos a la libre circulación.


LIBÉRESE DEL ESPÍRITU DE CARENCIA


Durante todo el día usted es tentado a entrar en el círculo de los pesimistas, de aquellos que pregonan que la situación va mal, que el petróleo está robando todo lo que usted gana, que la inflación le está comiendo una pierna, que la crisis mundial nos llevará al hambre; y así sucesivamente.

Recuerde que, en tanto usted queda ahí criticando a Dios y a todo el mundo, otras innumerables personas continúan enriqueciéndose. No olvide que, aun en épocas de depresión, como durante la 2a. Guerra mundial, mucha gente continuó ganando más y más.

Póngase en la cabeza que usted nació para vivir en la abundancia. Esta es su única verdad. El resto es ilusión. No alimente pensamientos de rebelión, de pesimismo y de carestía, porque es eso lo que atraerá.

Tampoco piense que sólo podrá progresar dando puñetazos y trabajando como un desgraciado. Haga fluir la riqueza naturalmente hacia usted. Ella le pertenece.

No cree imágenes negativas sobre su estado financiero. No piense: "Caramba, no puedo pagar el alquiler, no tengo dinero para ese vencimiento, no me alcanzará para comprar esa ropa o comida; todo está tan caro; estoy pasando hambre, voy de mal en peor".

Sustituya todo pensamiento negativo por afirmaciones decididamente positivas: "Yo tengo siempre todo lo que necesito y todas mis necesidades son plenamente satisfechas".

Diga muchas veces por día, hasta impresionar vivamente su subconsciente: "Las riquezas de Dios están afluyendo hacia mí y todas mis cuentas son pagadas debidamente y siempre me sobra la abundancia infinita".

Al recibir una cuenta que pagar, agradezca de inmediato por tener ya en sí el dinero para pagarla, e imagínese tomando el dinero necesario en su Banco Divino.

No necesita pedir desesperadamente el dinero a Dios ni precisa implorar un millón de veces, formulando mil promesas y penitencias para obtener lo que necesita. Este tipo de actitud significa que existe la duda dentro de usted y significa que experimenta el miedo de no recibir. Elimine de usted todo y cualquier pensamiento negativo.

Dios siempre lo escucha y no puede dejar de atenderlo. Usted está utilizando una ley que nunca podrá fallar ni Dios podrá modificarla.

Todo lo solicitado ya viene junto con la provisión. Esta es la ley de la opulencia. Cuando usted pide, ya está, ipso facto, atendido.


FIJE SU PENSAMIENTO EN LA RIQUEZA Y ELLA VENDRÁ SIN FALTA


Cierto día vino a conversar conmigo un hombre de negocios. Estaba desolado. Profundos surcos en la frente indicaban claramente el resultado de su balance financiero. El desánimo lo había invadido de tal forma que no hallaba ninguna salida para sus negocios.

-Soy un derrotado- me confesó.

-Si usted quiere, subirá nuevamente- le aseguré.

-Ya lo intenté tres veces, y tres veces fracasé.

Recordé, en ese momento, las palabras de Emerson, cuando dijo que el hombre es aquello que piensa el día entero. Además, el profeta David ya había afirmado la misma cosa hace 4 mil años. "Aquello que el hombre piensa con todo su fervor, eso es él".

Este comerciante permitió que la impresión negativa de su primer fracaso se apoderara de su mente, de tal manera que, cuando intentaba un nuevo emprendimiento, ya lo hacía con el pensamiento fijo en el fracaso anterior. Una voz íntima le decía al oído: Es inútil, tú no sirves para eso. Fracasarás nuevamente.

Cumplíase en él la ley de la acción y reacción. El pensamiento es la acción y la respuesta del subconsciente es la reacción.

Le recordé el viejo proverbio según el cual cada uno cosecha lo que siembra.

¿Qué sembraba constantemente aquel señor? Nada más que pensamientos de fracaso e incompetencia.

Es importante notar que el subconsciente no selecciona los pensamientos así como la tierra no selecciona las semillas que en ella son arrojadas.

Nunca piense en el fracaso. Arroje al polvo del pasado toda y cualquier experiencia negativa.

Si tuvo algún negocio que no le fue bien, encárelo apenas como un episodio que encierra la simiente de un beneficio mayor. No existe motivo para perturbarse, cuando usted cree que todos los caminos lo llevan definitivamente hacia el éxito.

Convénzase que la distancia entre el fracaso y el éxito, entre la victoria y la derrota, es mínima. Se torna fácil, por tanto, salir de la derrota y pasar a la victoria.

Preste atención en la próxima carrera automovilística de fórmula uno y verá que la distancia entre el vencedor y el perdedor es apenas de uno o dos segundos. Vaya a una carrera de caballos y verá que el caballo tal ganó apenas por una cabeza, un pescuezo o una oreja. En la copa del mundo de 1978, realizada en la Argentina, este país salió campeón del mundo, aunque el Brasil había alcanzado el mismo número de puntos.

Lo que quiero decir con esto es que, si hoy usted está, en las malas, no se juzgue un condenado, un incapaz, un pobre infeliz, pues usted está apenas a un paso de los hombres de éxito.

Siga adelante, por lo tanto. Siga adelante. Las puertas de la riqueza y del éxito continúan abiertas para usted.

Si hoy le va bien, a partir de ahora usted comienza a ser un vencedor, siempre que los pensamientos de fe en el éxito estén electromagnetizados por el entusiasmo y por la certeza de la victoria.

Aquel hombre, cuya historia conté hace poco, me preguntó:

– Pero, ¿Cómo puedo pensar en el éxito si soy un fracasado?

Yo le manifesté que cuando alguien está con dolor de cabeza no debe esperar que le pase el dolor de cabeza para, entonces, sacarse el dolor. Si alguien está con dolor de cabeza, nada más obvio que usar el poder curador existente en lo íntimo de cada uno(o un remedio) para hacer pasar el dolor.

El fracaso debe ser encarado de inmediato como un hecho pasado: hoy ya es otro día y ahora debe sentirse sumergido en la abundancia, en la riqueza, en el éxito. No hay carencia para quien está sumergido en Dios, que es la riqueza infinita.

Sugerí a aquel hombre que orase todos los días, varias veces lo siguiente: "Dios es mi socio y ahora estoy progresando maravillosamente. Soy guiado divinamente en los negocios y la Riqueza Infinita me provee de todo lo que necesito para pagar las cuentas y prosperar abundantemente. Muchas gracias. Muchas gracias".

William James, gran sicólogo norteamericano, dijo lo siguiente: "En casi todo objetivo, nuestro entusiasmo por él nos librará de malograrlo. Si nos interesamos bastante por un resultado feliz, nosotros, con certeza, lo alcanzaremos. Si queremos ser ricos, seremos ricos; si queremos ser buenos, seremos buenos. Sólo tenemos, entonces, que desear realmente tales cosas, y no querer, al mismo tiempo, con igual vehemencia, una centena de otras cosas incompatibles".

CÓMO PROGRESAR EN EL EMPLEO

Su mente es un caudal inagotable de riquezas y esas riquezas usted las ofrece al patrón a cambio del pago justo que él le da en contrapartida. Usted empleará su inteligencia creadora para llevar adelante el negocio de su patrón; empleará la Sabiduría Infinita, que existe dentro de usted, para dar los mejores resultados a su patrón; usted impregnará el ambiente de trabajo con su aura positiva y benéfica; usted llenará de entusiasmo y de éxito el ambiente de trabajo; usted multiplicará la capacidad productiva de su patrón. Luego, sin duda, usted será generosamente recompensado. Al ingresar a un empleo piense siempre en ser el mejor, no en términos de rivalidad competitiva, sino en términos de productividad, y usted progresará a ojos vistas. El trabajo productivo rinde óptimos salarios.

Desee progresar en el empleo, pero nunca lo haga procurando derribar a quien está arriba suyo. Hay una manera muy fácil y correcta para llegar al cargo ocupado por su jefe: ayúdelo con honestidad y sinceridad a subir. Él ascenderá a otro cargo y usted será llamado a ocupar el cargo vacante, dejado por él.

Podrá ocuparlo hasta con el apoyo e indicación de su jefe. Esa es una forma correcta, humana y hábil de progresar en el empleo. Crea usted en su capacidad. Emerson ya había escrito: "En realidad somos más de lo que conocemos de nosotros mismos y, con frecuencia, oímos salir de nuestros labios cosas que no creíamos ser capaces de decir".

Sea, en su trabajo, siempre punto de apoyo, de unión; ponga fe y amor en lo que está haciendo; sea agradable, comunicativo, amable, benévolo; respete la opinión de los demás, pero crea en sus ideas; crea en su valor; ofrezca toda su capacidad en beneficio de la organización a la cual está sirviendo. Usted siempre recibirá la debida paga, si no fuese hoy, será mañana, con intereses y corrección monetaria.

Siempre crea que está progresando, ganando más. Imagine que puede más y produzca más.

Aunque la firma no tenga un padrón más alto de salarios, usted conseguirá salario mayor. Siga adelante, que su subconsciente, al aceptar su idea correcta de que vale más, se encargará de encontrar el medio por el cual usted ganará más.

No quede ahí resentido y amargado con los colegas que ascienden en el empleo. ¿Cómo puede progresar usted si está condenando en los otros lo que desea para sí? Aunque los colegas hayan ascendido sin competencia, a usted eso no le trae injusticias porque usted ha de subir siempre, independientemente de lo que ocurra con los otros.

Si usted queda amargado, negativo, sublevado, con la boca llena de críticas, en verdad usted está perjudicándose a sí mismo, se está malogrando a sí mismo, pues todo pensamiento dirigido a otro comienza por existir y acontecer dentro de uno. Así, usted está forjando su propia dimisión. Porque nadie es despedido: es la gente la que se despide a través de un proceso negativo de sentimientos. El jefe no estará haciendo otra cosa que decir: ya que usted no se siente bien aquí y desea salir, acepto su dimisión.

Una vez leí en una plaqueta sobre el escritorio de una joven: "Todo lo que deseo para mí lo deseo para todas las personas".

ALGUNOS PASOS PARA QUE USTED CONSIGA RIQUEZAS

Entienda, en primer lugar, que todo lo que usted desea, o necesita, existe.

Todas las cosas le son otorgadas de acuerdo con el pensamiento. Nadie es pobre por mala suerte y nadie es rico por buena suerte. La Mente Infinita atiende a cada uno conforme a sus pensamientos.

Si usted desea alguna cosa, créela mentalmente, pídala, crea que ya está recibiéndola, y todo sucederá en consecuencia.

Para liberarse de la incertidumbre y de la duda, medite y pregunte a la Sabiduría Infinita si hay alguna razón para no tenerlo que desea.

Ahora, cree el cuadro mental de aquello que desea y mentalícelo constantemente, hasta recibirlo. Usted lo recibirá, infaliblemente.

Formule el pedido positivamente. Mantenga una actitud serena, confiada y acertada.

Pida específicamente lo que desea. Si desea un empleo no pida dinero, si desea dinero no pida empleo; si desea un viaje, pida el viaje, y no el dinero para el mismo. Cree el cuadro mental exacto de aquello que quiere alcanzar y deje que el subconsciente providencie cómo usted llegará allá.

No formule un pedido vago, indefinido. Pida y mentalice cuando esté dominado por un deseo fuerte. Cree emoción y sentimiento. La necesidad o placer que causará la obtención del pedido pueden ser de mucha fuerza emocional.

Repita con frecuencia, con sentimiento y con persistencia, y busque conservar en usted la imagen mental vívida.

Sepa que el subconsciente reacciona mejor cuando usted está en relax. Cuando más calma y pasiva esté la mente consciente en el momento de formular un pedido, tanto mejor.

No se ponga a especular sobre el tiempo que demorará en ser atendido. Usted será atendido. Usted será atendido.

Ahora comience a agradecer. Diga: “Muchas gracias, mi Dios, pues tú oíste mi oración. Tú siempre oyes mi pedido. Estoy siendo atendido, en tu nombre. Muchas gracias".

MÉTODOS QUE PUEDE USAR CON ÉXITO

Un momento muy importante para que mentalice aquello que desea es por la noche cuando va a dormir.

Colóquese en una posición confortable, relájese y permanezca mentalizando en su pantalla mental aquello que desea; duérmase con la mente ligada a esos pensamientos. El subconsciente, a esta hora, está más receptivo y hasta puede ser que usted obtenga la respuesta en sueños.

Otro método que usted puede emplear con provecho, a cualquier hora del día, es sentarse en una posición bien cómoda, cerrar los ojos y ver mentalmente como ya acontecido aquello que usted desea. Si desea adquirir una casa, imagínese, en este momento, pagando el valor de la casa al vendedor y entrando muy contento en ella. Imagínese hasta, si quiere, la localización de los muebles. El subconsciente, que no distingue entre realidad e imaginación, transformará su imaginación en realidad física.

Si usted desea un aumento de salario, imagine que su patrón lo está llamando y le está diciendo: "Mire, usted es un funcionario muy eficiente, por eso voy a aumentarle el sueldo". Véase delante del escritorio de su jefe y a él diciéndole eso, con la silla reclinada hacia atrás, lleno de buen humor.

Si usted desea progresar en la vida, fije su mente en una palabra o una frase y repítala algunas veces por día, con sentimiento. Por ejemplo, mentalice: RIQUEZA Y ÉXITO. Simplemente RIQUEZA Y ÉXITO.

También podrá optar por decirse a sí mismo con fe y gratitud: Yo soy rico.

Lo que usted crea en la mente, sucede.

LO QUE USTED DA RETORNA A USTED

Cuando usted efectúe una donación, o de una limosna, libérese definitivamente de la sensación de pérdida, que suele acometerle cada vez que se deshace de algo. Recuerde que el sentimiento de pérdida o de carencia crea imagen de carencia en la mente.

Al hacer su donación, hágala con sumo placer, seguro de que todo lo que dé con amor, con buena voluntad, la Riqueza Divina volverá a llenar el espacio vacío automáticamente. Crea que la abundancia infinita está siempre fluyendo hacia usted, como una lluvia que nunca deja de caer; por más agua que usted recoja de la lluvia, siempre su vasija estará llenándose nuevamente y rebosando.

Este es el sentimiento que usted debe tener al dar contribución para la iglesia, para la escuela, para las instituciones benéficas, para programas de utilidad pública, para promociones caritativas, para personas necesitadas.

Jesucristo ya decía: Dad y se os dará.

Aquello que usted da, no sólo retornará a usted, sino que retornará multiplicado. Bendiga, por tanto, su dádiva y hágala con inmensa alegría y con gratitud, porque usted será el gran beneficiado.

Sólo para evitar equívocos: cuando usted da su limosna, no estará esperando retribución de parte de quién la recibe, sino de Dios, que responde infaliblemente a la imagen de abundancia creada en su mente.

LA SABIDURÍA INFINITA ME GUÍA

Apueste siempre a su capacidad natural. Si usted no cree que su inteligencia está ligada a la Inteligencia Infinita, estará perdiendo una fuerza inconmensurable.

No use como argumento en defensa de su situación precaria el hecho de no haber cursado la facultad o de no haber podido especializarse.

Hay innumerables egresados que no progresan y hay innumerables personas que creyeron en su buena estrella, en su capacidad, en sus dones que emanan del Infinito, y son millonarias.

Usted ahora dispone de una Fuerza Extra. Usted no está usando sólo la mente consciente; ahora está usando la fuerza irresistible del subconsciente en cuyas profundidades está el Poder Infinito.

Charles Goodyear no tenía formación científica y utilizó aparatos rudimentarios, como fogón de cocina, para realizar sus experimentos. Pero él tenía convicción y fe en aquello que deseaba alcanzar. Ni siquiera la carencia financiera y los contratiempos de la vida le hicieron arrojar a un rincón de su mente sus ideas. Y fue así como él descubrió el proceso de vulcanización del caucho, que se tornó la base de la moderna industria de la goma. Hoy Goodyear tiene decenas y decenas de grandes fábricas modernas esparcidas por el mundo y sus ventas ascienden a miles de millones de dólares anuales.

Henry Ford, inventor de los autos de la famosa marca Ford, tampoco era ilustrado.

Tomás Edison, creador de innumerables inventos, fue considerado como de cortísima inteligencia.

Usted también debe creer en sí. Usted tiene la inteligencia de los genios. Úsela en su beneficio y en beneficio de los demás. Invoque a la Sabiduría Infinita, que habita en su ser, y sus decisiones serán siempre para su progreso.

Algunos años atrás, un viejo médico del interior fue a la ciudad y entró a una farmacia para intentar vender al farmacéutico una fórmula de una bebida, escrita en un papel gastado, juntamente con un tarro antiguo y una pala de madera. Conversaron, conversaron y se verificó el negocio. El farmacéutico entregó al médico quinientos dólares y el viejo le dio el papel que contenía una fórmula secreta. El médico salió feliz, pues consiguió vender sus bagatelas, y el farmacéutico quedó allí con la mente exaltada, porque había empleado en ese negocio sus economías.

En verdad, ¿Cuánto valía un tarro viejo, la pala de madera y un pedazo de papel? Nada. El inteligente farmacéutico compró sólo una idea por 500 dólares.

A esa fórmula, que al médico ya no le servía más, el farmacéutico le agregó un ingrediente milagroso y fue ese ingrediente el que hizo brotar dentro del viejo tarro una de las fortunas más suntuosas del mundo.

Inclusive usted ha contribuido a aumentara esa fortuna simplemente incalculable.

Cada vez que usted beba una Coca Cola, recuerde esta historia. Fue así como comenzó la industria de la Coca Cola.

Dé vida a sus ideas. Siga adelante con fe. Agudice la creatividad que existe en su esencia y visualice, por donde quiera que usted pase, ríos de fortuna corriendo en su dirección.

Deje que su mente lo ayude y vaya adelante.

Sólo hable de éxito.

Sólo hable de felicidad.

Sólo hable de prosperidad.

YO SOY ASÍ PORQUE QUIERO SER ASÍ Y ME SIENTO FELIZ

Usted tal vez, a estas alturas, podrá estar pensando lo siguiente: Está todo muy bien, pero Jesucristo era pobre. La virtud está en la pobreza. Y siguiendo a Jesucristo está esa legión inmensa de sacerdotes y religiosas.

En primer lugar, Jesús no era pobre. Simplemente, no era pobre. ¿Cómo puede ser considerado pobre quien es Hijo de Dios, uno con el Creador del mundo? ¿Usted oyó hablar alguna vez que Jesús no tuviese alimentos para sus comidas ni ropas que vestir?

Jesús se sentía libre de las preocupaciones, porque nada le faltaba. Él adoraba la vida que llevaba. Recorriendo las regiones de Judea, de Galilea, de Samaria, se sentía inmensamente feliz, uno con la naturaleza y con el universo, llevando a todos su palabra de amor, de fe, y extendiendo hacia todos su poder de curar. Jesús vivió inmerso en las riquezas del amor y de la paz, teniendo como casa el mundo todo y como techo la inmensidad azul del cielo. Él escogió esa vida y siempre se sintió bien así.

De la misma manera, el sacerdote y la religiosa llevan una vida escogida espontáneamente. Cada uno vive como quiere. Si alguien desea vivir en una torre y se siente feliz, que haga como quiera. Toda persona es dueña de sí misma y ha de buscar los caminos de su felicidad y realización. A los demás no corresponde juzgar. Si yo quiero vivir en el bosque, vistiendo pieles y alimentándome de miel silvestre y frutas, pasando mis días en la contemplación de la naturaleza, y eso me deja feliz, lo hago, pues la vida es mía y quiero disfrutar al máximo de ella. Viviendo así, yo vivo inmerso en la abundancia infinita, que todo me provee y que me sustenta a su debido tiempo.

Si yo estuviese viviendo esa vida, temeroso, carente, sufriendo privaciones, nervioso y disgustado, entonces esa vida no es buena, pues no me hace feliz.

Cada uno puede escoger la vida que desee, pero eso no significa que sea el único modelo de vida a ser enseñado y aplicado.

Usted puede tener apenas un centavo en el bolsillo y ser tan avaro, tan rebelde y tan enfermo como un rico que no sepa emplear correctamente sus bienes.

Escoja la vida que desee y viva con intensidad, con amor, con entusiasmo, con alegría y en paz. Si usted se siente bien, sus ojos brillarán con un brillo divino, compasivo, benévolo y amoroso.

La riqueza infinita está ahí a disposición de todos y usted se servirá de ella como quiera, en la cantidad que quiera.

EL SUEÑO QUE SE TORNÓ REALIDAD

"Soñé –comenzó a relatar una señora– que, en una villa que se reducía a una sola calle, cuatro hombres arrastraban, con sacrificio, una bolsa llena de dinero. Había una etiqueta con nuestro nombre en la bolsa.

Cuando desperté, recordé nítidamente el sueño y sentí que estaba profundamente relacionado con un bello progreso financiero que me esperaba.

"Hice varias tentativas, juzgué esto y aquello, pero nada.

"Pasó algún tiempo. Yo ya había olvidado el asunto cuando mi marido me habló nuevamente de una idea que hacía tiempo él mantenía: abrir una tiendecita en un lugar idéntico a ese de mi sueño; sin embargo él se sentía inseguro para concretar tal negocio. Fue en ese día cuando me sentí verdaderamente emocionada, porque había llegado la hora. Sentí brillar mi sueño con toda su fuerza. No tuve más dudas; era mi sueño el que me hablaba nuevamente, pero ahora era todo muy claro, todo se había encajado de tal forma que tuve la certeza de que era ese el negocio que necesitábamos hacer para conseguir realmente mucho dinero. Y fue cierto. En nueve meses nuestro capital se cuadruplicó".

Vea que, inclusive mediante los sueños, usted puede abrir los caminos de la riqueza. Deje los canales de su mente ligados y la voz del subconsciente llene la esencia del océano.