El pensamiento político de Platón ha sido criticado por diferentes autores, entre los que se encuentra Popper. Según éste, la teoría filosófica propuesta por Platón en su libro "La República" daría origen al totalitarismo, una forma de gobierno contraria a la democracia y que durante el segundo tercio del siglo XX se manifestó en Europa, concretamente en la Alemania nazi.
La teoría platónica se encuentra en clara oposición con los tres principios de igualitarismo. Estos tres principios son: el individualismo, la protección por parte del Estado de la libertad de sus ciudadanos y la ausencia de privilegios. El primer principio se contrapone al colectivismo defendido por Platón, quien subordina al individuo a los intereses del Estado: el hombre ha de conservar y fortalecer la estabilidad del Estado, en beneficio del todo colectivo. De hecho, para Platón el individualismo era una forma de egoísmo (he aquí la hostilidad de Platón hacia la libertad del individuo). El segundo principio, que emana del primero, también estaría en oposición al pensamiento de Platón. Para este autor, existen determinados individuos o grupos sociales que gozan de privilegios (los sabios), los cuales deben gobernar. Por tanto, hace una rígida división de clases, en que cualquier alteración supone el desequilibrio de Estado y el derrumbe de la ciudad, un daño "injusto". Por eso lo "justo" para Platón es que cada individuo cumpla su función correspondiente en el Estado. Para la estabilidad del Estado hace falta, además, una severa censura y una continua propaganda que tiende a unificar las mentes.
Por último, es conveniente añadir que no todo han sido críticas al pensamiento platónico. Para algunos su obra más conocida es una alegoría a la felicidad del individuo integrado en un Estado, aunque estas interpretaciones se dice que han sido algo idealizadas.