Algunas imágenes que ayuden a visualizar el proceso, el contexto y algunas de las experiencias vitales asociadas.
La casa, en la que estamos viviendo desde el año 2007:
El periodo correspondiente al desarrollo de la obra fué largo y bastante duro, como consecuencia de la gran cantidad de huecos que hubo que cubrir para conseguir llevar lo que habíamos definido sobre el papel a la realidad. Y es que la implicación que tuvimos que asumir a lo largo de la obra fué mucho más allí de lo que estaba planificado, debido a que bastantes de los actores implicados no alcanzaron a cumplir su rol. La limitada profesionalidad en el mundo de la construcción, y especialmente cuando se le añade el prefijo 'bio', es probablemente una de las mayores barreras estructurales para desarrollar edificios eficientes y sostenibles más allí del papel, y es que para hacer las cosas 'bio' se debe partir de hacer 'bien' los aspectos 'convencionales' de la construcción, y desafortunadamente a menudo este no es el punto de partida. Con todo, a lo largo del camino también encontramos buenos profesionales, como el bio-electricista Oscar Morillo, y el constructor Francisco Funes, sin cuya colaboración probablemente no hubieramos llegado a buen puerto, o lo habríamos hecho con un desgaste todavía mucho más fuerte.
Y en cuanto al fontanero..., que vamos a decir, además de que todavía tiene algún asuntito pendiente... Pero es lo que hay cuando uno confía los varios kilómetros de tubo incorporados en la casa (muro radiante, 7 circuitos de agua: AFS, ACS, calefacción, impulsión aguas grises, evacuación aguas negras, recuperación aguas grises, recuperación aguas pluviales) a un fontanero 'hip' con criterios de bioconstrucción.
En fin, que se nos podrá decir prácticamente de todo, pero con toda esta madera y superficie a pintar, al introducir exigencias bioconstructivas en materiales como barnices y pinturas que constituyen el primer frente de potenciales emisiones contaminates dentro de la casa, lo que no nos podrán achacar fácilmente es que no pintamos nada...
La alimentación es otro de los frentes en los que la introducción de coherencia en nuestras decisiones y actitudes puede proporcionar una contribución significativa en la reducción del impacto de nuestra sociedad. En efecto, fijándonos tan solo en el impacto en términos energéticos, la siguiente figura nos muestra el consumo diario per cápita en función de la dieta y origen de los alimentos que ingerimos (procedente del estudio Energía 3.0 de Greenpeace: más información aquí - informe detallado. Otro enlace con abundante información sobre este proyecto aquí)
En esta línea, la elección de la dieta, la integración en grupos locales de consumo de productos bio, y el acercamiento a la autoproducción de alimentos son elementos a los que dedicamos los recursos disponibles. En particular, el huerto, aunque todavía requiere mucha más atención de la que hasta la fecha le hemos podido dar, pero ya nos va proporcionando sus alegrías.
Nuestras hijas se han visto inmersas en los primeros años de su vida en el proceso de definición, elaboración y materialización de este proyecto que ahora es su casa, pero que sin duda ha dejado una huella más profunda en ellas. Una muestra de ello es el hecho de que hubo una etapa en que prácticamente sólo dibujaban casas... Sin duda una muestra de la intensidad del proceso, pero también parte de las semillas que se sembraron.
A lo largo del proceso otros duendes han compartido dudas, sudores y alegrías con nosotros:
En el mundo rural, la conservación del medio natural en el que habitamos está estrechamente relacionado a la existencia de una estructura socio-política madura y sana. De hecho, desde nuestro punto de vista, este es uno de los elementos que inclina la balanza hacia la vida rural frente a la opción urbana. Actualmente, y desde ya hace varios años, asistimos a una fuerte tendencia migratoria de la población desde el mundo rural hacia las ciudades: Actualmente más del 50% de la población global reside en ciudades, y para el año 2050 este porcentaje puede fácilmente llegar al 70%.
Desde la perspectiva de la sostenibilidad hay argumentos que favorecen la concentración de la población en grandes ciudades, siendo uno de los habitualmente esgrimidos en el pasado la mayor eficiencia energética de la edificación de alta densidad (básicamente como consecuencia de su mayor compacidad). Sin embargo, precisamente este argumento puede dejar de ser válido a medida que se despliega el potencial de eficiencia en los edificios, pues en este caso el peso relativo de la demanda energética para climatizar los edificios pasa a constituir una parte muy minoritaria de la huella energtética total de los edificios (ver por ejemplo informe Energía3.0 de Greenpeace aquí). Y hay muchos otros argumentos que es preciso considerar para analizar el balance global de las opciones urbana y global.
En el contexto de nuestro país, uno de estos argumentos es la imperiosa necesidad de mantener una estructura socio-política madura y sana en el medio rural, para evitar las situaciones crónicas que se producen cuando estructuras caciquiles de gestión municipal conducen al empobrecimiento total del tejido socio-político por las relaciones de servidumbre que generan, de tal forma que el manejo y gestión del medio natural queda en unas pocas manos, sin control social, y sometido a fuertes intereses especuladores. En estas condiciones, la estabilización de una masa crítica de población rural independiente que pueda mantener independencia y espíritu crítico para contener y eventualmente hacer desaparecer las estructuras caciquiles, a menudo es la última barrera para la conservación de nuestro entorno natural.
Por otro lado, el proceso de autoconstrucción de nuestra vivienda ha sido objeto de diversos artículos en revistas y reportajes de televisión. En la sección de Divulgación pueden verse los enlaces a algunos de ellos.
En este enlace se puede acceder al programa emitido por Canal+ en el verano del 2007, grabado en la primavera de ese año, 'Así somos. Ciudadanos Verdes'.