El Estado de Costa Rica - Siglo XIX (1825-1848)

1. El Estado de Costa Rica en la República Federal de Centro América, 1825-1838

La República Federal existió hasta 1838 y su Constitución debía atenderse en los temas de elección de autoridades federales, defensa exterior, comercio exterior y relaciones internacionales.

Los catorce años comprendidos entre la emisión de la Constitución Federal en noviembre de 1824 y el momento en que el Congreso Federal autorizó el 30 de mayo de 1838 a los Estados a darse cada uno el gobierno que más les conviniese, mientras se reestructuraba de nuevo la Federación, fue de hecho el periodo de existencia real de la República Federal. Durante esa etapa Costa Rica se caracterizó por ser un Estado muy legalista, respetó las órdenes del gobierno federal y efectuó las elecciones que le correspondían para elegir las autoridades de la República Federal. Asimismo cumplió con el pago de los impuestos federales. (Obregón Quesada, 1999, p. 41)

Tras emitirse la Constitución del Estado de Costa Rica, se procedió a la elección de las autoridades constitucionales, el 19 de marzo de 1825. Durante el periodo 1825-1838 ejercieron el poder (en negrita los que están representados en el CODIMEP-CR):

El historiador costarricense Carlos Monge Alfaro (1974) destaca, entre estos primeros Jefes de Estado, a Juan Mora Fernández y a Braulio Carrillo. En su opinión, Juan Mora Fernández:

...se dirigió a sus conciudadanos en tono patriar­cal, sin caer en actitudes groseras: su permanencia en el poder marcó a sus sucesores un camino lleno de comprensión, de inteligencia, de bondad al propio tiempo que de energía.

Sabedor de los abusos que se cometían con la petición de limosnas, práctica indecorosa para la religión y además perjudicial para el Estado, se prohibió en los pueblos toda colecta para santos. (...) En su tiempo se estableció la Casa de la Moneda. También se expidió un decreto en que se invitaba "a todos los ciuda­danos a que establecieran en cualquier pueblo del Estado un papel público periódico, considerando que la base prin­cipal de un gobierno libre es la ilustración, y que los pro­gresos de ésta puede proporcionarlos la edición de periódi­cos manuscritos". (Monge Alfaro, 1974, pp.167-8)

Con respecto a Braulio Carrillo, electo para completar el periodo de Gallegos tras la renuncia de este, Monge Alfaro describe su carácter y el ambiente en el que le tocó gobernar:

Era un hombre joven, enérgico y dinámico. Deseoso de poner or­den en la casa; de vida sencilla, encarnó al patriarca severo, de muy exacta visión de lo que era imprescindible hacer para el bie­nestar del país.

Un hecho elocuente es que Braulio Carrillo fue el gobernan­te que se necesitaba; sólo una voluntad de hierro capaz de no retroceder ante nada podía sacar bien a nuestra patria de ese periodo de anarquía y de desarticulación. Las ciudades, principalmente Cartago, le disputaban a San José la capi­talidad; la autoridad del Jefe de Estado casi no se obedecía fuera de los límites de la capital. En las diversas poblaciones los círculos dirigentes conspiraban de continuo con­tra la estabilidad de las instituciones. Además, en las gentes del común, descendientes de los indisciplinados labriegos del siglo XVIII, al aceptar las limitaciones que la ley im­ponía a la vida individual produjo no pocas alteraciones. Eso de someterse a normas, pagar impuestos, respetar auto­ridades, constituía algo nuevo para los costarricenses, cuya vida, por siglos, había discurrido por muy distintos cauces. Para colmo de males se desató en el país una ola de irres­ponsabilidad, vagabundería, e irrespeto por la propiedad ajena que mantenía a la colectividad en un peligroso estado de anarquía. Sólo una mano fuerte y un espíritu consciente podían detener el caos. (Ob. cit., pp. 172-3)

2. El Estado Libre de Costa Rica, 1838-1848

Durante este periodo ejercieron el poder:

El 27 de mayo de 1838 los militares josefinos le dieron un golpe de estado al Jefe Manuel Aguilar. Braulio Carrillo tomó el poder y gobernó de facto de 1838 a abril de 1842, cuando Francisco Morazán lo obligó a entregarle el gobierno. Costa Rica se separó de la República Federal de Centro América el 14 de noviembre del 1838, bajo el mando de Braulio Carrillo.

Cabe reproducir aquí la descripción que hace Monge Alfaro de la dictadura de Carrillo:

Ejerció el mando en forma ilegal, atropelló las instituciones democráticas y, en no pocas oportunidades, perturbó la tranquilidad de los habitantes. Durante los cuatro años de su segundo gobierno logró impulsar el progreso de la nación en todas formas. Verdaderas transformaciones se produjeron en esta época. No justificaremos jamás los procedimientos de que se valió Carrillo para llegar de nuevo a la primera magistratura; pero es indiscutible que la anarquía y el desorden eran tales que a la distancia aparece su gobierno como necesario; aún más, la organización del Estado costarricense data de ese tiempo. (Ob. cit., p. 176)

Con respecto a la caída de Carrillo, la toma del poder por Morazán y la pronta caída de este, nos dice:

La caída de don Braulio fue recibida con entusiasmo, pues así los ciudadanos creyeron recuperar las libertades. Morazán fue objeto de ardoroso recibimiento, y grandes aclamaciones le prodigaron los pueblos hasta su llegada a San José. Pero la alegría iba a durar bien poco. Morazán no venía a ofrecer la paz sino a luchar por sus ideales centroamericanistas. Poco le importaba la suerte de nuestra patria; le interesaba ante todo reconstruir la República Federal. Se dedicó con ahínco y con fe a la realización de su pensamiento. (Ob. cit., p. 178)

Y más adelante:

Morazán, para realizar su empresa, tiranizó en tal forma a los ciudadanos con impuestos, servicio militar y otras medidas, que los josefinos, al mando de José Antonio Pinto, y los alajuelenses, al mando de don Florentino Alfaro, terminaron por levantarse contra él. Derrotado, Morazán huyó a Cartago, y encontró asilo en la casa de doña Anacleto Arnesto. Traído a San José fue fusilado junto con Villaseñor el 15 de setiembre de 1842, en la esquina sudoccidental del actual Parque Central. (Ob. cit., p. 179)

Tras la caída de Morazán, el Congreso nombró a José María Alfaro como Jefe Provisorio. Este convocó a una Asamblea Constituyente que redactó la Constitución de 1844. Alfaro fue convocado de nuevo a ejercer el poder de junio del 46 a mayo del 47, año en que se practicaron nuevas elecciones.

3. Estado de Costa Rica (1847-1848)

El 31 de agosto de 1848, José María Castro Madriz refrendó el proyecto enviado por el Congreso que proclamaba la República de Costa Rica, convirtiéndose así en el primer Presidente Constitucional de la República.

En sus intervenciones en la vida pública el doctor don José María Castro se caracterizó por sus firmes convicciones democráticas, respeto a la dignidad humana y afán de pro­greso. Hombre reposado, de distinguido porte, quiso educar a los costarricenses para que manejaran con sabiduría los derechos y las libertades que les ofrecía el régimen demo­crático. Para él el Presidente no debía gobernar para pe­queños grupos de familias sino para el pueblo todo. El ciu­dadano tiene derechos y el gobierno debe garantizarle el correcto ejercicio de éstos, sea cual fuere la clase social a que perteneciera. Desde la presidencia, la llanura y la Uni­versidad luchó por orientar la vida ciudadana con el propó­sito de que cada costarricense le hiciera honor con sus actos y vida en general a la república. Sabía muy bien don José María Castro que la democracia no es asunto únicamente del o de los hombres que gobiernan, sino asunto en el que todas las personas deben participar. (Ob. cit., p. 182)


Fuentes:Monge Alfaro, Carlos.1974. Historia de Costa Rica. 13ª ed. San José: Librería Trejos.Obregón, Clotilde. 1999. Nuestros Gobernantes. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.