El Secuestro de Don Ramón Sánchez de Ibargüen Troya por el Maquis

AÑO 1944

SECUESTRO DE DON RAMÓN SÁNCHEZ DE IBARGÜEN TROYA

POR EL MAQUIS

1. El Maquis

La finalización de la Guerra Civil significó para algunos perdedores con responsabilidades políticas el tener que abandonar sus hogares y refugiarse en los campos y en los montes para no sufrir el acoso de la justicia.

Su condición de huido les obligó, como medio de propia conservación, recurrir al robo y al secuestro.

Los perjudicados, si se resistían, eran vilmente asesinados, por lo que, en general, entregaban de buen grado las cantidades, víveres, armas, etc. solicitadas; la mayoría de las veces no denunciaban el suceso, y cuando lo hacían, no era con otra finalidad que la de justificar su conducta, por temor a responsabilidades, pero su información, para el descubrimiento y captura , era falsa por medio a represalia...

Las medidas que en un principio se adoptaron de proceder a la detención de los que entregaban el metálico exigido, lejos de ser eficaces, alimentaron el problema, pues la mayoría de los hechos se silenciaron y se repitieron de forma alarmante...

Aunque en la documentación y en los informes oficiales estos individuos recibieron el nombre de bandoleros, su organización ha pasado a la historia con el apelativo de “maquis”, tal vez por extensión de la F. F. I. francesa (Fuerza de la Resistencia Interior), organizada por la ocupación de Francia por los alemanes y que hoy sirve para designar a cualquier banda u organización de individuos.

A partir de agosto de 1945 el maquis adquiere mayor capacidad política al constituirse en organizaciones con mutuas relaciones, entre las que se encontraba, para el asunto que nos concierne, la llamada “Junta Nacional de Guerrilleros Antifascistas, Sector Sur”, integrada por nueve militantes pertenecientes a cada uno de los siguientes facciones de izquierda: Izquierda Republicana, Unión Republicana, CNT, FAI, Socialismo, Juventudes Unificadas, UGT, Comunismo y otro sin adscripción política.

En su reglamento aprobaron “para la buena marcha de la lucha guerrillera”, la creación de un fondo común para gastos de organización, para lo cual deberían entregar una cuarta parte del importe del “golpe”. Más tarde, enero de 1946, este porcentaje se sustituyó por una cuota mensual de 200 pesetas.

Otras agrupaciones, entre ellas la denominada “Fermín Galán”, en relación con el partido comunista y la CNT de Jerez y Sevilla, recibieron algunas armas para su actividad.

En cualquier caso, el movimiento maquis en Andalucía, que fue donde la organización tuvo mayor implantación, no parece que prolongara su existencia más allá de la década de los cincuenta; los que no habían sido detenidos o entregados, murieron en combates o fusilados, y los que no, eligieron el camino del exilio.

Independientemente del suceso que da origen a esta Crónica, la relación de Montellano con el movimiento maquis comprende, varios atracos en las inmediaciones de esta población por Juan Gamero López, más conocido por “El tío del saco”, antes de su captura en Algodonales el 19 de agosto de 1942, y el hecho de haber formado parte de esta organización algunos individuos vecinos y naturales de esta Villa, entre los que se encontraban Virgilio García Guardiola, del que haremos mención en esta Crónica y Juan Moreno Hidalgo (a) “Felichón”, atracador, que fue preso por la guardia civil de Zahara de la Sierra en la dehesa de “Gomares” el día 12 de abril de 1943, interviniéndosele en el momento de la captura 160 kilogramos de trigo procedente de robo y una escopeta “Rémington”.

Asimismo fueron capturados por la fuerza de los puestos de Algodonales y Olvera el 19 de febrero del citado año 1943, Juan Hidalgo Azogue (a) “Ratilla”, Juan Sánchez Jiménez (a) “El Coripeño”, y Juan Ramírez Ruiz (a) “El Jaén” , todos vecinos de Montellano y autores de atracos en las fincas de “Orihuela”, del término de Olvera, y de “Las Navas”, de Algodonales, y el vecino de esta última localidad, Francisco Álvarez Belmonte.

En el sector de las fuerzas del orden, hay que referir la muerte en 1951 del guardia civil, natural de Montellano, Francisco Matías López, en un enfrentamiento con los maquis en la serranía almeriense cuando desempeñaba su primer destino.

Aunque el informe oficial del que me he servido para el trabajo de esta Crónica incluye en el mismo apartado de bandolerismo el caso de José Orta Rebollo, éste, aunque comparta la misma naturaleza, por sus fines, no puede ni debe adscribirse dentro del movimiento maquis.

El único delito de José Orta Rebollo era el de haber sido presidente del centro de obreros de UGT y CNT de Alosno (Huelva), de donde era natural.

Al finalizar la contienda y ante las consecuencias imprevisibles que hubieran podido derivarse de la misma, huyó de su pueblo llegando hasta Montellano, donde permaneció escondido en varios lugares de su término. Establecida la familia en Puerto Serrano, Rebollo consiguió vivir escondido en su propia casa, oculto a todos los vecinos.

La preñez de su mujer y la evidencia del embarazo delataron a Rebollo, que para defender su honor, terminó presentándose voluntario a la guardia civil de Puerto Serrano el día 19 de abril de 1943.

Siendo yo niño conocí a Rebollo. Trabajaba la recoba y venía a Montellano con asiduidad. Era un hombre bajito, nervioso, simpático y muy hablador. Se hacía acompañar por una borriquilla o un mulo más alto que él, del que andaba siempre tirando. Cuando bebía era aún más alegre y más hablador y no le importaba contar, no sin cierto gracejo y con su peculiar voz, sus aventuras y desventuras. Yo mismo se las oí referir en varias ocasiones.

Rebollo, por tanto, podía haber sido un militante de izquierda, pero nunca un maquis, al menos en el sentido que este término tiene en la actualidad. Hoy día su nombre enriquece el nomenclátor de Puerto Serrano con el título de “Alcalde José Orta Rebollo”.

2. El secuestro

La finca “Las Posadas”, donde tiene lugar el secuestro que voy a tratar, es propiedad del vecino de Montellano don Salvador Sánchez de Ibargüen Corbacho. La configuración geográfica del terreno donde se halla situada y el sistema de sierras colindantes con abundantes montes, hace aquella zona centro de gran actividad de la organización maquis por su fácil ocultación.

“Las Posadas” pertenece al término de Arcos de la Frontera, ubicándose entre esta población y Prado del Rey; aunque sería mejor decir entre Arcos y Ubrique, puesto que para acceder a dicho caserío es preciso tomar un carril en la margen izquierda de la carretera que une las dos últimas localidades citadas.

El día 15 de mayo de este año de 1944, poco antes de las seis de la tarde, don Ramón Sánchez de Ibargüen Troya, de 24 años, hijo del propietario de la finca, pasea a caballo recorriendo la misma, dedicada en su mayor parte a la explotación del ganado lanar y al vacuno de lidia.

Marcha sin acompañante. Sobre las seis de la tarde le sale al encuentro un individuo, que, con el pretexto de solicitarle una información, detiene el caballo, al tiempo que otros hacen su aparición obligándoles a bajar del animal.

El plan ha salido tal como estaba proyectado. El enlace, tan necesario en todo secuestro de la organización maquis, es el vaquero de la propia finca, Virgilio García Guardiola, vecino de Montellano; personaje contradictorio y de trayectoria política muy confusa. De cenetista destacado pasó a falangista acérrimo para terminar sus días como maquis. A pesar de ser trabajador del cortijo no goza entre el personal de éste, ni de simpatía ni de confianza.

Los secuestradores conducen al secuestrado hasta el caserío, mandándole que recoja algunas prendas de abrigo y buena cantidad de comestibles, principalmente chacina y pan, obligándole a escribir una carta dirigida a su padre solicitándole 375.000 pesetas, importe del rescate.

Mientras tanto se retiran a un lugar determinado de la misma finca, en cuya compañía y durante todo el tiempo que dura el secuestro, según manifestación del propio interesado a este cronista, recibe un buen trato.

Una vez la carta escrita hay que conducirla a Montellano, donde se encuentra don Salvador. Para tal fin se ofrece voluntario el vaquero, Virgilio García Guardiola, que aunque hasta el momento todos los presentes ignoran su responsabilidad en el secuestro, es rechazado; encargándose del asunto Diego Herrera, el capataz, que en una caballería emprende el camino hacia Montellano cuando ya anochecía.

Lo impropio de la hora, ya avanzada la noche, y la cantidad exigida, la cuantía más alta hasta el momento solicitada por el maquis por un rescate, hace muy difícil reunir la citada cantidad.

Don Salvador acude inmediatamente al único banco existente en Montellano, el Español de Crédito, de quien es uno de sus mejores clientes. Y ya en presencia del director, don Antonio Chamorro, puede comprobar que la cantidad reclamada rebasa muy por encima los límites de disponibilidad de la referida sucursal.

Sin embargo, el director del banco, solidarizándose con el momento de intensa angustia que vive don Salvador y acompañado por éste, recorren las oficinas bancarias de Villamartín, El Coronil y Utrera, y desde esta última, puesto en contacto con el Banco Español de Crédito de Ronda, se completa la suma exigida.

Para el envío del dinero a “Las Posadas” y poder realizar el canje, don Salvador emplea a un hombre de su confianza. Se trata del taxista Enrique Gómez Rodríguez, natural de Utrera y afincado en Montellano, donde vive desde hace varios años en que llegó como chofer particular de don Salvador.

A las diez de la noche del día 16 de mayo se encontraba en libertad don Ramón Sánchez de Ibargüen Troya. El secuestro había durado, por tanto, veintiocho horas.

Dos meses después del suceso que acabo de narrar, justo el día 10 de julio del mismo año de 1944, la guardia civil de Prado del Rey detiene a los presuntos autores de un anónimo dirigido a don Salvador, por el que le exigían depositara en un lugar prefijado la cantidad de doscientas mil pesetas.

3. Los secuestradores

En el secuestro participaron los siguientes miembros del maquis cuyos nombres y hecho más destacados señalo a continuación:

1º). Francisco Moreno Barragán (a) “Benito”. Natural de Cortes de la Frontera, Evadido del campo de concentración de Búcor (Granada) era miembro de Juventudes Unificadas y en calidad de tal formó parte de la denominada “Junta Nacional de Guerrilleros Antifascistas, Sector Sur”. Su actuación se remonta al año 1940 en el que capitaneó la partida conocida como “Los Moreno de Cortes”, integrada por nueve individuos, entre ellos dos hermanos suyos.

Una de sus primeras actuaciones fue el asalto y saqueo de la finca “Atalaya”, de Jerez de la Frontera, donde además de llevarse la suma de 25.000 pesetas sustrajeron varias escopetas, pistolas, revólveres y abundante cartuchería.

Actuó como jefe de partida entre otros secuestros con solicitud de rescate, en el de don Ramón Sánchez, y el 13 de octubre de 1940 en un encuentro con los carabineros hirió a dos de ellos.

El 15 de marzo de 1941 intervino en el asesinato del guarda de la dehesa de “Charco de los Hurones”, en Jerez, de la mujer y de un hijo de éste, en venganza por creer que el mencionado guarda había denunciado a la guardia civil la presencia de los bandoleros.

El 15 de octubre de 1942 Mandaba la partida que secuestró y asesinó a un vecino de Alcalá de los Gazules.

Murió el 18 de diciembre de 1950 en Algatocín (Serranía de Ronda) en un encuentro con la guardia civil.

2º). Julián Moreno Barragán (a) “Moreno de Cortes”. Hermano del anterior y como aquél intervino en numerosos secuestros, unas veces a la orden de su hermano y otras como jefe de grupo.

Fue el responsable del asesinato del vecino de Prado del Rey, don José Orellana Vega, al que intentaron secuestrar.

Fue detenido el 27 de diciembre de 1949 cuando realizaba la travesía Tánger-Casa Blanca. Juzgado en consejo de guerra fue condenado a la última pena y ejecutado en Sevilla.

3º). José Guerra Galván (a) ”El Guerra”. Natural de Galicia. Fue miembro de las partidas de Francisco y Julián Moreno Barragán y como aquéllos intervino en los hechos señalados a los dos hermanos.

Estranguló a la esposa del compañero de partida, José Flores García (a) “Chato Cuarterón” por haberle contagiado una enfermedad venérea.

Fue muerto en el encuentro con la guardia civil en Algatocín el 18 de diciembre de 1950.

4º). Enrique Torres (a) “El Valenciano”. A excepción del secuestro de don Ramón Sánchez no se conocen de él otros hechos en los que participara. Murió en Jubrique (Serranía de Ronda) en un encuentro con la fuerza del orden.

5º). José Flores García (a) “Chato Cuarterón”, natural de Estepona.

Formó parte de la partida de “Los Morenos de Cortes”. Murió en su pueblo natal a manos de la guardia civil al poco del secuestro de don Ramón Sánchez.

6º). Juan Francisco Domínguez Gómez (a) “Perico el de Alcalá”. Natural de Alcalá de los Gazules. Intervino en la partida de Francisco Moreno para el secuestro de don Ramón Sánchez, aunque posteriormente actuó como jefe de grupo.

Murió el 18 de diciembre de 1950 en el encuentro con la fuerza de la guardia civil en Algatocín.

7º). Juan Ruiz del Río (a) “Niño Bermejo”. Intervino en un asesinato de un vecino de Prado del Rey. De la partida del secuestro de don Ramón Sánchez es el único que logró escapar. Huyó a Tánger.

8º). Virgilio García Guardiola (a) “Conejo”, de Montellano. Posterior al secuestro de don Ramón Sánchez realizó algunos atracos. Murió a tiros por la guardia civil en Villaluenga del Rosario el día 4 de octubre de 1946, en un encuentro que tuvo en el lugar de aquel término conocido como “Peñón Bermejo”.

N O T A S

ESTE TRABAJO FORMA PARTE DE LIBRO “MONTELLANO: CRÓNICAS DE UN SIGLO” [PRIMERA SERIE]. PÁGINAS 178-182. (SEVILLA 1993).

MI AGRADECIMIENTO A DON FRANCISCO SOTOMAYOR FLORES POR LA COLABORACIÓN QUE EN SU DÍA SIGNIFICÓ UN DOCUMENTO, ENTONCES INÉDITO Y CONFIDENCIAL, Y QUE ME FUE BÁSICO PARA LA ELABORACIÓN DE LA PRESENTE CRÓNICA.

ASIMISMO A DON JESÚS SÁNCHEZ DE IBARGÜEN GUTIÉRREZ, FAMILIAR DEL PROTAGONISTA DE ESTA HISTORIA, QUE POR SU MEDIACIÓN ME REFIRIÓ DE VIVA VOZ LOS PORMENORES DEL SECUESTRO.