Como persona que amo la verdad, no puedo menos que estar de acuerdo con lo que dice La Atalaya del 1 de Noviembre de 1946 pág. 330. Bajo el título “Sea Dios veraz”. El artículo habla de las pretensiones tanto de los judíos como de las autoridades católicas de ser “los depositarios de la verdad en todos los tiempos”.
Estas son las declaraciones hechas por La Atalaya: “La Palabra de Dios escrita, por tanto, no necesita añadidura de tradiciones que corresponden a interpretaciones privadas de hombres y organizaciones religiosas. No es por nuestra propia autoridad que decimos que la Biblia es suficiente en sí misma. El inspirado apóstol Pablo escribe a su compañero de creencia, Timoteo, al respecto, diciendo: “Desde la infancia has conocido los santos escritos que pueden hacerte sabio para la salvación mediante la fe relacionada con Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra (2 Tim 3: 15-17,. TNM). Si las tradiciones orales de hombres religiosos hubieran sido necesarias para complementar la pauta bíblica, Pablo no habría dicho que las inspiradas Santas Escrituras fueran provechosas para hacer perfecto al hombre de Dios en fe y devoción a Dios. Habría sido inapropiado y habría dejado al hombre de Dios imperfecto. Pero con la plena madurez de Timoteo como cristiano en mente, Pablo le instruyó para que se esforzara en ocuparse de la Biblia y manejarla correctamente, al decir: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente”. (2 Tim. 2: 15. TNM)”
Me gusta en particular la declaración “No es por nuestra propia autoridad que decimos que la Biblia es suficiente en sí misma”. No tengo ninguna duda en relacionar esta vigorosa postura de libertad personal declarada en este articulo con las palabras del discípulo Santiago que dijo: “Sigan hablando de tal modo y sigan haciendo de tal modo como lo hacen los que van a ser juzgados por la ley de un pueblo libre”. (Santiago 2:12)
Harían bien en seguir esta fidedigna instrucción todos aquellos que buscan servir a Dios como sus testigos.
Lamentablemente esa postura del C.G. no duró mucho tiempo y se fueron al otro extremo. Esto se puede ver en la Atalaya del 15 de marzo de 1968 pág. 167 donde dice: “Así que la Biblia es un libro de organización y pertenece a la congregación cristiana como organización, no a individuos, prescindiendo de cuán sinceramente crean que pueden interpretar la Biblia. Por esta razón no se puede entender apropiadamente la Biblia sin tener presente la organización visible de Jehová”.
Pero en el año 1982 fueron mucho más lejos, al clasificar como apóstatas a los que leen por si mismo la Biblia y al decir que son como Satanás. Eso es lo que dice la Atalaya 1 de enero de 1982, pág. 29 párr. 14 “De vez en cuando, se han levantado de entre las filas del pueblo de Jehová algunos que, como el Satanás original, han adoptado una actitud de independencia y criticona… Dicen que basta con leer la Biblia exclusivamente, ya sea a solas o en grupos pequeños en el hogar. Pero, lo extraño es, que mediante tal ‘lectura de la Biblia,’ han vuelto directamente a las doctrinas de apostasía que estaban enseñando los comentarios del clero de la cristiandad hace 100 años”.
Con cinismo, acusan a la iglesia católica por lo que ellos mismos practican. En La Atalaya del 1 de Julio de 1943, pág. 201 escribieron: “El Vaticano restringe el estudio de la Biblia clamando que es la única organización autorizada y calificada para interpretar la Biblia.” Más recientemente en la ¡Despertad! de diciembre de 2011 página 7 con el tema: Intentan evitar que la Palabra de Dios llegue a las masas, dice: “El clero limitó gravemente el acceso de la gente común a la Biblia y se aseguró de que así se quedaran las cosas. Esta situación le confirió poder sobre las masas. No quería que el vulgo incursionara en dominios que consideraba suyos”.
¿Hay alguna diferencia entre el clero y la declaración de la Atalaya de 1968 donde el C.G. dice: “La Biblia es un libro de organización y pertenece a la congregación cristiana como organización, no a individuos”. Las evidencias muestran que el C.G. ha puesto en práctica lo que hizo el Papa Inocencio III en el año1198 cuando declaró que nadie debería leer la Biblia o sería apedreado hasta la muerte (Enciclopedia de Diderot 1759). Claro está que el C.G. no puede ejecutar a ningún Testigo de Jehová por leer la Biblia de la manera que Pablo le pidió a Timoteo que lo hiciera, pero lo que hacen es peor que la muerte, torturan mental y emocionalmente a todo testigo que cuestiona sus enseñanzas a la luz de la Biblia, lo hacen cuando expulsan al individuo impidiendo tener cualquier contacto espiritual y hasta físico con sus seres queridos y amigos, y a estos los intimidan bajo amenazas de expulsarlos tambien si desobedecen las normas del C.G de tener contactos con los expulsados. Ni el Papa Inocencio III ni el C.G. tienen el apoyo de las Escrituras para un proceder tan cruel e inhumano.
Aunque un Testigo de Jehová presentara evidencia, eso no importa, tampoco importa la cantidad de prueba bíblica que pueda aportar, ni la lógica de sus argumentos. Todos pueden ser rechazados y descartados incluso antes de haberlo oído por quienes colocan una autoridad religiosa humana como su guía, como factor determinante de lo que es la verdad. Quienes están bajo esa autoridad han sido de esa manera privados de libertad para decidir por sí mismos si la información es objetiva o es falsa, si beneficiosa o perjudicial. Contra la autoridad no hay defensa alguna, la autoridad no necesita dar respuesta, no tiene necesidad de refutar o tan siquiera considerar la evidencia presentada; simplemente condena. La única respuesta que un testigo puede esperar de la autoridad es que lo que publica la Sociedad Watch Tower, como canal de Dios, tiene que ser aceptado. No aceptarlo significa caer en desgracia.
Como persona que amo la verdad, no puedo menos que estar de acuerdo con lo que dice La Atalaya del 1 de Noviembre de 1946 pág. 330. Bajo el título “Sea Dios veraz”. El artículo habla de las pretensiones tanto de los judíos como de las autoridades católicas de ser “los depositarios de la verdad en todos los tiempos”.
Estas son las declaraciones hechas por La Atalaya: “La Palabra de Dios escrita, por tanto, no necesita añadidura de tradiciones que corresponden a interpretaciones privadas de hombres y organizaciones religiosas. No es por nuestra propia autoridad que decimos que la Biblia es suficiente en sí misma. El inspirado apóstol Pablo escribe a su compañero de creencia, Timoteo, al respecto, diciendo: “Desde la infancia has conocido los santos escritos que pueden hacerte sabio para la salvación mediante la fe relacionada con Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra (2 Tim 3: 15-17,. TNM). Si las tradiciones orales de hombres religiosos hubieran sido necesarias para complementar la pauta bíblica, Pablo no habría dicho que las inspiradas Santas Escrituras fueran provechosas para hacer perfecto al hombre de Dios en fe y devoción a Dios. Habría sido inapropiado y habría dejado al hombre de Dios imperfecto. Pero con la plena madurez de Timoteo como cristiano en mente, Pablo le instruyó para que se esforzara en ocuparse de la Biblia y manejarla correctamente, al decir: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente”. (2 Tim. 2: 15. TNM)”
Me gusta en particular la declaración “No es por nuestra propia autoridad que decimos que la Biblia es suficiente en sí misma”. No tengo ninguna duda en relacionar esta vigorosa postura de libertad personal declarada en este articulo con las palabras del discípulo Santiago que dijo: “Sigan hablando de tal modo y sigan haciendo de tal modo como lo hacen los que van a ser juzgados por la ley de un pueblo libre”. (Santiago 2:12)
Harían bien en seguir esta fidedigna instrucción todos aquellos que buscan servir a Dios como sus testigos.
Lamentablemente esa postura del C.G. no duró mucho tiempo y se fueron al otro extremo. Esto se puede ver en la Atalaya del 15 de marzo de 1968 pág. 167 donde dice: “Así que la Biblia es un libro de organización y pertenece a la congregación cristiana como organización, no a individuos, prescindiendo de cuán sinceramente crean que pueden interpretar la Biblia. Por esta razón no se puede entender apropiadamente la Biblia sin tener presente la organización visible de Jehová”.
Pero en el año 1982 fueron mucho más lejos, al clasificar como apóstatas a los que leen por si mismo la Biblia y al decir que son como Satanás. Eso es lo que dice la Atalaya 1 de enero de 1982, pág. 29 párr. 14 “De vez en cuando, se han levantado de entre las filas del pueblo de Jehová algunos que, como el Satanás original, han adoptado una actitud de independencia y criticona… Dicen que basta con leer la Biblia exclusivamente, ya sea a solas o en grupos pequeños en el hogar. Pero, lo extraño es, que mediante tal ‘lectura de la Biblia,’ han vuelto directamente a las doctrinas de apostasía que estaban enseñando los comentarios del clero de la cristiandad hace 100 años”.
Con cinismo, acusan a la iglesia católica por lo que ellos mismos practican. En La Atalaya del 1 de Julio de 1943, pág. 201 escribieron: “El Vaticano restringe el estudio de la Biblia clamando que es la única organización autorizada y calificada para interpretar la Biblia.” Más recientemente en la ¡Despertad! de diciembre de 2011 página 7 con el tema: Intentan evitar que la Palabra de Dios llegue a las masas, dice: “El clero limitó gravemente el acceso de la gente común a la Biblia y se aseguró de que así se quedaran las cosas. Esta situación le confirió poder sobre las masas. No quería que el vulgo incursionara en dominios que consideraba suyos”.
¿Hay alguna diferencia entre el clero y la declaración de la Atalaya de 1968 donde el C.G. dice: “La Biblia es un libro de organización y pertenece a la congregación cristiana como organización, no a individuos”. Las evidencias muestran que el C.G. ha puesto en práctica lo que hizo el Papa Inocencio III en el año1198 cuando declaró que nadie debería leer la Biblia o sería apedreado hasta la muerte (Enciclopedia de Diderot 1759). Claro está que el C.G. no puede ejecutar a ningún Testigo de Jehová por leer la Biblia de la manera que Pablo le pidió a Timoteo que lo hiciera, pero lo que hacen es peor que la muerte, torturan mental y emocionalmente a todo testigo que cuestiona sus enseñanzas a la luz de la Biblia, lo hacen cuando expulsan al individuo impidiendo tener cualquier contacto espiritual y hasta físico con sus seres queridos y amigos, y a estos los intimidan bajo amenazas de expulsarlos tambien si desobedecen las normas del C.G de tener contactos con los expulsados. Ni el Papa Inocencio III ni el C.G. tienen el apoyo de las Escrituras para un proceder tan cruel e inhumano.
Aunque un Testigo de Jehová presentara evidencia, eso no importa, tampoco importa la cantidad de prueba bíblica que pueda aportar, ni la lógica de sus argumentos. Todos pueden ser rechazados y descartados incluso antes de haberlo oído por quienes colocan una autoridad religiosa humana como su guía, como factor determinante de lo que es la verdad. Quienes están bajo esa autoridad han sido de esa manera privados de libertad para decidir por sí mismos si la información es objetiva o es falsa, si beneficiosa o perjudicial. Contra la autoridad no hay defensa alguna, la autoridad no necesita dar respuesta, no tiene necesidad de refutar o tan siquiera considerar la evidencia presentada; simplemente condena. La única respuesta que un testigo puede esperar de la autoridad es que lo que publica la Sociedad Watch Tower, como canal de Dios, tiene que ser aceptado. No aceptarlo significa caer en desgracia.