Al ser preguntados al respecto, los científicos responden con una cifra: unos 4.550 millones de años. Para calcularla existen muchos procedimientos, pero por su sencillez solo citaremos uno basado en la lenta descomposición de los átomos de uranio hasta unos determinados átomos de plomo (un isótopo). La descomposición es tan lenta que para tenga lugar en un 50% se necesitan unos 700 millones de años. Por otra parte, se admite generalmente que los meteoritos y rocas lunares se formaron simultáneamente a nuestro planeta. Pues bien, hasta ahora todas las mediciones realizadas de la proporción de la descomposición del uranio en plomo sobre las muestras disponibles de meteoritos o rocas lunares coinciden bastante en esa tremenda cifra de años.
Para hacernos idea de su significado pensemos que hace tan solo unos mil años nos encontrábamos en plena época de las Cruzadas. Multiplicando ese periodo de tiempo por diez, hace diez mil años, nos introducimos más allá de la historia escrita de la humanidad, y no tenemos relatos de aquellos tiempos acerca de lo que la gente hacía entonces. Con otro salto multiplicativo, hace unos cien mil años, parece ser que fue cuando los primeros Homo sapiens llegaban a China. Nuevo salto y hace un millón de años aparecieron los primeros homínidos en Asia occidental, pero hace diez millones de años aún no habían aparecido los primeros homínidos bípedos. La nueva multiplicación por diez nos lleva a los cien millones de años, con la aparición de las primeras aves y mamíferos. Y la de los organismos pluricelulares no fue sino hasta hace unos mil millones de años.
La edad de la Tierra puede dividirse en cuatro grandes fases o eones con duraciones de “un millón de años atrás” o MYA. Así, por ejemplo, el comienzo del eón Phanezoico, el eón que estamos viviendo ahora, comenzó hace tan “sólo” 552MYA. Esta es la época en la que se encontraron los primeros fósiles de plantas y animales.