La transmisión del movimiento se logra mediante el uso de alguno de los siguientes sistemas:
Poleas y correa
Con la palanca y la polea simple la transmisión del movimiento es lineal; sin embargo, si unimos dos poleas con una correa, podemos transmitir el movimiento circular de una a la otra y también variar su velocidad.
Por ejemplo, si el radio de la polea A es dos veces mayor que el de la polea B, cuando A da una vuelta, B dará dos. Se ha multiplicado la velocidad.
También se puede invertir el sentido de giro. Si cruzamos la correa sigue pasando lo mismo con la velocidad, pero ahora el sentido de giro de la polea B es el contrario que el de la polea A.
Engranajes y cadena
Otra forma de transmisión circular se logra mediante engranajes, uniéndolos de forma que sus dientes "engranen" entre sí.
Si el engranaje A tiene 20 dientes y el engranaje B solo 10, cuando A da una vuelta, B dará dos. Es otra forma de multiplicar la velocidad de giro. En este caso, se invierte el sentido del movimiento.
Si queremos mantener el mismo sentido de giro, podemos acoplar un tercer engranaje en medio de los dos o unirlos mediante una cadena.
En algunas ocasiones, al transmitir fuerzas elevadas, las correas que unen las poleas patinan y se pierde eficacia en la transmisión del movimiento. Si usamos engranajes y cadenas, resolvemos el problema.
Los mecanismos que hacen posible transformar el movimiento circular en lineal o viceversa son:
Sistema piñón–cremallera
El sistema piñón–cremallera consta de un engranaje (piñón) sobre una barra con dientes (cremallera). Transforma el giro del piñón en un movimiento lineal de la barra. Y a la inversa, si la cremallera es la que se mueve, esta hace girar el piñón.
Sistema biela–manivela
El sistema biela–manivela consta de dos palancas articuladas conectadas a un pistón que tiene un movimiewnto de vaivén. Al avanzar el pistón con la biela, hace girar media vuelta la manivela; al retroceder el pistón, se completa el giro de la rueda.