SAN ROMAN DEL VALLE

DATOS GEOGRÁFICOS

Población situada en el municipio de Villabrázaro, en la comarca de Benavente, provincia de Zamora, Reino de España.

      • Latitud; 42,04 norte. Longitud; 5,43 oeste. Altitud; 724 metros sobre el nivel del mar.

      • Limita al norte con Paladinos; al sur con Villabrázaro; al este con San Cristóbal de Entreviñas y Matilla de Arzón y al oeste con Paladinos y Villabrázaro.

      • El término municipal tiene una superficie de 11,7 km cuadrados.

      • Distancia a Madrid, 270 Kms.

      • Distancia a Zamora, 68 Kms.

      • Distancia a Benavente, unos 9 Kms.

HISTORIA

San Román del Valle está situado en una pequeña pendiente en la parte más amplia y feraz del valle de Santa María por donde discurre el arroyo llamado popularmente "Ahogaborricos, surgido al confluir los arroyos Valcabado y Grande, cerca del leonés pueblo de San Adrián del Valle. Mi pueblo natal figura ya en el siglo XV con un importante peso contributivo, sólo superado por Morales y Villabrázaro. Formó parte del Alfor (distrito rural) de Benavente, en la merindad de La Polvorosa, junto a Villabrázaro, Mosteruelo, Paladinos, Vecilla, Morales, Santa Cristina y otros pueblos.

El nombre de este pueblo proviene seguramente de un tal Román Rei, principal beneficiario a título de repoblador del fuero de repoblamiento, concedido a la villa de Benavente el año 1164 por el rey leonés, Fernando II. San Román del Valle debió ser colonizado por los árabes, como parecen atestiguarlo nombres de su término municipal como "La Alberque" o "Rauda".

San Román del Valle se puede considerar como centro de la corta depresión en la que se encuentran todos los pueblos que llevan el apellido de El Valle, y no por su importancia en si mismo, ni por su situación geográfica, sino porque en su término, a unos 150 metros hacia el sur del pueblo se halla el Santuario de Nuestra Señora, a su vez también denominado del Valle. Esta Casa religiosa fue protegida por reyes y señores feudales. En tiempos pasados fue destino de populosas romerías y meta de peregrinaciones. Actualmente se encuentra en un lamentable estado de conservación.

Las primeras noticias que se tienen de nuestro Santuario datan del 20 de junio de 970, según consta en un documento firmado por el Obispo de Astorga de entonces. En él se notificaba que hacía una donación de tierras al Santuario. Más tarde se le arrimó un Convento de Terciarios Franciscanos. Este edificio es gótico del siglo XIV – XV. Está construido en piedra y tierra fuertemente prensada, aunque debido a la humedad algún tramo fue reformado utilizando el ladrillo. Posteriormente se le adosó una portada barroca del siglo XVIII. Se cree que en este Convento estuvo enterrado Fray Antonio de Tablada, uno de los mayores enemigos políticos del Cardenal Cisneros. En 1820 el conde Toreno suprime las órdenes monacales en España y catorce años después se produce la desamortización de Mendizábal. Esto pone punto final a la presencia de frailes en el Convento.

La última misa que se ofició en el Convento de Santa María tuvo lugar el 27 de agosto de 1961. Poco después, el hermoso artesonado morisco que había en su interior fue vendido y actualmente decora la Torre del Caracol del Parador de Benavente.

En 1971 San Román del Valle fue agregado al municipio de Villabrázaro. En ese momento contaba con 163 habitantes.

OBSERVANDO EL CIELO ESTRELLADO

Desde siempre me ha fascinado mirar al cielo estrellado. Para mí era un gozo inenarrable contemplar la luna llena en las templadas noches estivales de Castilla-León, distinguiendo a simple vista los "mares" más importantes de nuestro satélite. Paseaba en mi silla de ruedas por el estrecho y mal pavimentado camino vecinal que une mi querido San Román del Valle con la carretera nacional VI, hasta alejarme lo suficiente de las últimas luces. Allí medio me echaba hacia atrás en la silla de ruedas para ver cómodamente las estrellas, hasta que me interrumpía el paso de alguien que bajase o subiese a las numerosas bodegas subterráneas existentes a ambos lados del camino. Recuerdo con añoranza como aquella oscuridad profunda me permitía apreciar la intensidad del brillo de las estrellas, sus colores, etc. En fin, un espectáculo verdaderamente alucinante.

Me resultaba estremecedor recorrer con mi mirada en escasos segundos, inmensos espacios que una hipotética nave interestelar, tardaría millones de años en cubrir viajando a la velocidad de la luz. Con el cuerpo encarcelado entre los barrotes de mi silla de ruedas, mis negros ojos saltaban de una estrella a otra y cambiaban de constelación sin el menor esfuerzo. Esa prodigiosa facultad me dejaba adentrarme en la Osa Mayor y en la Osa Menor, hallando en ésta la estrella Polar, sin duda la estrella más importante para orientarse. Bordeaba igualmente los márgenes de Casiopea y me internaba en los confines del universo hasta alcanzar las galaxias más remotas. De vez en cuando interrumpía de improviso el recorrido para observar la estela trazada por alguna estrella fugaz, meteoritos que al chocar con la atmósfera terrestre concluían su alocada carrera con una desintegración apoteósica.

Esta vertiginosa travesía espacial liberaba mi mente, normalmente enfrascada en los graves problemas derivados de mi gran discapacidad, tratando de imaginar el clima y los paisajes de lejanos planetas, y cómo serían sus días, sus noches estrelladas o las estaciones del año. Cuando me cansaba de mirar, cerraba los ojos de la cara y abría los de mi imaginación, con estos, fantaseando buscaba vida inteligente en otros mundos, las formas que tendrían esos cuerpos alienígenas, cómo serían sus mentes y de qué forma tendrían estructurada su sociedad. Me apasionaba el tema de los llamados "Platillos volantes", pues el pensar en ello, constituía una suerte de fascinación, un romance, que contrastaba drásticamente con mi monótona existencia. Esta era la razón por la que el pensar sobre la posibilidad de la existencia de vida extraterrestre, y más aún, en el asunto de los OVNIS, significaba para mí un enorme gozo, ya que me parecía estar entrando en el País de las Maravillas.

En resumen, aquellas noches estrelladas constituían un placer inconmensurable que me devolvía a la cotidiana existencia con la firme convicción de que, pese a todas las dificultades, la vida era un gran privilegio que merecía la pena aprovechar. Y todo gracias a esa bendita "brillante" oscuridad que propiciaba la comunión del hombre con el universo.

PÁGINAS RECOMENDADAS SOBRE

SAN ROMÁN DEL VALLE

Página de San Román del Valle.

http://sanromandelvalle.webcindario.com/

La Opinión. El Correo de Zamora.

http://www.laopiniondezamora.es/

La Voz de Benavente

http://laotravozdebenavente.blogspot.com/

Macovall (Asociación para el Desarrollo Integral de las Mancomunidades de la Comarca de los Valles de Benavente)

http://www.macovall.org/

VIDEOS DE SAN ROMÁN DEL VALLE (ZAMORA, ESPAÑA)

FOTOS DE SAN ROMÁN DEL VALLE (ZAMORA, ESPAÑA)