El Río Asón, llamado "Sauga" por los romanos, es, sin lugar a dudas, el centro de la vida del valle. Siempre fue una fuente de vida para sus ribereños.
El Asón siempre suministró el agua; para uso doméstico, para el ganado, para la tierra, para la producción de energía, para el ocio y por supuesto proporcionó alimento: salmón, trucha y anguilas. Sin embargo todo esto está desapareciendo hoy en día gracias a la multitud de actuaciones humanas que participan en la degradación de este recurso (planes hidrográficos, vertidos de residuos, escasas depuradoras, etc.)
Río Asón
Monumento al Salmón
Puente Franco
Es una pasarela colgante con tablero inferior de hormigón, piedra, y material metálico que consta de una luz libre. Salva el río Asón. Data de los años 60 (s. XX). Es un puente con una longitud de 38,40 m. y un ancho de 87 cm., contando con una altura máxima de 5,50m. En las cercanías del puente existe un pozo sobre la presa salmonera de Batuerto, y una roca denominada "La Peña del Portu". A los pies de la presa está el coto del mismo nombre, también conocido como "Pozo de Franco", porque allí acudía el General Francisco Franco a pescar. Por ello se construyó un puente que desapareció a consecuencia de una crecida, levantándose el puente colgante actual.
Puente Franco
Anécdotas de pesca
Cada ribereño morador de Gibaja, Udalla o Pieragullano que a menudo haya practicado la pesca del Salmón atesora, a buen seguro, un gran número de episodios anecdóticos vividos a orillas de Asón. A continuación se narra una pequeña muestra de estos retazos, memoria ya extinguida del río, sus gentes y de unos años prescritos.
Son breves relatos fieles al recuerdo de quienes aun pueden testimoniar.
Antolín Zabaleta y Julio Ortiz
Los dos veteranos pescadores Antolín Zabaleta y Julio Ortiz, con más de 70 años cada uno pescaron juntos por última vez en 1976 en Batuerto y consiguieron entre ambos 3 salmones, el cupo permitido.
“Julio tenía fama de andar por debajo del agua agarrado a las piedras del fondo. En cierta ocasión comentó que alguna que otra vez había logrado llevar salmones agarrados por la cola rio abajo, desde "el Cuende" hasta "la Hoyuela". ¿Y cómo los bajaba Julio? pues bajaba uno detrás del otro al látigo y a buen paso".
Los hay que cuando salen de pesca parecen con no conformarse con un salmón, por grande que éste sea, sino que tiene puestas sus aspiraciones en una presa de mayor envergadura.
Desde este talante eran los dos miembros de jefatura de montes de Santander que acudieron al Asón una soleada mañana de domingo; y como buenos "domingueros", a la altura aproximada del "puente espumoso", al arrojar la cucharilla, unos de ellos la dejó trabada en un tren que en ese momento pasaba a pocos metros en dirección a Bilbao. La desgracia no quedó tan solo en la pérdida del aparejo sino que el meritorio lance fue presenciado por algunos testigos, y el hecho, que trascendió más de lo que hubiera deseado el Santanderino, incluso se recogió en la prensa regional.
Francisco Puente "Paquín", Guarda Ríos.