Edad del Hierro

Este periodo viene definido por la metalurgia del hierro. Se tenía conocimiento de su empleo antes, pero serán los fenicios los que difundan a partir del siglo VIII a.C, no sólo objetos elaborados en hierro, sino el conocimiento de su técnica de fabricación. Se van a producir cambios importantes dentro de la estructura social, hablándose ya de sociedades complejas.

La cronología de la Edad del Hierro en la Península Ibérica no es homogénea, pero se acepta que abarca desde comienzos del I milenio a.C. a los inicios de la romanización. Durante este tiempo no solo recibe influencias del Mediterráneo, sino también atlánticas.

En esta etapa podemos destacar la Cultura Tartesa, ubicada en el suroeste de la Península Ibérica y que se gesta dentro de las sociedades indígenas del Bronce Final, desarrollándose en la Edad del Hierro.  Anterior al impacto fenicio se encuadra el llamado Periodo Geométrico.  La cerámica suele realizarse a mano o con torno lento de alfarero. Encontramos  una cerámica oscura con motivos bruñidos y otra, conocida como la de El Carambolo, con decoración pintada. En ambos casos, la ornamentación es de carácter geométrico, incluyéndose de vez en cuando figuras vegetales o animales estilizados. El repertorio formal de la cerámica bruñida es sencillo, predominando los cuencos y los carretes para soporte de los vasos de fondo curvo, con su característica forma de diábolo. Normalmente son de color grisáceo o pardo y el bruñido da a los objetos aspecto metálico. El repertorio formal de la cerámica pintada es más variado, a las formas anteriores añade otras nuevas, como los vasos grandes y cerrados. La decoración se realiza a base de motivos pintados en rojo sobre el color ocre o anaranjado.

Desde finales del siglo VIII a.C. hasta mediados del siglo VI a.C. se produce el Periodo Orientalizante, en el que la cultura autóctona, como consecuencia de contacto e influencias orientales (fenicios y griegos), se producen trasformaciones en sus tradiciones y modos de vida. La cerámica experimenta importantes mejoras técnicas, como el engobe rojo o la decoración con motivos pintados orientalizantes. Se impone el torno rápido que permite mejor acabado y unas paredes más finas. Se añaden nuevos repertorios con decoración figurada, animales fantásticos o flores de papiro y loto. A este tipo pertenece un gran recipiente en Lora del Rio (Sevilla) decorado con un friso  de animales y motivos florales limitados por bandas geométricas.

En la Meseta como continuación de Cogotas I encontramos Cogotas II. Con formas de cuencos, vasos trípodes con asas y sin asas, y con decoraciones, incisas, pseudoexcisa, excisa, esta última de forma más minoritaria. La técnica de excisión está realizada a bisel, creando una figura prismática.  Los motivos de la decoración son una composición variada sobre este tema básico, jugando con el tamaño, y la orientación de los vértices. Los encontramos en las siguientes disposiciones: banda corrida de triángulos excisos encajados, alternando con un tema inciso a peine, y metopas alternantes delimitadas por una franja vertical.

Reproducción de urna cineraria celta  realizada por Vicenta Rico