Evolución demográfica

 Fuentes

 La escasa información documental, aunque superior a la de etapas anteriores, apenas permite hacer una aproximación a la evolución de la demografía de Vasconia en los dos últimos siglos medievales, marcada profundamente por el impacto negativo de la Peste Negra de 1348. Las contadas fuentes de que disponemos son tardías y de carácter fiscal, aunque susceptibles de proporcionar información indirecta de carácter demográfico. Las más importantes proceden de Navarra, como los Libros de monedaje (impuesto que se pagaba al acceder al trono un nuevo monarca), siendo el más antiguo el de 1266, o el Libro de fuegos de 1366, que proporciona una precisa información sobre las consecuencias de la Peste Negra. La tierra de Ultrapuertos dispone de algunas Encuestas, como la de 1350-1353 y la de 1412-1423, y el País de Soule cuenta con el Censier de 1377 y el Terrier de Mauleón de 1525. En el caso de Labourd destaca L'enquête de Eduardo II de Inglaterra de 1311. Para los territorios de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya los primeros testimonios son de fines del siglo XV o principios del XVI.

 Evolución

Hasta finales del siglo XIII la población mantuvo un ritmo de crecimiento sostenido, que se interrumpió como consecuencia de la ruptura del equilibrio entre la producción de alimentos, que se estanca, y la demanda de consumo de una población que ha llegado a cifras relativamente altas, lo que genera crisis de subsistencias, debilitamiento general de la población e incremento de la mortandad. Sobre ese panorama incidirá gravemente el impacto de la Peste Negra de 1348, la más grave de todas, pero que también afectaron posteriormente otras oleadas infecciosas, en los años 1362, 1382-1383, 1399 y 1400-1402. Es imposible evaluar con exactitud el impacto de la Peste Negra en la demografía, que en cualquier caso fue desigual, muy importante en algunas zonas de Navarra, como la merindad de Estella, y bastante menor en los territorios costeros. Una de las expresiones más claras de la caída de los efectivos demográficos nos lo ofrece la aparición de despoblados, lugares que quedaron sin pobladores, aunque en algunos casos se explican más por fenómenos de redistribución de la población que como consecuencia de la peste.

A partir de 1430-1440 se observan claramente los síntomas de reactivación económica y de crecimiento demográfico, visibles a través de la expansión agraria con la puesta en explotación de nuevas tierras, reocupación de lugares que habían sido abandonados y ampliación del perímetro de los núcleos urbanos, mediante la aparición de arrabales y la compactación del caserío, que se va extendiendo por los solares vacíos y crece en altura, como podemos observar a través de los ejemplos de Vitoria, Mondragón, Bilbao, Lequeitio, Durango, etc. En el caso de Navarra los conflictos político-militares dificultaron la recuperación demográfica, tan sólo constatable en siglo XV en la montaña, con una economía de base ganadera, forestal y ferrona. De hecho Navarra no recuperaría la población de la segunda mitad del XIII hasta principios del siglo XVI, cuando alcanza los 24.000 fuegos u hogares. Para Álava el " acopiamiento " o vecindario de 1537 nos da unas cifras de 14.054 vecinos, equivalentes a unos 60.000 habitantes, una cifra muy similar a la de Guipúzcoa, mientras que Vizcaya rondaría los 65.000 habitantes. La mayor parte de esta población tenía carácter rural y habitaba en caseríos y aldeas, y sólo un poco más de la tercera parte residía en las villas, entre las que destacaban por su tamaño a fines del siglo XV Vitoria y Bilbao, con más de 5.000 habitantes.