- - - - - - - - - / incursión Nº 1 - comunicación 2i
TAO NO TIENE PARÁMETROS
En la comunicación 2a de esta incursión Nº 1 nos referimos a la singular “Ética de Tao”, pues, avancemos un poco más sobre esta premisa.Empecemos diciendo que cada vez que le atribuyamos algún parámetro determinado a Tao nos estaremos equivocando y, a la larga, experimentaremos el malestar de este yerro conceptual, ya que de algún modo nos decepcionará. Pues, aunque sea un atributo encantador el que se proponga nos defraudará en algún momento toda concepción idílica que se idealice de Tao.Incluso, afirmar que Tao no tiene parámetros es atribuirle un parámetro determinado, por lo tanto, ni siquiera de esto hay que tomarse para no cometer una equivocación que pagaremos con dolor el desconocimiento de lo que la vida es en realidad.
El punto es que Tao tiene todos los parámetros que pudieran llegarse a imaginar y los que no entran en la razón también. De este modo, es tal la magnitud de parámetros que tiene Tao, y por ello, es tal la inmensidad de contradicciones y confusión que genera al formato limitado del pensamiento dual humano, que es imposible distinguir un parámetro en particular que defina cabalmente a Tao; por eso lo más simple para el intelecto es decir que Tao no tiene parámetros.Dios no lo tiene, la existencia no lo tiene, la inteligencia del orden manifiesto tampoco, la vida y la naturaleza menos aún, es decir, tiene infinitos parámetros, y, por eso no se los puede terminar de definir completamente.Bueno, estamos hablando desde la visión taoísta, ¿no? Tao te da la vida y la muerte con la misma total entrega, te proporciona la salud y la enfermedad con el mismo esmero, y son el sufrimiento y la felicidad por iguales gentilezas divinas de Tao. No hay duda de que Tao te da la cosecha abundante y también te da la sequía más atroz y la escasez con la misma dedicación; puede dar catástrofes naturales y períodos de bonanza con la misma imparcialidad, y en un punto diríamos que le da lo mismo que se rotule su proceder en el marco de la frialdad o en el marco del amor divino. Hay quienes lo consideran impiadoso e implacable, otros, amoroso, compasivo y misericordioso, como fuera, el Tao se mantiene inmutable al margen de estas calificaciones.
Claro, puede que le dé lo mismo a Tao, pero no resulta lo mismo para la propia conciencia y su poder intrínseco, ya que, de acuerdo a lo que consideremos, es lo que vamos a atraer a nuestras vidas. De esto se trata la inteligencia suprema de Tao. Lo que el Tao hace, no debemos emular, y si lo hacemos sufriremos las consecuencias.
En síntesis, si bien el Tao es neutro e imparcial y no tiene parámetros porque los tiene todos, nosotros tendremos que recorrer el camino de la coherencia, del amor y de la conciencia. No hay otro destino.De no hacerlo, tendremos que retomar el camino una y otra vez, hasta lograrlo.Por eso Laotse marca una clara diferencia entre el Tao celestial y el Tao humano. Nosotros, mujeres y varones, como seres encarnados que somos, tenemos que seguir el “Tao del Hombre”, y no pretender comprender ni imitar el “Tao del Cielo”.Por supuesto, esto Confucio, lo entendió muy bien y lo puso en práctica.
El Tao del Cielo es misterioso, dice Laotse, y eso es lo más hermoso que tiene. El verdadero Tao es inexplicable, dice Laotse, y esto determina lo maravilloso que es. Tao es indefinible, incomprensible, inasible, indeterminado, inagotable, dice Laotse, y esto es, precisamente, su trascendencia.