MARTA NEIL . EGRESADA MAGISTERIO 1957
Memorias del último año del secundario…. Casi que olvido el pasado debido a que eso coincide con la separación de mis padres y la tremenda angustia que me embargaba viendo además, a mi madre enferma con su corazón débil, debido a una enfermedad crónica adquirida en su infancia en la lejana Patagonia ( Río Gallegos) donde emigró su familia proveniente de España.
Salía a las mañanas , caminando por el Monte Dorrego, caminito angosto, poblado de árboles, un bosque hermoso, llegaba a Provincias Unidas y allí tomaba el ómnibus para Ezeiza en la General Paz. Al subir al colectivo , lo primero que veía era a Clelia con los libros en su regazo y su inconfundible sonrisa y buena onda, me alegraba profundamente , a su lado no recuerdo si venían Alicia German y Virgencita, en otro extremo el profesor Morgado y su esposa embarazada de su hijo Esteban.
Con el desenfado que caracterizaba a Clelia, esta compañera y amiga de la vida , escuchaba el relato sobre Darwin y la teoría de la evolución, acerca de que el hombre desciende del mono y lo hacía cuando subía un morocho subido de tono y muy feo. Decía así el hombre desciende del mono….Que gran verdad…a mi me daba mucha gracia su ocurrencia, lo decía en voz baja para que nadie se ofenda.
Llegaba a la escuela, una escuela preciosa, nueva, impecable, reluciente, los baños a estrenar, lo que menos me gustaba era preparar las clases haciéndome la entendida junto con las láminas porque yo de dibujos nada, era cero al as, a tal punto que dando clases se me reían los niños de lo horrendos que eran “ deje srta. Nomas que se lo hacemos nosotros” y Yo les decía: ¡ muy bien , uds van a llegar lejos!
El motivo de la llegada a la escuela normal no era mi vocación, sino seguir a mis compañeras Bicha y Pico Nasti a las que ya quería.
Recuerdo a mis profesores Morgado, Huguet, Pomar, la profe de castellano y la de filosofía que me decía que era su gran colaboradora (tanto me gustaba la materia) , y la de castellano siempre me tenía enfrente , al lado de ella para atender y que no creyera que le hacía bullying, como el grupito de atrás que lideraba Clelia.
Ella me decía: no , Srta. Neil Ud. No…
No puedo olvidarme de mencionar a la profe de matemática, una gran lectora de sus clases ella, siempre pensaba que haría la profesora frente a la clase si le escondía su libro, yo No entendía nada y me daba la impresión que ella tampoco…...Los teoremas los estudiaba de memoria, única manera de zafar de las matemáticas que me eran esquivas.
En el liceo de señoritas a veces estaba en el cuadro de honor, siempre me gustó leer y estudiar a decir verdad.
Lo mejor era juntarnos todos y hacer macanas o conversar, la mejor hora de la escuela.
Mis compañeras me decían Aristóteles y cuando había exámenes mis vecinos de banco me decían “ pásame el examen” , la filosofía por supuesto era mi materia preferida y me hubiera gustado estudiarla en la universidad pero mi padre me lo impidió…cosas de época, no puedo dejar de pensar cómo cambiamos las mujeres para mejor en cuanto a nuestra posición de decisión.
En el camino, cerca de la escuela estaba el monumento a los náufragos del “Ara Fournier” que me impresionaba tanto, más habiendo yo conocido los vientos de la Patagonia , ese mar y como trataba a los barcos, dado que mi abuelo tenía buques de su propiedad y siempre relataba estos sucesos, cada vez que pasaba me imaginaba lo sucedido.
En vez de hacerme machetes en el banco , poníamos cartas para los muchachos de la nocturna, en mi caso se llamaba Cacho, y cuando lo conocí…Cacho quería seguir adelante y yo. Solo cartitas! Mi pseudónimo era “Moni”.
Una sola vez me hice la rata….fuimos al aeropuerto de Ezeiza y aún guardo la fotografía en la escalera del avión, que bellezas!
Bellos y divertidos los bailes del aeropuerto de Ezeiza con los vestidos hermosísimos y la fiesta de fin de año en el mismo lugar con nuestros vestidos largos, todavía me gusta bailar el Rock and Roll, en esa época era eso más Los Plateros, Ray Charles, Elvis y su Jaíl Rock, Nat King Col , el Jazz y Louis Armstrong, Bill Halley y sus cometas, vale decir que en el cine de congreso saltábamos del asiento y nos poníamos a bailar en pleno cine, que épocas! Como me gustaba y como me gusta bailar!