El mundo antes de 1492

A la altura de 1492, Europa se halla en un momento de crecimiento interior (demográfico y económico), de formación de estados complejos (que terminarán siendo las monarquías compuestas propias del absolutismo), de expansión fuera de sus fronteras (con un protagonismo particular de las monarquías ibéricas) y de renovación de la vida cultural bajo el signo del Humanismo y del Renacimiento.

Los países de la Europa occidental avanzan de modo más decidido en la vía de la centralización monárquica: España, Portugal, Francia, Inglaterra. Mayores dificultades experimentan los países del Norte (Países Bajos, Dinamarca, Suecia), mientras algunos espacios parecen notablemente fragmentados: el Imperio (Alemania, Austria, Bohemia) e Italia que, no obstante, asume una posición central en el campo de la creación cultural. En la Europa del Este, la monarquía dual de Polonia-Lituania y, sobre todo, Rusia se incorporan lentamente a estos movimientos.

La expansión portuguesa del siglo XV se ha operado por la costa occidental de África, un continente que aparece dividido en diversas áreas de muy distinta fisonomía. El norte es sede de diversos estados musulmanes: Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto (prestos los tres últimos a entrar en la órbita del imperio otomano). Más al este, el reino del Preste Juan es en realidad la Etiopía cristiana. Más al sur, los grandes reinos de fines de la Edad Media (Ghana, Mali, Songai, Bornú y Benín) se deshacen a lo largo del siglo XVI y dejan paso a formaciones menos resistentes a la penetración portuguesa, que llega hasta los reinos del Congo en el centro y del Monomotapa en el este, cerca de las prósperas ciudades-estados del Océano Índico.

A finales del siglo XV, el paso de los lusitanos por el Cabo de Buena Esperanza les permite ponerse en contacto con los antiguos estados asiáticos. Más a Occidente, la mayor potencia es el Imperio Otomano, que se beneficia del tráfico del Asia Central. En dirección a Oriente, los estados timuríes están dejando paso a los nuevos imperios islámicos de los safavíes de Persia y del Gran Mogol de la India, mientras que en China la dinastía Ming aparece consolidada y en Japón el feudalismo medieval de los Ashikaga apenas si deja entrever el proceso hacia el absolutismo que se producirá en el último tercio del siglo XVI.

Finalmente, hasta 1492 América es un mundo aislado, donde brillan las construcciones políticas de los grandes imperios, el azteca de México y el incaico del Perú, con los cuales entrarán en contacto los españoles después de haber explorado los ámbitos menos desarrollados de las Antillas y de las orillas del mar Caribe. Y la gran masa del Océano Pacífico (Oceanía) continuará siendo por mucho más tiempo la Terra Incognita Australis, un continente que no sería incorporado a la cartografía hasta ya entrado el siglo XVII.

Grabado con la imagen de Preste Juan