013) 2013 Periódico EL BARRIO. Oda al querido Reconquista. Promoción 1967

Año 15 · N° 170 · MAYO 2013

Una propuesta que apela a la memoria de los vecinos

El barrio tiene una historia... y usted puede contarla

La intención de este periódico es rescatar el pasado del olvido. Invitamos a todos los lectores a participar con el aporte de testimonios, fotografías y otros documentos acerca de lugares, hechos y personajes que hicieron historia en nuestros barrio

Oda al querido reconquista

El 9 de marzo los compañeros que ingresaron en 1963 al Colegio Reconquista se reunieron a celebrar medio siglo de relación. El Dr. Eduardo Annaratone -integrante de esa promoción, desde hace 40 años odontólogo en La Siberia y actual presidente de la Asociación de Ex Alumnos del Colegio Nº 12 Reconquista- escribió unas líneas emotivas sobre esa etapa de su vida.

“Este verano, de vacaciones con la familia, y mientras el fuego en la parrilla hacía de las suyas con mis achuras y otros colesteroles, una música de La Bersuit inundaba el lugar. El alma que siempre vuelve a los rincones queridos, a los sitos recorridos, decía la letra. Y entonces comprendí una hermosa manera de volver; no era necesario ser joven otra vez y que este cuerpo de hoy se instale en mi pasado. Solamente había que dejar volar el alma. Ella sola me llevaría otra vez a mis trece años, a aquel marzo del 63, cuando un lunes 11 con mi saco nuevo, una corbata y mis pocos útiles me encaminé al Reco para conocerlos.

“Eran tiempos de barrio, de picado en la vereda, de cabeza frente a frente con ‘palomita vale doble’ y pechito mareo, siempre interrumpido por el paso del 405 que a cada rato se hacía presente. Tiempos de bicicletas y de Supremo, Edén, 9 de Julio, 25 de Mayo, Grand Bourg, Gral Pueyrredon, América y Aconcagua con tres películas continuadas, por la tarde, de pizzería Giussepin a la salida...

“También fue tiempo de amigos, de esos que dejan huella, que no se olvidan y que aún hoy siguen estando en mis días. Son los que llegando con el tren, el 1, el 9, el 7 (de Canuto Cañete), el 102, 106, 107, 114, a pie o acercados por familiares, desde lejos, de muy cerca o caminando por Mar Chiquita, Guanacache, Bebedero, Guayrá, Republiquetas, Av. América, como llamábamos antes a las calles de nuestro barrio. Ese mismo día también llegaban al colegio.

“Un grupo se alineó en mi 1º 1ra. A ellos muy pronto los fui conociendo; a los de 1º 2da. , 3ra. y 4ta. un poco más tarde, durante los recreos, haciendo la cola en el kiosco para comprar el sándwich de mortadela y queso o la empanada de Carmelo, en el CEF Nº 1 cuando íbamos a Educación Física o cuando organizábamos algún desafío al fútbol en el campito de Valdenegro y Republiquetas o frente a la iglesia en el parque.

“Un nuevo mundo se abría para mí: el colegio famoso en la zona, madrugones diarios, once profesores. Por suerte la amiga de esos años, la pelota, la que no se mancha, me ayudó en la integración. Después de dos o tres semanas de adaptación apareció el primer picado y con él el conocimiento más cercano con algunos, futboleros como yo. Mágicamente en el primer desafío alguno me nombró capitán y a partir de allí y hasta quinto año, con mucho orgullo llevé la cinta.

“Recuerdo con claridad nuestra aula del primer piso de Bauness. Eramos más de 40 y el espacio demasiado chico, pegado a la rectoría. Debíamos hacer massimo orden y silencio, como decía el ordenanza Torchia (hermano de Francisco, el portero). También las excentricidades del Loco Pintos, la despreocupación de Calvo (Atila el rey de los ‘unos’), la peinada lisa del Chato Cordara y de Ulieldin y la expulsión de Fabbri por una revista que no era de anatomía, aunque se veían cuerpos sin ropas.

“Todo esto y mucho más es lo que le permite a mi alma volver a compartir con ustedes aquellos hermosos tiempos vividos en nuestro querido Reconquista del 63”.