Exploración dermatológica

Juan Rejas López, Ana Goicoa Valdevira, Pablo Payo Puente, Verónica Balazs Mayanz. 2010.

  • Muchos procesos cutáneos tienen una presentación parecida debido a que la piel tiene un número limitado de reacciones posibles.

  • Por ello, el diagnóstico de las enfermedades de la piel requiere la realización de una anamnesis detallada, y el estudio de las lesiones existentes. A estas exploraciones hay que añadir, según los casos, distintas pruebas complementarias a fin de lograr un diagnóstico definitivo del proceso patológico.

  • Los datos recogidos se deben expresar en una historia clínica especialmente diseñada para los patologías cutáneas.

  • Al igual que otras ciencias, la dermatología posee una terminología específica, existiendo términos sinónimos, que se resumen en la tabla adjunta.

Sinonimia


prurito ~ comezón ~ picazón; es español se usa el adjetivo pruriginoso, siendo incorrecto el término, derivado del inglés, prurítico
atriquia ~ atriquiasis ~ atricosis
hipertricosis ~ hipertriquiasis
leucotriquia ~ acromotriquia
melanodermia ~ hiperpigmentación
leucodermia ~ hipocromía ~ hipocrosis ~ despigmentación
acromía ~ acromasia ~ acromatismo ~ acromatosis
habón ~ roncha
vesícula ~ ampolla ~ flictena; el término inglés bulla es incorrecto en español
erosión ~ escoriación ~ excoriación ~ exulceración
fisura ~ grieta
nódulo ~ tumor

Anamnesis

  • Para el diagnóstico de un proceso cutáneo en particular, la anamnesis puede ser el elemento más valioso, ya que recoge el desarrollo y progresión de la enfermedad.

  • Se inicia recogiendo los datos personales del paciente -especie, raza, edad y sexo-, los cuales ya nos informan de los procesos patológicos que se pueden sospechar o, al revés, excluir.

      • Así, las piodermas y la sarna demodécica son frecuentes en perros, y raras en gatos; ciertas razas están predispuestas a patologías concretas (atopia y terriers, seborrea y cocker spaniel, intertrigo y shar pei); ciertas patologías son más frecuentes a unas edades (sarna demodécica, acné e impétigo en animales jóvenes, endocrinopatías y tumores en individuos viejos); e, igualmente, existen procesos relacionados con el sexo del paciente (tumor de Sertoli en machos, hiper e hipoestrogenismos en hembras).

    • Se debe investigar desde cuándo existe el problema cutáneo y, en su caso, si existe periodicidad anual.

      • Así, la mayor parte de los perros atópicos manifiestan los primeros síntomas de la enfermedad cuando tienen entre 6 meses y 3 años de edad, si bien frecuentemente son llevados a la consulta bastante tiempo después.

      • Igualmente la aparición de una dermatopatía con carácter estacional sugiere distintos procesos, como la dermatitis alérgica a la picadura de pulgas, una dermatitis atópica causada por pólenes o una alopecia estacional de los flancos.

    • Una parte muy importante de la anamnesis consiste en recoger todos aquellos datos sobre la forma y lugar de inicio de las lesiones, la rapidez de aparición, así como su posterior evolución, ya que las lesiones más diagnósticas frecuentemente solo se observan al comienzo del proceso, no existiendo cuando el animal es llevado a la consulta.

    • Se debe investigar a su vez si existen otros animales o personas, que convivan con el animal, afectados de lesiones cutáneas, al objeto de detectar procesos zoonósicos o enfermedades contagiosas, como la dermatofitosis o la sarna sarcóptica.

    • Es este un momento propicio para conocer el ambiente en el que vive el paciente, su alimentación, la limpieza que recibe y su frecuencia, y todo aquéllo que en ese momento se considere interesante; por ejemplo, si el animal bebe u orina en exceso, como cuando se sospecha un síndrome de Cushing como causa de alopecia.

    • No hay que olvidar que frecuentemente el dueño o cuidador del animal ya ha ensayado algún tratamiento farmacológico, supervisado por un veterinario o no. Se debe indagar qué fármacos ha utilizado, en qué dosis, y con qué resultados, a fin de sacar conclusiones correctas.

      • Así, un proceso que no ha respondido a antibióticos, puede ser debido a que no se ha escogido uno adecuado, que la dosis utilizada ha sido menor de la terapéutica, o que el diagnóstico era erróneo. Igualmente, un proceso que mejora o remite tras la administración de corticoides puede ser compatible con enfermedades alérgicas o inmunomediadas, aunque no excluye otros procesos como las sarnas, ya que disminuye la intensidad del prurito.

    • A veces se deben investigar la existencia de antecedentes familiares, ya que en algunas enfermedades de la piel (atopia, demodecia, displasia folicular) es posible encontrar padres o hermanos afectados.

    • Un dato muy importante a conocer mediante la anamnesis es la presencia o ausencia de prurito en el animal, sensación molesta causada por una ligera estimulación nociva de la epidermis que se manifiesta por rascado, mordido, lamido o frotamiento con objetos.

      • El prurito está presente en un elevado número de procesos patológicos cutáneos (dermatopatías alérgicas, ectoparasitosis), siendo considerado como uno de los criterios más importantes en el diagnóstico diferencial de las dermatopatías. En caso de que el proceso sea pruriginoso se prestará especial atención a la frecuencia y localización corporal del prurito, así como si es o no estacional.

Examen físico

    • El examen físico se inicia con una inspección general del animal (con luz natural o, alternativamente, luz artificial brillante, evitando la aparición de sombras), en la cual se observa la extensión del proceso, la distribución general de las lesiones, si son localizadas o generalizadas, y simétricas o asimétricas. Todo ello se expresa en el paradigma del animal presente en la ficha clínica.

    • La distribución de las lesiones puede ser típica en algunos procesos (morro en el acné, lumbosacra en la dermatitis alérgica a la picadura de pulgas). Igualmente algunas enfermedades muestran una simetría en la alopecia (endocrinopatías), y otras no necesariamente (sarna sarcóptica).

      • Ciertas localizaciones lesionales inducen a pensar en procesos particulares. Así, ante una afectación podal en perros con frecuencia es recomendable realizar un raspado en busca de Demodex canis.

    • La inspección general sirve también para comprobar el estado del pelaje, si está cuidado, e incluso si posee o no ciertos ectoparásitos (pulgas, garrapatas).

    • Este es un momento adecuado para observar si la capa del animal muestra un exceso de descamación, ayudándose de la palpación para reconocer si la capa es excesivamente seca o, por el contrario, muy grasa (la mano queda untuosa). Todos estos trastornos se agrupan dentro del concepto de seborrea, debiéndose a un trastorno de la queratinización de la piel.

    • Una vez finalizada, se procede a la realización de un examen detallado de toda la superficie corporal, incluyendo los pulpejos y las uniones mucocutáneas. En ciertos casos la inspección se extiende a las mucosas (boca, oído, etc.).

      • La existencia de lesiones a nivel de piel y de las uniones mucocutáneas, de las mucosas, o la afectación de las uñas es compatible con procesos autoinmunes y con leishmaniosis.

    • Este examen se puede dividir, desde un punto de vista docente, en dos exploraciones separadas: del pelo y de la piel. El principal método exploratorio utilizado es la inspección, la cual puede ser mejorada utilizando una lente de aumentos, siendo complementada de forma importante por la palpación y, en ocasiones, por la olfacción y la percusión.

Examen del pelo

    • La alopecia es la falta completa de pelo en los lugares donde existe normalmente, pudiendo tener una distribución y extensión muy distintas según los casos.

      • Cuando es una alopecia corporal total, generalmente de origen congénito, se habla de atriquia, la cual no se debe confundir con razas caninas desnudas (perro crestado chino, gato esfinge). Se puede hablar de hipotricosis cuando la alopecia es parcial, y de tricorrexis cuando existe rotura del pelo (dermatofitosis, displasia folicular).

      • Ante un proceso alopécico se debe comprobar la facilidad de depilación de los pelos, mediante tracción con los dedos. En la mayoría de las enfermedades la resistencia de los pelos a la tracción no varía, estando facilitada en algunas dermatopatías en los que los pelos están en fase de inactividad (endocrinopatías, efluvio telógeno).

    • Poco frecuente es el hallazgo de un exceso de pelo o hipertricosis, pudiéndose observar en la acromegalia canina.

ver imágenes de alteraciones del pelo

    • Los cambios de pigmentación de los pelos reciben el nombre de melanotriquia y leucotriquia, aumento y disminución, respectivamente, de la coloración del pelo. La melanotriquia puede ser secundaria en gatos a un exceso de lamido de los pelos por parte del animal, mientras que la leucotriquia se describe en la dermatosis sensible al zinc.

      • El color rojizo del pelo se observa en perros de capa blanca, en áreas frecuentemente húmedas por saliva (lamido) o lágrimas; más raramente se describe en animales de capa oscura debido a desequilibrios nutricionales (cita 1 - cita 2).

      • Con mucha menor frecuencia, se describe una coloración dorada del pelo (aurotriquia) en algunos schnauzer miniatura (cita) y en la alopecia estacional de los flancos.

ver imágenes de alteraciones de la pigmentación del pelo

Examen de la piel

    • En el examen general de la piel se debe comprobar la textura, elasticidad, extensibilidad, consistencia, grosor, temperatura y color de la misma, comparando siempre con zonas adyacentes, deteniéndose posteriormente en el estudio pormenorizado de las lesiones presentes. La piel normal es turgente, flexible, suave y elástica, deslizándose con facilidad sobre los tejidos profundos. Los trastornos que afectan a la elasticidad, extensibilidad, consistencia y grosor de la piel, generalmente van unidos entre sí.

      • Aunque muchos de los términos empleados se refieren más propiamente a lesiones histopatológicas, se habla de atrofia cuando existe una disminución del grosor de la piel (hiperadrenocorticismo canino), y esclerosis a la induración de la piel y tejido subcutáneo (normalmente secundaria a procesos inflamatorios crónicos).

    • Las alteraciones de la pigmentación melánica lo suelen ser por exceso, melanodermia, teniendo generalmente en perros un origen secundario (inflamaciones crónicas, endocrinopatías). Más raro es hallar disminuciones de la pigmentación o leucodermia; la ausencia total se denomina acromía, pudiendo ser congénita (albinismo), y adquirida (lupus eritematoso discoide).

    • Una vez finalizado el examen general de la piel, se comienza por una valoración de las diferentes lesiones presentes, pudiendo ser necesario, en ocasiones, recortar el pelo que las recubre para una mejor inspección o palpación o, incluso, para realizar una biopsia de la zona.

    • Se deben estudiar principalmente las lesiones jóvenes, debido a la gran dificultad que tiene la interpretación de las lesiones antiguas afectadas por el rascado del animal y, frecuentemente, infectadas secundariamente. Por lo tanto, se deben diferenciar las lesiones primarias o primitivas, aquéllas que se desarrollan espontáneamente como reflejo directo de la enfermedad subyacente, de las lesiones secundarias, las cuáles han evolucionado de las primarias o han sido causadas por el propio animal, cuando son dolorosas o pruriginosas, o algún factor externo.

      • Hay que aceptar que la división entre lesiones primarias y secundarias es a veces arbitraria, pudiendo un tipo de lesión ser primaria en un proceso patológico y secundaria en otro distinto.

Lesiones primarias: aquéllas que se desarrollan espontáneamente como reflejo directo de la enfermedad subyacente

Lesiones secundarias: aquéllas evolucionadas de las primarias, o causadas por el propio animal (rascado), o por algún factor externo

Lesiones cutáneas

Primarias o primitivas
- mácula y mancha- púrpuras- eritema y roséola- comedón- pápula y placa- habón y angioedema- nódulo- tumor- vesícula y ampolla- pústula
Secundarias
- escama- collarete epidérmico- escara- costra- erosión- úlcera- fisura- cicatriz- hiperqueratosis- liquenificación- absceso- quiste
  • La mácula es una lesión circunscrita, plana, no apreciable por palpación, mayor de 1 cm (mancha cuando es mayor de 2 cm), caracterizada por un cambio de color de la piel. Puede ser por pigmentación melánica (lentigo), por despigmentación (vitíligo), por vasodilatación (eritema) o por hemorragia local (púrpuras).

    • La púrpura es una mácula de color rojo-púrpura por extravasación de eritrocitos, diferenciándose en petequia (puntiforme, menor de 1 cm), equimosis (extensa, no circunscrita, mayor de 1 cm), víbice (lineal), y hematoma (colección de sangre circunscrita; es blando a la palpación y usualmente está causado por traumatismos).

    • La roséola o eritema, este último de mayor tamaño, son máculas rojas debidas a vasodilatación. El eritema es la lesión cutánea más frecuente, estando presente en la mayoría de las dermatopatías, pudiendo ser el signo principal o incluso único del proceso morboso.

      • La diferenciación clínica entre el eritema y las púrpuras se realiza mediante presión sobre la lesión, generalmente con una pieza limpia de plástico o cristal, blanqueando si está causada por congestión vascular (eritema) y no cuando es por hemorragia (púrpura). A esta técnica se la denomina diascopia o vitropresión.

    • El comedón es el resultado de la dilatación del folículo piloso, lleno de queratinocitos, sebo o gérmenes, dando una imagen de puntos negros; es lesión primaria en acné, y secundaria en algunas endocrinopatías.

    • La pápula es una lesión circunscrita de pequeño tamaño, sólida a la palpación, plana o con elevación, reflejo de una condensación de la epidermis o de la dermis superficial. Puede ser de origen edematoso o estar causada por un infiltrado celular generalmente inflamatorio, pudiendo implicar a folículos pilosos o no; aparece en la foliculitis.

      • La placa es una lesión de mayor tamaño, con cabeza plana, que se origina frecuentemente por la confluencia de pápulas.

    • El habón es una lesión claramente circunscrita, plana o elevada, de forma redonda-alargada, generalmente pruriginosa, blanco-rosácea, que blanquea mediante la diascopia. Es el resultado de un edema que aparece y desaparece fugazmente, en minutos-horas, siendo característica la elevación de los pelos que lo recubren. Aparece en distintos procesos (urticaria, picadura de insectos). En regiones distensibles como el labio o párpado aparece un edema más difuso, hablándose de angioedema.

      • El nódulo o tumor es una elevación sólida más o menos circunscrita, resultado de una infiltración de células inflamatorias o neoplásicas, que se extiende en capas más profundas de la piel. Frecuentemente no afecta a la superficie cutánea siendo explorado mediante palpación, percibiéndose una masa firme inserta dentro de la piel. Se observa en procesos inflamatorios profundos de la piel y en neoplasias.

      • En español tumor es sinónimo de nódulo; el avance de la vigésima tercera edición del diccionario de la Real Academia Española define tumor, en su segunda acepción, como “hinchazón y bulto que se forma anormalmente en alguna parte del cuerpo de un animal”.

    • La vesícula es una elevación de la epidermis claramente circunscrita, llena de un fluido claro, encontrándose en los pénfigos. En el caso de los carnívoros domésticos, las vesículas adquieren rápidamente un aspecto de pústula al ser infiltradas por polimorfonucleares neutrófilos; además son extremadamente frágiles y transitorias, por lo que frecuentemente se rompen, apareciendo erosiones y costras amarillentas. Cuando la vesícula es de tamaño grande, mayor de 1 cm, se denomina ampolla.

    • La pústula es una elevación pequeña y circunscrita de la epidermis, llena de pus, apareciendo amarilla, aunque también puede ser rosa-roja. Se denominan foliculares cuando tienen un pelo en el centro (foliculitis), e intraepidérmicas cuando aparecen independientes de los folículos pilosos (impétigo).

    • La escama es una lámina blanca, amarilla o grisácea que se desprende espontáneamente de la capa córnea de la piel, siendo característica de los trastornos de la queratinización.

      • Las escamas se clasifican en ptiriasiformes, cuando son pequeñas y finas, y psoriasiformes cuando aparecen grandes y gruesas. Aunque los distintos procesos escamosos pueden cursar con ambos tipos de escamas, algunos se caracterizan por escamas ptiriasiformes (sarna demodécica, displasia folicular), y otros por psoriasiformes (leishmaniosis).

    • El collarete epidérmico es una escama con forma circular, formada a partir de una vesícula, ampolla o pústula rota, siendo típica su presencia en piodermas.

    • La escara es un tejido necrosado y negruzco, generalmente seco, de tamaño variable, apareciendo en la evolución de quemaduras.

    • La costra es una masa sólida originada por la desecación de un exudado, sangre, pus o medicamentos, que permanece adherida a la superficie cutánea. El color depende del origen, variando de amarillo (pus) a rojizo (sangre), encontrándose principalmente tras la ruptura de pústulas, en piodermas y pénfigos.

    • La erosión es una pérdida superficial de sustancia que no se extiende más allá de la epidermis, respetando la membrana basal, curando sin cicatriz. Normalmente está causada por rascado, autoproducidas en procesos pruriginosos.

    • La úlcera es una pérdida de sustancia más profunda que la erosión, afectando a la dermis; cuando son extensas dejan en su curación una cicatriz. Normalmente son lesiones secundarias (dermatopatías ampollosas), aunque a veces son primitivas (lupus eritematoso).

    • La fisura es una hendidura lineal en la epidermis o, incluso, hasta la dermis. Aparece principalmente en las uniones mucocutáneas (comisuras labiales) y en los pliegues naturales de la piel (axilas).

    • La cicatriz es una lesión constituida por tejido conjuntivo o fibroso de reparación que ha reemplazado la dermis o hipodermis dañadas por un traumatismo, una quemadura o una lesión inflamatoria dérmica intensa (piodermas profundas). Generalmente son alopécicas, secas, atróficas y despigmentadas, aunque pueden ser hipertróficas e hiperpigmentadas.

    • La hiperqueratosis es un engrosamiento de la capa córnea de la epidermis, siendo primaria en la hiperqueratosis nasodigital, y secundaria en los callos por puntos de presión.

    • La liquenificación es un engrosamiento y endurecimiento de la piel, caracterizada por una acentuación de las líneas cutáneas, similar a una calle con adoquines. Normalmente la piel está hiperpigmentada, encontrándose en la acantosis nigricans y en procesos por fricción crónica.

    • El absceso es una colección purulenta delimitada, blanda, caliente, dolorosa y fluctuosa a la palpación, localizada en dermis o tejido subcutáneo, que aparece en heridas punzantes (absceso percutáneo felino) y otras infecciones profundas de la piel.

    • El quiste es una cavidad limitada por una pared conjuntiva tapizada por epitelio con contenido fluido o sólido. A la palpación puede ser blando, fluctuoso o mostrarse como una masa sólida.

ver imágenes de lesiones

Técnicas complementarias

    • Tras los datos obtenidos en las exploraciones anteriores, frecuentemente es necesaria la realización de pruebas especiales que confirmen un diagnóstico presuntivo, o bien provea de información adicional que descarte o induzca al diagnóstico.

    • En este apartado se describen las pruebas complementarias realizadas con mayor frecuencia; otras técnicas se describen en los capítulos correspondientes.

Anamnesis

Inspección general del animal, con luz natural o, alternativamente, artificial brillante

Examen detallado de toda la superficie corporal, incluyendo pulpejos, uniones mucocutáneas y mucosas, particularmente la auricular

Pruebas complementarias: raspado cutáneo, citología, biopsia, tricografía, etc.

Luz de Wood

    • ¿A quién se realiza? A cualquier paciente sospechoso de dermatofitosis.

    • ¿Cómo? Se recomienda usar una lámpara con lupa y conectada a enchufe, en una habitación oscura, y esperando 2-3 minutos para acomodar la visión.

    • Interpretación. Solo la presencia de una fluorescencia verdosa en los tallos pilosos es valorable. La fluorescencia en escamas, costras o posibles restos de pomadas no lo es.

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      • La existencia de tallos pilosos fluorescentes solo sugiere la infección, que debiera confirmarse mediante tricografía o cultivo de los pelos fluorescentes.

      • En perros y gatos, la fluorescencia suele indicar una infección por Microsporum canis.

      • La ausencia de fluorescencia no descarta una dermatofitosis.

Raspado cutáneo superficial

    • ¿A quién se realiza? A perros con dermatitis pruriginosa en los que la historia no permita descartar definitivamente una sarna sarcóptica.

      • Esta técnica se usa también para el diagnóstico de otras ectoparasitosis menos frecuentes, como Demodex cornei en perros y Notoedres cati y Demodex gatoi en gatos.

    • ¿Dónde? Cuantas más áreas afectadas se raspen mejor; se recomienda recoger material del borde de los pabellones auriculares, codos y corvejones.

    • ¿Cómo? Sarcoptes scabiei es un parásito que vive debajo de la capa córnea de la epidermis, por lo que un raspado superficial es suficiente para encontrarlo; sin embargo, su número es pequeño, por lo que se requieren raspados de una superficie extensa para asegurar su hallazgo.

      • La mejor manera es raspar, con una hoja de bisturí, toda la superficie afectada, recogiendo las escamas y costras; éstas se introducen en un matraz con una pequeña cantidad (5 ml) de potasa (OHK) al 20%, calentándose a unos 50°C, para disolver la queratina de las costras.

      • En unos 10 minutos se observa que la mayor parte de las costras ha desaparecido; en ese momento se pasa la muestra a un tubo y se centrifuga durante 5-10 minutos; con la ayuda de una pipeta Pasteur se recoge una muestra del fondo, que se coloca entre un portaobjetos y un cubreobjetos. Se mira con el primer objetivo del microscopio.

      • A veces se requiere mirar varias muestras para conseguir observar algún ácaro o huevo.

    • Interpretación. La presencia de un único ácaro o huevo es diagnóstica.

Raspado cutáneo profundo

    • ¿A quién se realiza? A perros con alopecia en los que el cuadro clínico no permita descartar definitivamente una sarna por Demodex canis.

      • En perros también se utiliza para confirmar o descartar la presencia de Demodex injai, y en gatos de Demodex cati.

    • ¿Dónde? En áreas afectadas recientemente. No se recomienda hacer raspados de zonas muy cronificadas y engrosadas, ya que es probable no encontrar ácaros.

      • En perros, en caso de haber comedones, suele ser una zona recomendable donde realizar el raspado.

    • ¿Cómo? Primero se presiona la piel donde se va a realizar el raspado, en la intención de empujar los ácaros hacia la superficie.

      • Tras ello se hace un raspado en dirección del crecimiento del pelo, usando una hoja de bisturí en la que se ha depositado una gota de vaselina. Se raspa hasta que se sangre ligeramente la zona.

      • El material obtenido se coloca sobre un portaobjetos y se añaden una o dos gotas de vaselina, superponiendo un cubreobjetos. Se mira con los dos primeros objetivos del microscopio.

      • Una técnica alternativa consiste en usar cinta adhesiva y exprimir con los dedos la piel de la zona muestreada; la cinta se coloca sobre un portaobjetos, con una o dos gotas de vaselina en medio.

    • Interpretación. La presencia de numerosos ácaros adultos o de alguna forma juvenil (huevo, larva o ninfa) es diagnóstica. En perros sanos puede encontrarse muy raramente algún adulto (cita).

Cinta adhesiva

    • ¿A quién se realiza? A pacientes con dermatitis descamativa.

    • ¿Cuándo? En principio, siempre que haya “escamas”, ya que es una prueba sencilla, rápida y barata, para descartar o confirmar si son Cheyletiella.

      • A veces también diagnostica otros ácaros superficiales mucho menos frecuentes, como Demodex cornei o Demodex gatoi.

    • ¿Cómo? Con cinta adhesiva transparente, se pone la parte adhesiva sobre las “escamas”; una vez adheridas, se pega la zona adhesiva a un portaobjetos, y se mira con el primer objetivo del microscopio, diferenciando si son escamas verdaderas o ácaros.

    • Interpretación. La presencia de un único ácaro o huevo es diagnóstica.

    • En relación a Demodex canis recientemente se ha descrito una técnica nueva que mejora los resultados del raspado profundo, usando cinta adhesiva y exprimiendo con los dedos la piel de la zona muestreada; la cinta se coloca sobre un portaobjetos, con una o dos gotas de vaselina en medio (cita).

Tricografía

    • La tricografía es el estudio microscópico de los pelos.

    • ¿A quién se realiza? Usualmente, la tricografía se usa en tres tipos de pacientes: en gatos para saber si la alopecia es autoproducida, en perros con alopecia simétrica no autoproducida y, en mucha menor medida, para el diagnóstico de dermatofitosis.

    • ¿Cómo? En el primer caso, ante la duda de si la alopecia, usualmente de un gato, está producida por un acicalamiento excesivo o rascado, se arrancan pelos, siguiendo la técnica descrita más abajo, observándose con el primer objetivo si las puntas están rotas. En caso de estar rotas, usualmente se debe a una alopecia autoproducida, aunque otros procesos pueden cursar con pelos rotos (displasia folicular canina, dermatofitosis).

ver imagen

    • En perros con alopecia simétrica no autoproducida, la tricografía ayuda a diferenciar los casos de displasia folicular de aquéllos con alopecia por exceso de pelos en telógeno (alopecia endocrina o efluvio).

      • Con unas pinzas de hemostasia protegidas con tubos de goma (para no dañar los pelos) se traccionan todos los pelos de una pequeña área; no vale arrancarlos con los dedos, ya que este método arranca mejor los pelos en telógeno que los que están en anágeno.

      • Se depositan entre un cubreobjetos y un portaobjetos con una gota de aceite mineral o vaselina.

      • Se miran unos 25 pelos con el primer objetivo, diferenciando los bulbos en anágeno (fase de crecimiento) y en telógeno (fase de inactividad), y observando si hay deformaciones en los tallos pilosos o macromelanosomas.

        • Los pelos en anágeno presentan una raíz con aspecto húmedo, redondeada y frecuentemente curvada y pigmentada.

        • Los pelos en telógeno muestran una raíz en forma de palo, con aspecto seco; nunca pigmentada.

ver imagen de anágeno-telógeno - ver imagen de macromelanosomas

      • Interpretación. La presencia de pelos rotos, deformados y con macromelanosomas (grumos de melanina) es muy sugerente de displasia folicular relacionada con el color.

        • La relación de pelos en anágeno y telógeno es difícil de valorar ya que un perro sano llega a tener con frecuencia entre un 75-95% de pelos en telógeno (cita); además no es sencilla la diferenciación de los pelos arrancados (es mucho más útil la información anatomopatológica).

        • En cualquier caso, es una información a tener en cuenta, ya que un elevado número de pelos en anágeno disminuye la probabilidad de procesos de naturaleza endocrina y descarta un efluvio telógeno.

    • En pacientes con sospecha de dermatofitosis, se arrancan unos pelos de la periferia de la lesión y se realiza un raspado de la misma. El material obtenido de deposita entre un cubreobjetos y un portaobjetos con una gota de vaselina; se puede preparar una mezcla de potasa con tinta china (tinta negra Parker) al 20% para mejorar la visión de las esporas; o se puede añadir una gota de azul de metileno para facilitar la detección de los pelos infectados.

      • Se mira a bajos aumentos con el condensador del microscopio cerrado; tras localizar pelos supuestamente afectados, se comprueba a mayores aumentos.

      • Interpretación. La presencia de esporas es diagnóstica. Su ausencia no descarta una dermatofitosis.

Citología

    • La citología cutánea es un examen complementario fácil de realizar debido a que las lesiones son directamente accesibles por el clínico. Comprende la recogida y el examen microscópico de las células y otros elementos presentes, pudiendo sugerir o establecer un diagnóstico.

    • ¿A quién se realiza? A todos los pacientes en los que la citología pueda aportar cualquier mínima información sobre las células o las bacterias u hongos presentes en la lesión: cuando hay pústulas, erosiones, úlceras, fístulas, escamas, costras, tumores, etc.

    • ¿Cuándo? Siempre, ya que es una prueba sencilla, rápida y barata, que aporta información adicional al examen macroscópico de las lesiones.

    • ¿Cómo? Hay distintos métodos de obtención, según la lesión:

      • Mediante impresión directa, aplicando el portaobjetos sobre una lesión: útil en lesiones húmedas, erosionadas o ulceradas, o tras romper pústulas intactas con una aguja; algunas lesiones necesitan ser raspadas ligeramente con una hoja de bisturí para aumentar el número de células exfoliadas.

      • Mediante bastoncillo de algodón: útil en fístulas y en secreciones del conducto auditivo externo; tras impregnar el bastoncillo, se rueda (no se frota) sobre un portaobjetos.

      • Mediante cinta adhesiva: útil en lesiones secas (escamas) y lugares difíciles de obtener por impresión directa (pliegues); se obtiene presionando la parte pegajosa de la cinta adhesiva contra la lesión; posteriormente se tiñe (obviando el primer paso de la tinción, el fijador) y se pega sobre un portaobjetos; tiene como inconveniente el que las células y gérmenes no se tiñen de forma homogénea, pero las ventajas en este tipo de lesiones superan este problema.

        • Mediante punción: es una variante importante, útil en lesiones tumorales. En este caso, la citología es una herramienta muy útil por su facilidad, bajo tiempo de realización y escaso coste. Si bien usualmente no asegura un diagnóstico definitivo, con frecuencia permite determinar la naturaleza de la lesión y es una ayuda inestimable en la elección del tratamiento a instaurar (extirpación quirúrgica, tratamiento antibiótico o antifúngico, etc.) o de las pruebas complementarias a realizar a continuación (biopsia, cultivo, etc.).

        • ¿Cómo? Tras desinfectar el exterior del tumor y fijarlo con los dedos, se punciona, existiendo dos métodos.

          • Sin aspiración: se introduce una aguja del calibre 23 en el tumor; una vez dentro se puede mover en distintas direcciones, al objeto de conseguir que quede una parte representativa de tejido en su interior, extrayéndola finalmente. Si el contenido del tumor es líquido, se acopla una jeringa para aspirarlo.

          • Con aspiración (ver gráfico anexo): en este caso se usa una aguja de insulina (calibre 25); tras introducirla se aspira varias veces con una jeringa de unos 10 mL; antes de extraer la aguja hay que asegurarse que el émbolo de la jeringa se ha soltado, para evitar succionar aire al extraer la aguja y perder hacia la jeringa el material obtenido; una vez fuera, se separa la jeringa.

        • El método más práctico suele ser sin aspiración, usándose el segundo cuando no se han obtenido células con el anterior.

        • En este momento hay que vaciar el contenido de la aguja sobre un portaojetos, para lo que se monta una jeringa llena de aire y se empuja lentamente el émbolo. Con ayuda de otro portaobjetos se extiende el material procurando hacer una extensión lo más fina posible.

        • Es recomendable hacer al menos 2-3 citologías de cada tumor, ya que si solo se hace una puede ser de un área no representativa de la lesión, como una zona necrosada de una neoplasia.

    • Una vez obtenida la citología, se tiñe con Diff Quick u otra tinción similar. El primer paso (fijador) se salta cuando se usa cinta adhesiva; igualmente, en lesiones ceruminosas no obtenidas con cinta adhesiva se fija la muestra al portaobjetos con calor (mediante un mechero), obviando el primer paso de la tinción (fijador). Posteriormente se tiñe con el primer colorante (rojo) y después con el segundo (azul), el tiempo que indique la tinción, aclarándose con agua finalmente. La preparación se puede dejar secar al aire o se seca con la ayuda de papel absorbente, sin frotar.

  • Interpretación.

      • En las muestras tumorales, en las que se obtiene la citología mediante punción, básicamente se pretende describir si la citología es representativa de una lesión inflamatoria, neoplásica o no inflamatoria ni neoplásica. Para ello se observa la preparación a bajos aumentos.

        • Las citologías inflamatorias pueden ser de tres tipos:

          • Agudas, cuando predominan los neutrófilos (más de un 80%), hablándose de una citología piógena.

          • Crónicas, cuando hay un número importante de mononucleares (30-40%), generalmente macrófagos; los macrófagos también abundan en lesiones inflamatorias causadas por cuerpos extraños y hongos; en este caso se denomina granulomatosa; la situación intermedia entre piógena y granulomatosa se denomina piogranulomatosa.

          • Eosinofílicas, cuando hay un número elevado de eosinófilos (más del 10%); éstas son más frecuentes en lesiones inflamatorias de gatos.

          • Las lesiones inflamatorias pueden ser sépticas, en cuyo caso puede ser interesante mirar la preparación con el objetivo de inmersión para detectar si hay gérmenes presentes (cocos,bacilos), o no, como sería el caso de dermatitis inmunomediadas. Para considerar que hay infección, las bacterias deben estar siendo fagocitadas y no esparcidas por la muestra, ya que esto último puede ser simplemente por contaminación, por ejemplo en una muestra obtenida por impresión de una lesión ulcerada.

        • El aspecto de las citologías neoplásicas es muy variable, según el tipo celular (epitelial, mesenquimatoso, de células redondas). Su interpretación debe realizarla un anatomopatótogo.

          • En general, si no se tiene suficiente experiencia solo se es capaz de asegurar algunas neoplasias, como algunos mastocitomas.

          • A mayores se pueden buscar signos de malignidad como la presencia de anisocitosis (células de distinto tamaño), macrocariosis (núcleos de tamaño incrementado), presencia de múltiples núcleos en una célula, incremento del número de mitosis, etc., que deben valorarse en conjunto. Hay que tener en cuenta que la presencia de células inflamatorias es relativamente frecuente en una citología neoplásica.

        • Hay citologías no inflamatorias ni neoplásicas, como la de los quistes y la de los hematomas. Las imágenes varían desde la presencia de células epiteliales escamosas maduras queratinizadas y restos celulares amorfos en el quiste folicular, a eritrocitos, neutrófilos y macrófagos fagocitando eritrocitos y productos de su degradación en el hematoma.

      • Otro tipo de citologías se comentan a lo largo del libro.

ver citologías inflamatorias - neoplásicas - no inflamatoria ni neoplásica

Biopsia

  • ¿A quién se realiza? Las recomendaciones para realizar una biopsia se listan en la tabla adjunta.

- Una lesión neoplásica o sospechosa de serlo.- Úlceras persistentes no autoinfligidas.- Una dermatitis supuestamente autoinmune o inmunomediada, o que requiere de un tratamiento con efectos secundarios importantes.- Una dermatopatía que no responde a una terapia apropiada.- Una dermatopatía inusual.
    • ¿Cómo? Básicamente existen 3 métodos: escisional (vídeo), incisional y mediante sacabocados (de 6-8 mm; en plano nasal o pabellón auricular se usan de 4 mm).

      • El método más cómodo es el del sacabocados, ya que no necesita siquiera dar puntos. No obstante, hay lesiones en la que hay que usar el método escisional (lesiones grandes que no abarca el sacabocados) o el incisional (cuando se sospecha de un proceso que afecta a las capas profundas de la piel, como una paniculitis, o tumores).

    • Se anestesia el área mediante la inyección subcutánea, con una aguja calibre 25, de 0,5-2,0 mL de lidocaína al 2%, u otros anestésicos locales, como procaína o mepivacaína al 1-2%, sin adrenalina.

        • Para reducir el riesgo de toxicidad sistémica, se recomienda no superar los 3 mL de lidocaína al 2% por cada 10 kg en perros, y 1 mL por cada 5 kg en gatos; en el caso de la mepivacaína al 2%, los 2,5 mL por cada 10 kg en perros y los 0,6 mL por cada 5 kg en gatos.

      • La biopsia debe fijarse inmediatamente en formol al 10% en un volumen 10 veces superior al de la muestra. Las muestras obtenidas mediante escisión o incisión se fijan a un trozo de cartón con la ayuda de 2 alfileres o agujas de insulina, al objeto de que no se retuerzan; la obtenidas mediante sacabocados se pegan a un cartón por el lado profundo de la piel.

    • ¿Qué lesión incluir en la biopsia? Cuando se obtienen biopsias mediante sacabocados, hay que procurar obtener varias lesiones en distintos estadios de evolución, que sean representativas del proceso, a ser posible lesiones primarias y no secundarias.

      • En biopsias escisionales, y si es posible en incisionales, se debe incluir la lesión o parte de ella, así como tejido sano adyacente.

      • Un error frecuente es recoger la lesión más intensa que se observa, la cual está modificada por el rascado del animal e infectada secundariamente; su estudio anatomopatológico no suele aportar información de interés.

  • Aspectos importantes.

      • Excepto en lesiones claramente neoplásicas, quísticas o granulomas infecciosos, un punto fundamental antes de tomar una biopsia es eliminar las infecciones secundarias, ya que su presencia modifica el cuadro anatomopatológico. Por ello, antes de obtener la biopsia, se recomienda tratar con antibióticos sistémicos durante dos semanas, aunque no se observen signos de pioderma. Esta norma se aplica principalmente en procesos pustulosos, costrosos, erosivos, ulcerativos y escamosos.

      • Otro aspecto esencial es que hay que acompañar el envío de la biopsia de un informe mínimo que ayude al anatomopatólogo a interpretar el cuadro histopatológico (ver tabla anexa).

      • La elección de un anatomopatólogo con experiencia en enfermedades de la piel es esencial.

- Los datos principales del paciente y de su enfermedad.- Una relación de los diagnósticos diferenciales que se sospechan en base a la clínica.- Las dermatitis que se desean excluir.- Las lesiones incluidas en las biopsia y el lugar corporal donde se obtuvieron.
      • Si se sospecha de un proceso inmunomediado, hay que evitar la administración de corticoides antes de tomar la biopsia, para no alterar el patrón inflamatorio.

      • No se deben limpiar ni desinfectar las lesiones, ni eliminar las costras.

      • Ante un paciente con pelo largo, se puede cortar con tijera el pelo en la zona donde se va a obtener la biopsia, pero no rasurarlo.

      • Cuando se usa un sacabocados, hay que girarlo solo en una dirección y asegurarse de obtener una muestra suficientemente profunda.

      • Las biopsias de alopecias no inflamatorias se deben obtener, de ser posible, en la zona corporal dorsal y no en la ventral.

    • Interpretación. En caso de discrepancia importante entre el cuadro anatomopatológico y el cuadro clínico, normalmente este último es el más aproximado al diagnóstico, ya que el clínico es quien tiene toda la información (historia, cuadro clínico y lesional, resultado anatomopatológico), mientras que el informe anatomopatológico solo se basa en un tipo de información.

Manual de dermatología de animales de compañía by Juan Rejas López, Ana Goicoa Valdevira, Pablo Payo Puente, Verónica Balazs Mayanz is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España License.

Colaboradores: María J. Cabeza