La obtención de un engobe de óptima calidad requiere la utilización de una tierra arcillosa cuyas partículas sean lo más pequeñas posible, así como un proceso de levigación o decantación simple para separar las partículas más pesadas de las más finas que constituirán el engobe final. La levigación exige la utilización de un dispersante que permita la separación de las partículas de menos de 0.6 micras, llamadas partículas coloidales. La levigación se realiza disolviendo la arcilla en agua, las partículas más finas se quedan en suspensión, mientras que las más pesadas se depositan en el fondo.
A) Agua sobrante en suspensión B) Partículas más finas aptas para el engobe C) Partículas más gruesas no aptas para el engobe
Como dispersante o defloculante (electrolito básico que aumenta el poder de fluidificación de las pastas) se pueden utilizar varios productos: carbonato sódico, silicato sódico, hexametafosfato sódico o tripolifosfato sódico.
Cualquier tierra es susceptible de ser decantada y en todas es preferible realizar pruebas para ajustar la cantidad de dispersante a añadir.