La Vida en Roma

LA VIDA EN ROMA ANTIGUA HISTORIA DE ROMA IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE

La Vida En Roma Antigua Historia de Roma Imperio Romano de Occidente

LA VIDA EN ROMA ANTIGUA

LA SOCIEDAD ROMANA: EN ROMA era muy importante ser un cives (ciudadano). En un principio la ciudadanía romana estaba reservada a los que vivían en la ciudad de Roma, pero en el 89 a.C. se extendió a todos los que vivían en la península Itálica. En el 212 d.C. se incluyó a todos los hombres libres que vivían dentro de los límites del imperio. Sin embargo, ni las mujeres ni los esclavos estaban incluidos.

EL ORDEN SOCIAL ROMANO La sociedad romana estaba organizada siguiendo una estricta jerarquía. Esta división social empezó muy pronto en la historia de Roma, alrededor del s. VI a.C. Los ciudadanos más poderosos y privilegiados eran los patricios. Muchos de ellos descendían de terratenientes romanos y familias de políticos. De estas familias provenían casi todos los senadores que gobernaban Roma. En el segundo peldaño del escalafón estaban los equites (caballeros), que solían ser banqueros o ricos mercaderes que habían servido en el ejército o en la administración del estado.

PLEBEYOS

El gran grupo, formado por los ciudadanos más pobres, era el de los plebeyos, que en cierto momento ganaron la igualdad política con los patricios y los equites, y pudieron ser elegidos para formar parte del ejército u ocupar puestos en la administración.

ESCLAVOS

Los esclavos ocupaban el escalón más bajo de la sociedad romana y hacían los trabajos más duros. Muchos de ellos eran prisioneros capturados durante las conquistas romanas. No tenían ningún derecho, pero incluso entre los esclavos había distintas clases. La dura vida de un esclavo que trabajaba en las minas no se parecía en nada a la de un esclavo griego que trabajaba como tutor de los niños romanos. A partir del s. I d.C. las condiciones de los esclavos empezaron a mejorar y algunos consiguieron la libertad.

He aquí una de las vías públicas del centro de Roma. Como se ve, presenta un aspecto animadísimo. Estamos a media mañana, la “hora clave” de los romanos. Esclavos y ciudadanos se apresuran a efectuar sus tareas, el vendedor ambulante de agua pregona su mercancía en busca de compradores, los comerciantes y artesanos trabajan en sus locales abiertos.

A la izquierda, vemos el establecimiento de un “tonsor“, o peluquero. Un cliente, sentado en un escabel, espera ser… “desollado” por la tosca navaja del barbero. Al lado hay un “termopolio“, un bar, como decimos hoy. El mostrador, una losa de mármol, da a la calle: un transeúnte se ha detenido para tomar una taza de vino caliente (la bebida preferida por los romanos), aromatizado con hierbas y resina de pino.

En todo el lado izquierdo de la calle aparecen altos edificios de amplios portales, siemprecolmado degente que entra y que sale. Estos grandes edificios son las “insulae“, esto es, casas de varios pisos en que habitaban Ias familias plebeyas. Pero no todas las casas romanas eran míseras como las “insulae”. A la derecha tenemos la “domus” de un ricopatricio. Por fuera no parece muy hermosa: consta sólo de planta baja y se abre a la vía pública mediante un estrecho portal además, no tiene ventanas. Pero veámosla por dentro. Pasada la entrada , nos hallamos en el “atrio” , una gran pieza con una extraña particularidad: en su techo hay una abertura cerca de seis metros cuadrados, y bajo ella, excavado en el pavimento, un receptáculo llamado “impluvio”.

A los romanos no les gustaba que su casa se abriera al exterior por medio de ventanas; para dar aire y luz a la misma, dejan el atrio parcialmente descubierto; cuando llovía, el agua, corriendo por los tejados inclinados, caía en el “impluvio” .

El atrio era, al principio, la habitación más importante de la “dormís”: en él estaba el hogar, símbolo de la unidad de la familia; en la época que nos ocupa, guardaba el altar de los Lares, las divinidades que “protegían” la casa, y también los bustos de los antepasados. Los lados del atrio se abren a distintas habitaciones: la del vigilante o portero, la biblioteca , el escritorio, el guardarropa.

El “tablino” separa el atrio del jardín. Muchos romanos hacían de esta otra habitación el centro de la vivienda, el lugar de reunión de la familia, donde permanecía el amo de la casa y la señora se retiraba para hilar. Hacia la derecha se encuentra el “triclinio” , el comedor de la “domus” romana. Aquí, dispuestos a lo largo de las paredes, en forma de herradura, se hallaban los característicos lechos llamados “triclinia”, en los que se tendían los romanos para comer.

Más allá del comedor un pasillo conduce al “peristilo” , bello jardín rodeado de galerías cubiertas. A estas galerías dan otras habitaciones: la alcoba de dormir los señores y las de sus hijos, y los alojamientos de los esclavos.

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