La energía transferida mediante calor produce cambios en los cuerpos:
Variación de la temperatura, que provoca dilataciones.
Cambios de estado.
Al producirse una transferencia de energía mediante calor, desde un cuerpo con mayor temperatura a otro con temperatura más baja, las temperaturas de ambos cuerpos se terminan igualando, alcanzándose el equilibrio térmico.
El cuerpo que inicialmente tenía una temperatura menor, experimenta un aumento de temperatura, que depende de la cantidad de calor absorbido en el proceso, así como de la masa y del tipo de sustancia.
Debido al incremento de temperatura, los cuerpos (ya sean sólidos, líquidos o gases) aumentan su volumen, es decir, sufren una dilatación. La dilatación se produce porque, al calentar el cuerpo, sus partículas vibran con mayor amplitud y la distancia media entre ellas se incrementa. Los gases se dilatan mucho más que los líquidos y que los sólidos debido a que sus partículas se mueven libremente.
VÍDEO: La moneda que se dilata
Al transferir energía térmica a un cuerpo, este suele aumentar su temperatura, pero también se provoca otro efecto: los cambios de estado.
En los sólidos, las partículas, unidas por unas fuerzas de atracción, están vibrando. Al llegar al punto de fusión, la energía absorbida se emplea en vencer esas fuerzas, las partículas finalmente se separan y el cuerpo pasa a estado líquido. Se produce de este modo el cambio de sólido a líquido, denominado fusión, durante la cual la temperatura permanece constante.
En los líquidos, las fuerzas de cohesión entre las partículas son más débiles que en los sólidos, y estas se mueven cada vez más rápido en función de la temperatura. El cambio de líquido a gas, llamado vaporización, se puede producir de dos modos:
Evaporación. Algunas partículas de la superficie del líquido adquieren suficiente energía para "saltar" al aire, en un proceso lento.
Ebullición. Al llegar a una temperatura determinada (punto de ebullición), la energía absorbida solo se emplea en hacer "saltar" las partículas al aire de forma tumultuosa, venciendo la presión atmosférica y la gravedad, manteniéndose la temperatura constante.
La energía del Sol, absorbida por el agua de los océanos, ríos y lagos, pone en marcha un conjunto de procesos denominado ciclo del agua, donde se manifiestan multitud de cambios de estado.