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En septiembre de 1985, se presentó en el Salón de Frankfurt el BMW M3, aunque su comercialización no estaba prevista hasta inicios del año siguiente. Este modelo se convirtió inmediatamente en el estandarte de la serie 3 (E30) y de todas las posteriores generaciones de esta gama.

En España no llegó hasta marzo de 1987. La intención de BMW al desarrollar el M3 fue fabricar un vehículo que pudiera ser homologado para competir en rallies y circuitos en el Grupo A, y especialmente en los campeonatos de turismos en la categoría de menos de 2.500 cc, tanto en el certamen alemán (DTM) como en el internacional, que en 1987 adquirió el rango de campeonato mundial. Como requisitos para dicha homologación la FISA (Federatión International du Sport Automobile) obligaba a producir un mínimo de 5.000 unidades durante doce meses consecutivos y que su cilindrada no excediera de 2,5 litros.

A causa de esta cantidad mínima que se debía fabricar, el M3 fue el primer M ensamblado en las cadenas de montaje de la propia BMW AG en Munich. Sin embargo, la repercusión que tuvo la entrega de las primeras unidades llevaron a la firma bávara a programar una mayor producción del modelo.