1-Una pella de barro del tamaño requerido era seleccionada para la reproducción de la pieza a realizar y amasada hasta conseguir la homogeneidad de la pasta.
2-Se configuraba a torno un cuenco de paredes suficientemente gruesas, con el pie ya marcado, y de diámetro algo más pequeño que el molde.
3-En el torno se realizaba una horma o rodela de barro para introducir el molde en su interior, centrándolo al mismo tiempo.
4-A continuación, con el torno en marcha, se presionaban las paredes del cuenco desde la base hacia el labio con los dedos de la mano derecha, sujetando con la mano izquierda el molde para evitar su descentrado.
5- Cortado del barro sobrante y alisado del interior de la pieza cerámica reproducida con la ayuda de una badana o cuero.
6-Se aplica impreso en el fondo de la pieza, si el molde no lo incluía, el sello o marca del alfarero.7-Una vez torneada la reproducción, era retirado el molde del torno y colocado en el secadero.8-Con la pieza ya seca por completo, se aplicaba el engobe o barniz de la terra sigillata. Primero por la parte interior de la pieza y después por el exterior, dejando secar totalmente. 9-Cuando la pieza estaba totalmente seca, pasaba al horno para ser cocida a una temperatura de entre 1000 y 1 050°C.