Erasmo - Elogio de la insensatez

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Erasmo de Rotterdam nació el 27 de octubre de 1466 en Zevenbergen, cerca de Breda, y murió en Basilea el 11 de junio de 1536. Se llamaba Gerardo y cambió su nombre por el de Erasmo Desiderio que en griego y en latín significan lo mismo: lo que se desea.

Erasmo escribió el Elogio mientras era huésped de Tomás Moro en su casa de Chelsea. La obra se gestó –según Lorenzo Riber– en junio de 1508, mientras iba Erasmo montado sobre una mula desde Italia a Inglaterra, cruzando Alemania. Una moza hacía el mismo camino y “le cosquilleaba los oídos” y divertía con sus gracias y donosura. Se llamaba Moria, y de estos coloquios nació el Encomium Moriae o Elogio de la insensatez, que Erasmo dedicó a Moro por la semejanza del nombre.

El futuro canciller y santo –a quien Enrique VIII mandaría decapitar para compartir el lecho con Ana Bolena– recibió la Moria como una graciosa bagatela sin mayor trascendencia. El propio Erasmo la juzgaría años más tarde, como “obra de una época de paz que jamás escribiera si previera la tempestad que amagaba”.

El Elogio de la insensatez es una sátira mordaz, en la que la misma Insensatez se burla de la falsa religiosidad y otras ideas y sentimientos enfáticamente mantenidos por quienes en realidad los escarnecen: el amor, el patriotismo, la ciencia. En verdad, se trata del elogio entusiasta de todos aquellos sentimientos que aparentemente fustiga. Hace una crítica feroz de la vida cortesana, del despotismo, de la guerra, y de todo aquello que mancha la rectitud, la sinceridad, la tolerancia, el verdadero amor a Dios y a todos los hombres y a cuanto por Él ha sido creado.

Vista de este modo, se trata de una obra moral que contribuyó a despertar la conciencia pública frente a la espantosa corrupción del siglo xv. No obstante, el Elogio fue incluido en los Índices de 1559 y 1583, y su lectura fue fustigada y perseguida por la Inquisición.

La mayoría de la veces, esta obra ha sido publicada en español bajo el título de Elogio de la locura. Sin embargo –como han hecho notar algunos estudiosos–, moria no se traduce correctamente por ‘locura’, pues la palabra latina que corresponde a locura es insania, que significa la pérdida de la razón, mientras que stultus equivale a necio, insensato, ignorante, fatuo. Y el mismo Erasmo no opone a moria la cordura, sino la sabiduría. Para la presente edición hemos preferido usar ‘insensatez’, dado que el vocablo ‘estulticia’ es, en general, ajeno al uso cotidiano del español actual.