Bicicleta reclinada

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2017-09-01. Parece que fue ayer cuando comencé mi aventura con mi bicicleta reclinada pero han ido pasando meses y kilómetros hasta llegar a la redonda cifra de 5000 km. Un aficionado que le pueda dedicar tiempo suficiente a la bici dirá que es poca cosa, que él hace eso al mes sin despeinarse y le doy la razón. En mi caso lo mágico del número no es tanto lo grande o redondo que sea sino el momento en el que llega. Por un lado tras un sinfín de modificaciones he llegado a una configuración de la bici que me satisface plenamente. Me resulta muy cómoda y agradable de usar en carretera que es su hábitat natural. Por otro lado gracias a un uso regular y a una alimentación cuidada he mejorado notablemente mi forma física lo que me anima a continuar usándola y a compaginarla con otras disciplinas. Las satisfacciones que da la práctica deportiva acompañada de hábitos saludables son de primer orden.

Publico una serie de fotos comentadas por si pueden servir al interesado en la autoconstrucción o modificación.

En la primera foto se ve una imagen lateral de la bici. La distancia entre ejes o batalla está en 124 cm. La longitud total casi llega a 190 cm. El eje pedalier está a 83 cm del suelo. La altura total, que se alcanza en el soporte de la luz trasera, está a 102 cm. El manillar tiene una anchura de 48 cm. El asiento tiene su base a algo menos de 60 cm. Esta baja altura unida al timón basculante hace que subirse y bajarse de la bici sea muy fácil. Con el timón subido se puede estar cómodamente sentado a horcajadas con ambos pies apoyados totalmente en el suelo mientras se ajusta el navegador, se come algo o se admira el paisaje.


Una vista frontolateral. El espejo es demasiado grande y debería cambiarlo por otro menor. La luz delantera no da luz suficiente para la noche, solo para ser visto. Llevo una luz auxiliar mucho más potente en la mochila de las que se sujetan con gomas al casco. Debería poner una buena que valga para todo y así ahorrar peso.

En la siguiente foto se ve bien el foco frontal. Los pedales son automáticos por ambas caras. Los mixtos se los puse a otra bici. Me he acostumbrado a ir siempre con las calas fijadas incluso por tramos urbanos y llevar los pies sueltos me da mucha sensación de inseguridad. Se ven también dos soportes para la cámara, uno en el tubo del desviador y otro en el cuadro bajo el asiento.

Los frenos son Shimano, como los pedales. Las fundas de los cables van internas. Las cubiertas son del Decathlon (B'TWIN). Las anteriores eran de 1,5 y estas de 1,2. A la presión correcta van muy bien en asfalto seco. En húmedo tampoco me han dado problemas porque en esas condiciones no arriesgo lo más mínimo.

Al bidón bajo el asiento se accede fácilmente. Tras el asiento va el bote portaherramientas. El triángulo trasero va fijado rígidamente al soporte del respaldo. Unos reflectantes laterales nunca sobran.

El protector de platos no es necesario pero le quita la agresividad de ver los dientes de los platos al aire como si se llevase una sierra circular delante dispuesta a cortar por la mitad a quien pille por delante.

En la siguiente foto se ve el enrutado de la cadena. La polea permite que los tramos de tubos que van desde la horquilla hacia atrás sean casi paralelos al cuadro. El timón tiene un tornillo que sirve para fijar el tope de inclinación. Se regula fácilmente a mano incluso en marcha.

Entre los tubos de la cadena hay sitio para la bomba. Es para una emergencia en caso de pinchazo, para dar un mínimo de presión que permita llegar a una gasolinera o a casa y ya poner la presión correcta (7 bar). La cadena de tracción tiene una trayectoria bastante recta incluso en la más desfavorable posición de plato y piñón por lo que se puede prescindir de polea guía y ahorrar algo de peso.

Luz trasera y reflectante, por seguridad y porque así lo indica la normativa. La mochila tiene bastante capacidad pero queda como un pegote en el respaldo, no me gusta nada el aspecto. Venden bolsas específicas para respaldos de reclinadas pero el precio me parece excesivo. Lo ideal sería hacer una rígida y ligera, con forma aerodinámica. Dentro llevo una cámara de repuesto, la luz auxiliar, un cortaviento, la documentación, comida y alguna cosilla más.

En el manillar llevo esta riñonera. En el bolsillo superior meto el teléfono, en el frontal algo para ir comiendo en ruta. los bolsillos laterales son para las llaves y para monedas. El cambio es de puño giratorio. El velocímetro es uno sencillo de cable. El inalámbrico no funciona por la mayor distancia que en una bici convencional y por las interferencias si se lleva la cámara grabando. A su izquierda va el timbre. Va porque es obligatorio. Los peatones hacen caso omiso cuando lo usas y los coches ni se enteran.

Y no más rollo técnico. Ahora unas fotos no de la bici sino de cuando estoy disfrutando de ella.

La visera que le acoplé al casco es útil contra el sol pero a velocidades altas hay que agachar un poco la cabeza para que no tienda a echar el casco hacia atrás. Es más una sensación que algo real porque el casco hay que llevarlo firmemente sujeto con las cintas para que en caso de caída proteja adecuadamente.

No es la ciudad con su tráfico y continuas arrancadas y paradas donde más me guste andar en bici aunque lo hago sin mayor problema. La ciudad es de todos, no solo de los coches.

La aventura continúa, solo hay que irle poniendo color cada día.

Entradas antiguas:

Después de unos cuantos años abandonada me decidí a volver a usar una vieja bicicleta de montaña Scott Mohaka. La postura sobre ella me destrozaba el cuello y quedaba claro que o la modificaba o volvería a acumular polvo. Le cambié casi todo y conseguí por fin una bicicleta que se podía usar y disfrutar para dar un paseo tranquilo, para desplazamientos urbanos y para hacer un poco de ejercicio sin pretensiones.

Buscando información para actualizar la Scott y hacerla más confortable me encontré con el concepto de bicicleta reclinada. Alguna había visto en la tele, nunca en directo, pero la asociaba únicamente a un engendro para alcanzar velocidades de vértigo. Salí de mi error cuando me puse en serio a informarme visitando mil y una páginas y vídeos que me mostraron una realidad sorprendente en todo nueva para mi.

De todo lo que vi me atraían especialmente las bicis de batalla corta, asiento alto y ruedas de 26. Me parecían ideales para desplazamientos por carretera, por caminos en buen estado e incluso para atreverse en el tráfico urbano. Lo que no me parecía ideal era el precio, demasiado alto como para arriesgarme a una compra sin la certeza de que me iba a satisfacer algo en principio tan atractivo pero a la vez tan arriesgado. Decidí construirme una bicicleta reclinada a mi gusto. Como lo de soldar no está a mi alcance preferí encargar un bastidor a medida y un asiento de fibra de vidrio. El resto de las piezas o las compraba nuevas o reciclaba algunas que tenía por ahí. Cuando tuve la mayoría de las piezas procedí al montaje y a los ajustes. Como nada sabía de mecánica de bicicletas tocó informarse a fondo para no meter la pata y hacerlo lo mejor posible.

2016-05-07. Montada con lo básico tocó probar el primer prototipo. Pasé más tiempo en el suelo que sobre ella. El problema era el manillar demasiado cercano al cuerpo que dificultaba una maniobrabilidad ya de por sí complicada por las diferencias notables entre un manillar estándar y un timón de ángulo fijo. Por otro lado los frenos y el cambio funcionaban bien. Toca hacer modificaciones, sorprendentemente menos de las que esperaba, y algunos añadidos: un manillar diferente, un soporte para velocímetro, protector de platos (andar con los dientes por delante es un poco agresivo), luces, soportes para bidón y portaherramientas, bolsa portacosas, etc.

2016-05-21. Pruebas finales. Todo parece que funciona correctamente. Ya voy haciéndome al timón, a las arrancadas, a las paradas... uf, todo es diferente, es como aprender de cero. El nombre, VK randonneur viene de mi seudónimo VerdaKrajono y lo de randonneur viene porque esta bicicleta no es para competir ni para ser veloz ni para hacer nada mejor que nadie, es para disfrutar de la ruta sin importar el destino teniendo como meta solo los retos personales que vayan surgiendo, sin más. Unas fotos y a esperar el día de estrenarla en serio.

Lado derecho. La larga cadena se disimula bastante bien al ir guiada en paralelo al bastidor en vez de ir colgante. La parte de la cadena de tracción bajo el asiento va entubada hasta pasada la horquilla, así se evita contactar con ella y que pueda rozar con la parte inferior del asiento.

Lado izquierdo. Bajo el asiento va un bidón. Se mete y saca con facilidad. Bajo el bastidor va una bolsa portacosas para llevar el teléfono, llaves, alguna barrita energética, etc. El portabidones vacío que se ve bajo el asiento es para llevar un bote portaherramientas.

Una vista frontolateral:

Y una desde atrás:

2016-05-28. Llegó el gran día, el de estrenarla en ruta. El optimista objetivo es hacer 50 km por una ruta sin dificultades que ya he hecho otras veces con la Scott. La lluvia parece que no quiere darme la oportunidad de intentarlo. Pasadas las seis el cielo no se ve tan mal y me decido. Si llueve pues me mojo. Efectivamente, llueve y me mojo. Me refugio un rato en una gasolinera hasta que pasa el chaparrón y sigo la ruta prevista. Llego a Villafranca del Bierzo, saco unas fotos y vuelta a casa. En el camino la lluvia me acompaña a ratos, no con fuerza pero sí lo bastante para tener que ir limpiando las gafas de vez en cuando.

Llego con las piernas bastante cansadas. Se usan músculos diferentes a los del pedaleo en bici vertical y eso se nota. Ya me acostumbraré a base de práctica. Recorrido total: 54,150 km. Objetivo cumplido. Ya estoy deseando hacer otra salida. Mientras tanto tengo que ver la posibilidad de poner guardabarros al menos para los días de lluvia y practicar un poco en parado para usar ya los pedales por el lado automático.

2016-06-03. Hoy he usado zapatillas con calas. Con la btt siempre usé punteras y se me hacía raro usar las plataformas, me faltaba la referencia de dónde va colocado el pie y la seguridad. Al cambiar a un plato menor pierdo firmeza en el apoyo y eso es una mala sensación. Que el pie vaya en una posición fija sobre el pedal es imprescindible para un pedaleo seguro y eficaz. Tengo que automatizar sacar el pie del pedal. El movimiento para hacerlo es simple pero hasta que me acostumbre seguro que me llevo algún susto y alguna caída tonta. Alguna caída tonta más, que la primera por este motivo ya fue hoy, claro está.

2016-06-05. Salida matinal. La intención era probar el pedaleo redondo con los pedales automáticos y poco más, pero al final hice una cincuentena de kilómetros que me dejaron muy buenas sensaciones. Son pocos kilómetros para alguien que practique ciclismo con una reclinada de modo más o menos habitual pero para mí es un buen comienzo. Con paciencia y constancia ya me podré ir marcando metas más ambiciosas según mis posibilidades.

Antes de la salida hice una sesión de estiramientos y la diferencia luego fue como de la noche al día. Siempre los hago al terminar una ruta pero desde hoy no faltarán antes de iniciarla. Me gusta comenzar suave dejando que los músculos calienten sin hacer grandes esfuerzos y poco a poco exigirles más pero hoy parecía que desde el principio querían darlo todo. No me dejé llevar por un exceso de optimismo y fui prudente aunque consciente en todo momento de la mayor flexibilidad y capacidad de respuesta.

Respecto a los pedales automáticos repetiré lo que todos dicen, que es preguntarme por qué no los había usado antes... hasta me planteo ponérselos ya también a la bici vertical. Llevar el pie en la posición correcta siempre y despreocuparse de posibles movimientos del pie en baches o al reducir plato son ventajas evidentes. No se pierde el contacto nunca y eso aumenta exponencialmente la seguridad. Además se llevan las piernas relajadas sin esa sensación de tener que hacer presión sobre los pedales para un agarre óptimo entre ellos y la zapatilla que evite perder contacto. Todavía tengo la costumbre de solo empujar el pedal en su bajada que es lo que hacía en la vertical con punteras en los pedales y tengo que hacer fuerza conscientemente en otras posiciones pero a base de práctica lo iré integrando como algo natural y haciéndolo sin darme cuenta. En las paradas no he tenido problemas para soltar el pie y en reanudar la marcha. Los pedales que tengo ahora son mixtos (plataforma por un lado y automático por el otro) y no hay problema en dar algunas pedaladas sobre la plataforma hasta que se pueda fijar el pie con seguridad. Sacar el pie del pedal no tiene más misterio que practicar en parado hasta automatizar los movimientos y el miedo a quedarse fijado desaparece rápidamente.

Sea por la sesión doble de estiramientos, sea por los automáticos o por ambas razones tras la ruta de hoy las piernas no tenían más que un poco de cansancio pero infinitamente menor que en la ruta por Villafranca a pesar de que hoy afronté algunas rampas que me hicieron poner el plato pequeño. Seguiré acumulando experiencia mientras disfruto de mi reclinada.

2016-06-12. Otra salida matinal superando los 50 km. Por un lado quería seguir acoplándome a la bici para ir más relajado en la postura y en movimientos. Por otro lado quería practicar algo de subidas y descensos. Me falta mucha práctica para tener un nivel mínimamente aceptable pero he tenido buenas sensaciones. Me siento cómodo con cadencias altas y eso es bueno en esta bicicleta. Bajando se toma velocidad rápidamente ayudado por la aerodinámica. Buen día.

2016-06-19. Esta semana salí con la reclinada el viernes y hoy domingo. El viernes una pequeña sesión de casi 20 km para seguir acoplándome a la bici. Una vez en marcha la bici va sola pero maniobrar a muy bajas velocidades es complicado, hay que controlar bien el punto en el que la bici pierde la estabilidad porque llegado ese punto la caída es un visto y no visto, no da tiempo a nada. Hay que ser previsor y llevar un pie suelto para que dé tiempo a apoyare en él. De todos modos este tipo de caídas son desde baja altura y sin más consecuencias que mancharse si el suelo es de tierra. El tráfico urbano no es el fuerte de esta bici pero me defiendo bien. Lo peor son los semáforos y las rotondas. En los primeros hay que ser previsor y parar con una marcha intermedia para poder arrancar bien cuando se ponga verde, suele bastar con engranar el plato intermedio (32) y un piñón intermedio (18-20). Tiene que ser una gozada montar un monoplato y cambio trasero interno Rohloff o Alfine y olvidarse de esto problemillas. En las rotondas hay un doble problema. Primero hay que entrar parando si es necesario y luego hay que moverse por ellas no asumiendo que se tiene preferencia cuando en realidad sí se tiene.

Hoy domingo me fui hasta Toreno. Apoyé la bici en la picota (rollo de justicia) y saqué unas fotos. Están en las fiestas de San Juan y estaban preparando en la plaza mayor unos pendones para alzarlos y llevarlos en desfile hasta no sé dónde. 10.5 metros de altura me dijeron que tenía uno de ellos. No tenía tiempo y me tuve que ir pero me hubiese gustado ver cómo los alzan, sujetan y llevan.

La bici se sujeta bien porque en los cantos del asiento le puse un protector de goma negra de los que algunos ponen en los cantos de las puertas de los coches como protección. Tengo que ponerle una pata porque eso de aparcarla apoyándola contra cualquier sitio al final se saldará con alguna caída y algo se romperá. Se le puede acoplar una pata de esas que van sujetas en dos vainas cerca del eje de la rueda trasera pero la varilla extensible queda corta y necesitaré hacer un bricolaje para adaptarla. Mientras tanto seguiré haciendo equilibrios.

Tras darme una vuelta por el pueblo tomé rumbo a Ponferrada aunque me desvié antes a Camponaraya y de allí a casa. En total más de 60 km sin prisas y poniendo las piernas en forma, que para eso era la salida. Los dolores de culo, muñecas, espalda y cuello son historia con la reclinada. Las piernas se cansan, claro está, pero los dolores posturales son agua pasada. Ya estoy pensando en la siguiente salida.

2016-06-26. Hoy domingo, 65 km y el jueves 25. Cada vez más cómodo en la reclinada ahora toca regularidad en el uso; por un lado salidas cortas de mantenimiento y por otro salidas más largas para ir poniendo los músculos a tono. Ahora en los meses veraniegos entre el horario laboral y el calor se me hará más difícil sacar tiempo para la bici, pero habrá que hacer lo que se pueda.

2016-07-03. Esta semana 80 km en un par de salidas. No es gran cosa pero el uso regular es lo verdaderamente importante para seguir acoplándome a la bici. La verdad es que me estoy adaptando muy bien. La vertical la uso solo para hacer algunos recados en zona urbana ya que me resulta más maniobrable entre coches y la bolsa que llevo en el transportín me permite llevar grandes objetos, pero si hay que disfrutar entonces la reclinada tiene ya ganada la batalla.

En el respaldo llevo sujeta una mochila de 10 L que para cosas pequeñas me sirve perfectamente aunque me vendría mejor una semirrígida de mayor tamaño como las que he visto en internet en alguna reclinada. Miraré posibilidades y precios, aunque me temo lo peor.

Acoplé una pata de esas que se fijan en dos vainas cerca del eje trasero. Como es habitual lo que sirve para una bici vertical no sirve para una reclinada sin hacerle alguna modificación. La hice pero el equilibrio era precario y no me ofrecía mucha confianza. Entre eso y que es bastante pesada decidí que era mejor quitarla y seguir sin ella por el momento.

La paciencia y la constancia lo son todo y el tener claro cuáles son los objetivos desde el principio, esos que nos han hecho decidirnos por un tipo de bici y no por otro. No hay que caer en la ingenuidad de creer que lo que hacen experimentados ciclistas está al alcance de cualquiera tras solo unos cientos de kilómetros. Se necesita mucha práctica y dejar que los resultados vengan por sí mismos con el tiempo, de modo natural. Paso a paso se avanza en el camino y disfrutar de cada uno de ellos es ya una gran victoria.

2016-07-10. El viernes 8 tenía previsto salir y hacer una ruta concreta pero el constante sol de cara me hizo cambiar de opinión y hacer otra que improvisé sobre la marcha. La mala noticia es que el velocímetro dejó de funcionar al poco de iniciar la marcha y no tuve referencias de velocidad y distancia, amén de borrarme el total acumulado. Este velocímetro era muy antiguo pero funcionaba bien. Es de cable porque los inalámbricos no funcionan y lo sé porque probé sin éxito el que tengo en la vertical. Como siempre registro las rutas con el teléfono que llevo en la bolsa bajo el cuadro sé que recorrí en total 52,5 km. Por el calor hice un par de paradas para descansar a la sombra con la barra de dirección haciendo de reposacabezas.

Hoy domingo me levanté temprano y salí aprovechando el frescor de la mañana. Así mucho mejor. Con el sol muy bajo y por la espalda solo me tuve que preocupar de llevar un ritmo tranquilo pero regular, sin hacer sobreesfuerzos en el llano que luego se pagan al acometer las subidas. Como iba con el velocímetro averiado tampoco pude ir controlando velocidades ni distancias pero conocía de sobra el camino y me dediqué a disfrutarlo en vez de ir mirando números. Llegué a Las Herrerías en algo menos de dos horas, comí algo, cambié el agua por otra bien fresquita que salía de una fuente y tras disfrutar del paisaje largo rato tomé el camino de vuelta a casa. En total 85 km que con los del viernes suman casi 140 en una semana. No está mal para no estar en forma y llevar una bici que pasa con holgura de los 20 kg con herramientas y dos bidones llenos. No me quejo, que mucho peor lo tienen algunos peregrinos con los que me crucé que llevaban enormes alforjas en sus bicicletas. Acallan inmediatamente cualquier queja mía por el peso de mi reclinada.

2016-07-17. Esta semana que hoy termina no pude hacer bici hasta el fin de semana. Ayer sábado por la tarde hice una ruta tranquila, que el calor no invitaba a muchas alegrías (31,5 km). Hoy domingo salí temprano para evitar el calor e hice una ruta más larga por el valle del Sil hasta Páramo (ida más vuelta: 80,5 km). Hoy no rendía el cuerpo como otros días y le echo la culpa al cansancio acumulado (el sábado había hecho por la mañana una ruta de senderismo y por la tarde la ya dicha con la reclinada) y a un cierto malestar que siempre tengo un día o dos tras visitar algún sitio de esos que tienen el aire acondicionado a tope. A pesar de todo 112 km en total me dejan satisfecho.

Durante la semana compré un nuevo velocímetro. No hay mucho donde elegir porque tiene que ser de los de cable y de esos la oferta no es muy amplia. Por cierto, como hay que cortar el cable para alargarlo me llevé la sorpresa de que cada cable interno tiene tres hilos contados de cobre... A ver lo que dura.

También cambié la rueda delantera. La que tenía era reciclada y le había desmontado el eje, limpiando y engrasando a conciencia. Iba bien pero a base de kilómetros se nota cada vez más un rozamiento interno como si alguna bola estuviera mal. Ya miraré cuando tenga tiempo. Como la vertical ya no la uso tomé prestada su rueda delantera cambiando cámara y cubierta por las que tenía en la rueda descartada.

2016-07-24. Buen fin de semana. El viernes hice una ruta circular fácil de 51,5 km. Parte de ella fue por caminos agrícolas con buen firme aunque de vez en cuando algunos baches y zonas con grava y piedras sueltas me hacían tomar precauciones. Las cubiertas que llevo son estupendas en asfalto y terreno firme pero no me dan confianza en terrenos sueltos, terrenos para los que no están diseñadas.

El domingo vino el plato fuerte. Quería hacer una salida que llegase a los 100 km y planifiqué ir hasta Palacios que está a unos 50 km de casa y luego volver. Salí temprano y me lo tomé con mucha calma, administrando las fuerzas. Al final recorrí 102,3 km en algo más de cinco horas, pausas incluidas. Llegué con las piernas cansadas, como es natural, pero no tanto como me suponía antes de la salida. El resto del cuerpo sin novedad, como se espera de una reclinada.

Por cierto, como el viaje ha sido suficientemente largo se me ocurrió comparar lo que muestra el GPS con lo indicado en el distanciómetro de la bici. Este último marca un 0,29% menos de lo real, lo que es un error insignificante y que parcialmente se corregirá con el desgaste del neumático. También puedo introducir 2005 o 2006 en vez de 2000 en la longitud de la rueda si por algún motivo tuviera que reiniciar el velocímetro aunque no lo haré si no es necesario porque se me borraría el total recorrido.

Conclusión: Siempre hay que ponerse retos que requieran esfuerzo pero asequibles. Así se disfruta superándolos, o al menos intentándolo sabiendo que lo serán en un tiempo razonable.

2016-07-31. Esta semana solo pude salir el domingo por la mañana. Tenía previsto hacer una ruta pero tocó reducirla a la espera de otro día más propicio. Tras media hora de pedaleo un pinchazo en la rueda trasera me detuvo. Salí de la carretera a una pista agrícola paralela y sobre una zona de hierba seca desmonté la rueda. Al sacar la cámara descubrí al causante: un clavo de acero de 1 cm bien clavado en la cubierta. Como el pinchazo era limpio me decidí a repararlo in situ y no usar una cámara nueva que llevo de recambio por si surge algo más grave. Reparada y montada la rueda recorrí unos cientos de metros por la pista agrícola esquivando baches y piedras hasta reincorporarme a la carretera. En la primera gasolinera que encontré paré para darle a la rueda la presión correcta. Había metido a mano 3 bar y eso es insuficiente, ni siquiera deja la cubierta bien talonada. Metí 5,5 bar delante y detrás y a correr. Las paradas para la reparación y en la gasolinera me hicieron perder bastante tiempo, temperatura en las piernas y finura en los ajustes. El cambio trasero se volvió impreciso en algunas marchas aunque ya lo ajustaré por la semana con la bici sobre el caballete.

En rutas de ida y vuelta suelo ponerme una hora a la cual doy la vuelta esté donde esté. Bueno no soy tan estricto, sigo hasta el primer lugar o pueblo donde pueda dar la vuelta con seguridad aprovechando además para hidratarme y comer algo tranquilamente. Esto lo hago para no encabezonarme y querer llegar como sea a un objetivo prefijado con la escusa de que falta poco. Si no se llega hoy ya se llegará otro día, que la bici reclinada la uso para hacer algo de ejercicio y divertirme. El recorrido de hoy (92 km) no está nada mal, bien satisfecho me quedo. A ver si puedo sacarla algún día por la semana, que se me hizo larguísima esperando hasta el domingo.

2016-08-04. Tras unos días de calor sofocante hoy jueves las temperaturas han bajado bastante y el cielo se ha cubierto de nubes. Hay que aprovechar la ocasión y salir a dar una vuelta con la bici. Un aliciente más es que si la salida supera los 40 km habré conseguido mis primeros 1000 km con la reclinada. Planifico una ruta hacia el este, hacia el puerto de Manzanal y a ver hasta dónde llego.

Salgo después del trabajo y la comida, sobre las 16h. Cuando llevo unos 15 km una nube descarga y me empapa. Me refugio bajo techo en el aparcamiento a esperar hasta que deje de llover. Un cuarto de hora más tarde sigo la ruta. Curiosamente para esta salida había quitado los guardabarros porque no se preveía lluvia, solo nubes. Por suerte el asfalto se secó con rapidez. Continué la ruta a buen ritmo ganando continuamente altura. Hice un par de paradas para hacer unas fotos y otras dos ya cerca del puerto por salidas de cadena. Estas dos últimas me fastidiaron bastante porque aparte de romper el ritmo me dejaron los dedos negros de grasa. Con la fuerza que da saber que la meta está cerca seguí pedaleando hasta coronar el puerto. La verdad es que no esperaba alcanzar este objetivo y me hubiese conformado con mucho menos pero el haber llegado me llenó de satisfacción, no lo niego.

Recorrí un centenar de metros más para salir de la carretera en un cruce con pistas forestales y allí aproveché para descansar algo, comer, beber y ajustar el desviador delantero.

Inicié la bajada del puerto creyendo que iba a ser la parte fácil pero un viento lateral bastante molesto y racheado me obligó, por desgracia, a ser demasiado prudente en el descenso. Para más inri comencé a notar cierta inestabilidad en la rueda trasera que me hizo detenerme en el arcén cerca ya de Bembibre para averiguar la causa. El neumático tenía poca presión de aire y el responsable o es un pinchazo lento o una fuga por el parche que le puse en la ruta anterior. No tengo ganas de comprobarlo y cambio la cámara por una nueva. Esta parada me come algo más de media hora.

Sigo con la ruta esperando no tener más incidentes. Para dar una nota más de color me equivoco en una rotonda que conozco de sobra, tomo una salida equivocada y me doy cuenta un buen rato después, ya en San Miguel. No sé en qué iría pensando. Llego hasta la estación, doy la vuelta y de nuevo a la rotonda. Tras una pequeña subida final, una relajante bajada me llevó por fin a casa donde una ducha caliente y una cena me devolvieron las fuerzas.

Una jornada que recordaré largo tiempo por haber superado la barrera de los 1000 km, haber completado una ruta con un modesto puerto que hace meses ni me plantearía y haber superado las dificultades que surgieron durante el camino. Está claro que si la cabeza quiere, las piernas también.

Ruta: Ponferrada - Puerto de Manzanal - Ponferrada. Carretera N-VI. 85 km. IBP = 66 BYC.

2016-08-07. Salida matinal de mantenimiento. La intención era hacer unos cuantos kilómetros por terreno fácil a ritmo tranquilo. Para romper esa calma volví a pinchar. Esta vez el responsable fue un pequeño cristal. Tres pinchazos en las tres últimas salidas, espero que cambie la racha que ya aburre. Tras la reparación pasé por una gasolinera para dar la presión correcta y luego ya volví a casa, que no tenía ganas de seguir pedaleando. Solo 50 km que me supieron a muy poco, pero bueno ya habrá días con más ganas y mejores resultados.

Algunos datos de mi reclinada

Reclinada corta con asiento alto (SWB HR Recumbent bike)

Medidas:

  1. Batalla: 120 cm
  2. Longitud: 184 cm
  3. Anchura máx.: 51 cm
  4. Altura base asiento: 70 cm
  5. Altura eje pedalier: 90 cm
  6. Ángulo asiento: 35º
  7. Peso en vacío: 19 kg

Componentes:

  1. Bastidor: Rocek.
  2. Asiento de fibra de vidrio: mnc.
  3. Cojín cubreasiento: mnc.
  4. Eje pedalier, bielas y platos (22-32-44): Truvativ Firex.
  5. Pedales: mixtos 500 SPD B'TWIN.
  6. Horquilla SR Suntour SLM V3.
  7. Timón de ángulo fijo con manillar regulable.
  8. Manetas combinadas freno y cambio: Shimano ST-EF51.
  9. Desviadores: B'TWIN.
  10. Cadena: Aprox. dos cadenas y media de mtb B'TWIN.
  11. Piñón libre: Shimano 14-16-18-20-22-24-28.
  12. Frenos: V-Brake Miranda.
  13. Rueda delantera: 26" mnc.
  14. Rueda trasera: 26" xrims linus-II.
  15. Neumáticos: Vittoria Randonneur 26/1,5.
  16. Luces, reflectores, espejo retrovisor, puños, cubreplatos, portabidón, portaherramientas, bolsa portacosas, mochila de asiento, timbre, guardabarros, velocímetro, reflectantes, etc.

(mnc = marca no conocida)

Comentarios:

  • 1- Hecho a medida, en función de mi altura y longitud de pierna.
  • 3- Se fija al asiento con tiras anchas de velcro. Originalmente trae dos pequeñas tiras a todas luces insuficientes por lo que le coloqué dos paralelas de 4 cm de ancho a todo lo largo, tanto en cojín como en asiento, así la fijación es perfecta durante el uso pudiéndose retirar el cojín fácilmente a voluntad.
  • 4- Usado pero en muy buen estado. Las bielas son de 17,5 cm. Algunos prefieren bielas más cortas en sus reclinadas pero de momento me encuentro cómodo con esta longitud; ya se verá lo que pienso cuando haga rutas más largas.
  • 5- Los pedales mixtos son una solución perfecta.
  • 6- Horquilla de muelle con fijación a rosca, bloqueable y ajustable. Para el uso que le doy a la reclinada más que suficiente. Entre ella y el amortiguador trasero hacen que los resaltos en la ciudad, el asfalto parcheado y las pistas con piso irregular no conviertan a la bici en una batidora.
  • 7- Con entrada y salida para cables. La tija se puede extraer más o menos alejando o acercando el timón al cuerpo. El manillar es reciclado de una bicicleta infantil. Va colocado invertido. En la U del manillar va un soporte horizontal para colocar el timbre y el velocímetro.
  • 11- Este piñón, típico de antiguas mtb, era el que venía con la rueda. Un 11 o 12 con un plato de 50 o 52 podría ser interesante para llanear y bajar con más brío pero eso es algo que ahora me da igual. En bajadas pronunciadas no suelo dar pedal más que al comienzo dejando a la gravedad hacer el resto, aunque siempre controlando con los frenos para que la cosa no se desboque.
  • 12- Los frenos V cumplen sobradamente la función de detener la bici. Hay que tener presente que es una bici para asfalto y caminos en buen estado no para atravesar zonas encharcadas ni llenas de barro en las que los discos no tendrían rival.
  • 13- Esta rueda era de la vertical Scott y ahora cumple su función en la reclinada. Está claro con qué bici disfruto más.
  • 14- Comprada en un mercadillo de ocasión. Desmonté el eje para limpiarlo y engrasarlo y centré la rueda ajustando los radios.
  • 15- Estas cubiertas van muy bien en asfalto y terreno compactado siempre que tengan la presión correcta. Las llevo a 5,5 bar. Sobre terrenos sueltos no he tenido problemas pero las sensaciones no son buenas. No le echo la culpa a las cubiertas sino a mi inexperiencia.

2016-08-20. Desde el día 7 hice varias salidas cortas (la mayor de 35 km) principalmente urbanas. La única forma de acostumbrarse a moverse en la jungla urbana es la práctica. Fastidian las continuas paradas en semáforos, pasos de peatones y entrada a rotondas pero es lo que hay. En zonas en las que es probable tener que parar suelo llevar el pie izquierdo suelto sobre la plataforma (llevo pedales mixtos) para agilizar el echar pie a tierra en caso necesario pero a la mínima que puedo fijo el pie con la cala porque voy mucho más cómodo. Hay que ir con mil ojos pero circular entre coches no se me hace demasiado incómodo; también es verdad que la ciudad donde vivo es pequeña y la densidad de tráfico no es la que se puede encontrar en otras mayores.

Como echaba de menos hacer una ruta larga hoy salí temprano a hacer una. Ida en ascenso y vuelta en descenso. A unos 40 km de casa se salió el tornillo que fija la roldana que guía la cadena de retorno, la que está cerca de la horquilla. Inmediatamente se fueron al suelo todas las piezas que fijaba, la cadena quedó suelta tocando la horquilla y no me quedó otra que dejar de pedalear, parar y buscarlas. Por suerte encontré casi todas desperdigadas por el asfalto y pude hacer un apaño con unas bridas y cinta americana. El apaño funcionó hasta llegar a casa aunque haciendo los mínimos cambios de plato para no forzar la situación. De hecho el pequeño entraba solo en "modo aleatorio", lo que no era de mucha ayuda cuando se necesitaba. Cuando a las piernas les pareció que ya habían subido bastantes cuestas di la vuelta y a casa. Muy satisfecho a pesar del pequeño inconveniente y a la espera de la siguiente. (101,5 km, IBP = 73 BYC).

2016-08-28. Esta semana saqué la bici el viernes para hacer un pequeño recorrido urbano de unos 20 km para probar unos cambios que hice tras la avería de la salida larga anterior. Como todo funcionaba perfectamente me propuse para hoy domingo un recorrido un poco largo. No me puse una meta fija sino ir viendo cómo me sentía y llegar hasta donde fuera posible sin más.

Salí temprano hacia Villablino pensando que llegaría a algún pueblo anterior y me daría la vuelta, pero no, las piernas rendían bien y, lo más importante, la cabeza tenía ánimo para decirles que siguiesen adelante. Pues adelante. Llegué a Villablino pero en vez de dar la vuelta y volver a casa aproveché para recorrer la vía verde que une Villablino y Caboalles de Arriba (Vía Verde de Laciana). Esta vía verde sigue el antiguo trazado de un ramal de ferrocarril por lo que tiene pendientes suaves y es apta para deportes pedestres y cicloturismo. Con 7,2 km no es muy larga para hacerla en bici en el plan que iba yo pero, por ejemplo, para unos padres con niños es una ruta muy asequible y con unas vistas magníficas. Dejaré para otro día recorrerla más tranquilamente a pie para poder disfrutar más del bello paisaje de Laciana.

Para volver preferí hacerlo por carretera que por la vía verde hay que ir a muy baja velocidad respetando a los demás usuarios.

Tras llegar a casa el cuentakilómetros marcaba 139 km, muchos más de los que esperaba hacer. Por cierto, para el seguimiento de la ruta estrené la aplicación OruxMaps que había probado con éxito en salidas que hago de senderismo. Será la que use en adelante sin ninguna duda.

¿Algo negativo? Llegué tarde a la hora de comer y, ay, olvidé aplicarme la crema de protección solar...

Ruta: Ponferrada (CL-631 + V. V. Laciana) Caboalles de Arriba (CL- 626 + CL-631) Ponferrada. 139 km. IBP = 104 BYC.

Foto: Inicio de la Vía Verde Laciana en Villablino.

2016-09-21. Desde la anterior entrada no he podido salir con la reclinada más que en contadas ocasiones y para trayectos cortos. No merece la pena comentar esas salidas pero sí comentaré en adelante las que tengan algo digno de mención.

Hoy era miércoles pero tenía la mañana libre. Decidí mover un poco las piernas dándome una vuelta pasando por varias poblaciones cercanas. En una de ellas, Toral de los Vados, hice una parada en la playa fluvial y saqué unas fotos a la bici con el río Burbia de fondo.

A la bici le he colocado el portabultos y la bolsa que antes estaban en la Scott. Se puede quitar y poner fácilmente con solo tres tornillos aunque creo que lo dejaré fijo porque al ser de aluminio no aumenta en gran medida el peso. La bolsa tiene mucha más capacidad que la mochila que llevaba colgada del respaldo. Va fijada con velcros al portabultos.

También le he puesto una pata para no tener que dejarla siempre apoyada en algo, con el riesgo que eso tiene.

Otro cambio es el desviador trasero. El que le había puesto funcionaba pero los cambios de marchas no eran lo rápidos y precisos que esperaba. Acudí a a pobre Scott y tomé prestado su desviador, un Shimano SIS de hace más de 20 años que funcionaba perfectamente. Bien pues aunque suene a broma esa antigualla funciona muy bien en la reclinada, infinitamente mejor que el nuevo que compré. Ver para creer.

2016-10-02. Tras algunas pruebas satisfactorias doy comienzo este mes a un nuevo enfoque con la reclinada. Intentaré hacer varias salidas cortas durante la semana y de vez en cuando alguna más larga en días no laborables. Lo que quiero es regularidad y poco a poco ir aumentando el kilometraje y la dificultad, no estar toda la semana parado y hacer una gran salida el fin de semana. Iré apuntando todo para ir controlando los progresos. El primer paso de este mes, hoy domingo, fue una pequeña ruta sin gran dificultad en desniveles ni distancia (65 km).

La verdad es que esta bicicleta me ha cambiado en muchos aspectos, todos a mejor. Cada vez me alegro más de haber dado un paso adelante y haber entrado en el mundo reclinado.

Una foto antes de entrar en Galicia.

La meta es el camino.

2016-12-11. Desde la última entrada en la página llevo unas cuantas salidas con la bici, todas de menos de 100 km. He cambiado algunas cosas. El desviador trasero es un Shimano Acera. La rueda trasera es la que tenía la Scott Mohaka, con un grupo de 13-15-17-19-21-24-28 dientes. El cambio más importante es el que salí a probar hoy. Es un timón abatible de marca Nazca, similar al de la Pioneer pero con acople para horquilla roscada. En ruta el fijo me servía perfectamente pero en paradas el abatible permite erguirse y tener una postura más cómoda. Entrar y salir del asiento también se hace más sencillo. Buena compra. También compré el manillar de ese timón pero de momento sigo con el mismo que tenía un tiempo.

Una pequeña parte del recorrido fue a la vera de un río por un camino de tierra cubierto de hojas sin problemas de agarre de los neumáticos. Ya se había ocultado el sol tras los montes y en nada se hizo de noche. Llevo una luz delantera que es más para que me vean que para ver y un foco para el casco para emergencias que va en la bolsa del portabultos. Debería poner una luz permanente delantera mejor, que de verdad ilumine. La vuelta a casa la hice por una carretera con tramos sin iluminar y no veía nada de nada de lo que había en la calzada. Eso es un peligro a evitar.

2016-12-18. Salida después de comer para hacer una ruta fácil para probar cosas.

La primera prueba fue el cuentaquilómetros inalámbrico que tenía en la Scott. Al cambiar el timón fijo por el abatible tuve que desmontar el velocímetro que tenía instalado porque el cable iba por dentro del tubo. Ya había probado el inalámbrico colocado en el manillar pero no le llegaba la señal desde la rueda y por eso lo había descartado y puesto el de cable. Probé por probar a instalarlo en el propio timón, le llega la señal y funciona. Es el modelo B'WIN 500. Le tuve que hacer un soporte para fijarlo al tubo del timón y queda accesible para manejarlo y bien visible. Ahí se queda.

Otra cosa que probé fue un pulsómetro. No me obsesiona el tema de las pulsaciones pero sí que es bueno poner cifras a las sensaciones para saber si se están haciendo bien las cosas.

La tercera fue una luz que llevaba en el casco. Me fue muy útil porque de los 85 km en total que recorrí unos 30 fueron ya de noche.

2017-01-15. Sigo con salidas regulares no muy largas pero suficientes para mantener la forma. Como novedad le he colocado grandes reflectantes blancos y rojos atrás para mejorar la visibilidad de noche. Aproveché para ponerle marca en el espolón y en los tirantes trasero. Lo de VK randonneur es demasiado largo y he preferido poner en el espolón un adhesivo con marca vekra y debajo un gráfico de una reclinada y la palabra kuŝbicikloj (bicicletas reclinadas en esperanto). En el tirante trasero puse vekra strato (strato = calle). Hago muchos más kilómetros por carretera que por calles urbanas pero me gusta más la palabra strato que ŝoseo. Ahora mi vekra strato hasta parece comprada directamente comprada tal cual en una tienda y no montada por un aficionado con piezas de mil y un orígenes. A mí me gusta, ¿se nota?

2017-03-12. Como lo de estarse quieto no va conmigo le he hecho un profundo cambio a la bici para adecuarla más al uso que le doy. No piso otra cosa que asfalto y preferentemente en buen estado por lo que me cuestioné la utilidad de las suspensiones sobre todo de la delantera. Tocaba hacer reformas y puesto en ello no me puse límites.

Cambié la horquilla delantera por otra rígida y eliminé la suspensión trasera. Eliminados los guardabarros. Eliminado también el portabultos trasero y su bolsa de transporte. También retiré la pata. El ahorro de peso supera de largo los 5 kg.

En la nueva configuración la altura de la bici bajó bastante y la inclinación del asiento se hizo mayor. También varió el ángulo de la horquilla. Estos cambios se notan bastante en el uso y requerí de unos cuantos kilómetros hasta hacerme a la nueva geometría.

Otros cambios fueron la eliminación de la polea de tracción, de otra de retorno y el entubado de gran parte de la cadena. Nuevo eje trasero con cassette Shimano 11-28, 7v. Mochila integrada en el respaldo y nuevo soporte para la luz trasera. Botes de agua y portaherramientas tras el asiento, en posición más aerodinámica.

Tuve que cambiar el velocímetro inalámbrico por otro de cable porque las interferencias de la cámara cuando va fijada en el timón hacen que no funcione correctamente.

Unas fotos para ver su nuevo aspecto y un pequeño vídeo grabado para probar la cámara en distintas posiciones:

Continuará...

Agradecimientos:

Quiero dar el agradecimiento debido a todos aquellos que comparten sus conocimientos en beneficio de todos y que tanto me han servido en este proyecto. Se me olvidarán algunos pero iré poniendo aquí al menos a parte de ellos. Gracias.

Contacto:

krajono@gmail.com