Viaje de esquí

Crónica del viaje de esquí

El pasado mes de abril, los alumnos del colegio que quisieran asistir al viaje de esquí, emprendieron esta tradicional excursión realizada todos los años para que nuestros alumnos disfruten de los apasionantes deportes del esquí y el snow.

Partieron de Moralzarzal el domingo 7 de abril y regresaron el jueves 11. Por las mañanas nos levantábamos a las 8:00 para prepararnos con la ropa de ski, luego íbamos a desayunar. Después de desayunar íbamos a las habitaciones otra vez a asearnos, ponernos el protector solar, y coger el casco y todo lo necesario para la nieve, excepto la tabla, los skis y las botas, ya que eso estaba en el almacén de abajo, que justo daba directamente a las pistas ya que el hotel estaba justo a pie de pista.

Por la mañana hacíamos cuatro horas con nuestro grupo y monitor y eran clases más teóricas en las que mejoramos nuestras técnicas y a continuación íbamos a comer y por la tarde íbamos otra vez a la pista, también con monitor, pero en esta ocasión nos dejaban más libres.

Las tardes eran más tranquilas ya que llegamos bastante cansados de todo el día esquiando, y lo bueno del hotel es que tenía una sala con bastantes juegos de mesas y videojuegos para entretenernos antes de cenar, en ese periodo de tiempo libre que nos daban, teníamos que utilizarlo para ducharnos. Al terminar la cena nos juntábamos con los alumnos de los demás colegios que estaban allí, y hacíamos actividades como furor o karaoke. El último día fue cuando tuvimos tiempo para ir a la discoteca

El tercer día tuvimos una salida donde nos llevaron a un parque de aventuras con tirolinas y puentes y también tuvimos la opción de dar un pequeño paseo a caballo.


Andrea Moreno y Celina Pérez 3ºESO B

Y ahora para saber cómo se vive la experiencia desde la primera persona hemos entrevistado a dos alumnas que asistieron al viaje, Adriana Vivares que hizo snow y fue su primer año asistiendo a este viaje y a Marta González que hizo ski y que repitió por tercer año consecutivo.:

Entrevistadoras: Buenos días chicas, os vamos hacer una serie de preguntas sobre vuestro viaje a Port Ainé, ya sabemos que fue hace un mes pero seguro que recordáis algo. ¿Qué tal lo pasasteis?

Adriana Vivares: Muy bien, nunca habías ido a ningún viaje de ski y me parecía una experiencia muy buena para vivir y además los monitores eran muy cercanos a nosotros y el hotel estaba muy completo.

Marta González: Nos lo pasamos muy bien, las actividades fueron muy amplias, todos los días estábamos haciendo algo y las pistas tenían unas vistas impresionantes y estaban muy bien, he aprendido muchas cosas.

E.: La estación está situada en Port Aine, provincia de Lérida. ¿Se os hizo largo el viaje?

A.V.: No, porque íbamos hablando entre amigas y se me hizo corto, aunque había tramos en los que no hicimos ninguna parada y ahí sí que se me hizo pesado el viaje.

M.G.: La verdad son 9 horas largas pero al ir en compañía se hacía más ameno, pero sí era bastante largo.

E.: Sabemos que hubo un cambio de hotel... Marta ¿que viste de diferencia entre los dos hoteles?

M.G.: Comparado con el anterior, este era más pequeño y más acogedor, y estaba muchísimo más organizado. Los monitores del hotel eran más cercanos que los de la Molina

E.: Al ser tu primer año en este viaje ¿qué fue lo que más te gustó?

A.V.: Yo iba a este viaje sin ninguna experiencia en este deporte y el primer día, después de estar toda la jornada haciendo snow acabé agotada y diciéndome a mí misma que qué hacía aquí.. Pero al segundo día me levanté muchísimo más animada con ganas de aprender y disfruté de la experiencia. En general todos los monitores eran cercanos a los alumnos del colegio.

E.: ¿Repetireis el año que viene esta experiencia tan maravillosa?

A.V.: ¡Una experiencia inolvidable! Si el año que viene puedo ir, ¡claro que me apunto!

M.G.: Me lo he pasado muchísimo mejor que los años anteriores, por la variedad de actividades, así que sin pensarlo mucho ¡ repetiré!

E.: Muchas gracias!

En el pasado 7 de abril los alumnos del colegio Laude Fontenebro realizaron una actividad que consistía en 4 días esquiando por las maravillosas montañas de los Pirineos en la zona noreste de Lleida, en la estación de Port Ainé.

Después de 10 largas horas de autobús, pasando por los preciosos valles del norte, llegamos a nuestro destino. Una vez allí, llevamos todo el equipaje al hotel y nos instalamos en la habitación. Una vez instalados, los alumnos fuimos a la sala de estar, que era una especie de salón con una chimenea, donde recibimos una charla sobre cómo es la estación, es decir, los tipos de pistas que hay y sus respectivos recorridos. Además, también nos hablaron de las normas de convivencia en el hotel y en las pistas, ambas muy importantes.

Llega el primer día del esquí, donde estamos todos ansiosos por empezar aquella gran aventura. Antes de ponernos a esquiar, nos probamos las botas para ver si la talla era la adecuada. A su vez, cada alumno recogía los esquís e íbamos saliendo para realizar la prueba de nivel. Una vez hecha la prueba, los alumnos se dividieron en 8 grupos, 2 de ellos del nivel alto, otros 4 grupos del nivel medio, 1 del bajo y el restante de iniciación. Ese mismo día, el grupo de iniciación, que estaba formado por solo 2 personas, se disolvió y las subieron al nivel bajo. Por la tarde, el personal del hotel ofreció a los alumnos la posibilidad de participar en un torneo del famoso videojuego FIFA, y para acabar el día, una cena de buffet y a dormir.

Llega el segundo día, el día en el que las agujetas empiezan a afectar la forma en la que se esquía. Recogemos los esquís y las botas, y nos disponemos a empezar el día.

Después de 3 exhaustivas horas de esquí, llega la hora de la comida. Una vez acabada la comida, otras dos horas de esquí se hacen notar, esta vez menos deseadas por todos. Después de esquiar el hotel preparó un torneo de ping-pong y otro de futbolín, desafortunadamente, el torneo de ping-pong se tuvo que suspender porque no había suficientes participantes, mientras que en el de futbolín había demasiados. Después de todo, los alumnos se dispusieron a cenar y, a continuación, hubo un karaoke en el que todos se divirtieron mucho, llegando a cantar hasta el mismo profesor de educación física, Javier. Finalmente y como el otro día, los alumnos se fueron a descansar.

Comienza el tercer día, en el que amaneció en perfectas condiciones para ir a desayunar y rápidamente empezar a esquiar. Como siempre, por las mañanas tocaba perfeccionar la técnica del esquí, y por las tardes se pasaba mejor, pues los grupos bajaban más libremente y por más sitios. Aquella misma mañana, algunos grupos, estando en la cumbre, nos quitamos los esquís y fuimos a un mirador que estaba subiendo un poco más. Desde allí, se podía apreciar la belleza de aquel paisaje. Después de comer, esquiamos una de las 2 horas de las que disponíamos, ya que en la otra hora todos fuimos con el autobús a un pueblo que estaba a 20 minutos de del alojamiento. Una vez allí, los monitores nos tenían preparado una actividad de tirolinas y diferentes obstáculos que había que

pasar. Después de esa exhaustiva actividad, volvimos al hotel más suaves. A continuación, como los anteriores días, los cenamos en el buffet, pero después nos esperaba otra magnífica actividad creada por uno de los

monitores del hotel. Era una especie de discoteca con música en la que el monitor bailaba una coreografía y los demás la repetían, como si fuera una especie de zumba. Después, nos fuimos a dormir.

El cuarto y el último día, los alumnos hacen notar su tristeza por todos lados. Por la mañana fue igual que las anteriores, desayunamos y nos fuimos a esquiar, pero esta vez solo hasta la hora de comer, o lo que es lo mismo, unas tres horas. Justo después, entregamos todo el material,es decir, casco, botas y esquís, y seguidamente fuimos a comer por última vez a aquel buffet. Entre lloros y lágrimas recogimos las maletas y embarcamos en un largo viaje de 11 horas, en el que surgieron todo tipo de problemas, un ejemplo es que uno de los autobuses tuvo problemas mecánicos en el sistema frenado, por lo que los alumnos de ese vehículo tuvieron que alquilar otro autobús para ir a LLeida (ciudad), y desde allí, comprar un billete de AVE para Madrid (ciudad), una vez allí, siendo las 10 de la noche, cogieron otro autobús para ir desde Madrid a Moralzarzal. El resto de alumnos paramos a cenar, y llegaron a su destino a las dos de la mañana.

El viaje nos pareció el perfecto, ya que conseguimos aprender a esquiar desde 0. Además, contábamos con la ventaja de que en la estación no había casi nadie excepto nosotros y la nieve era la perfecta. Las dos únicas personas que empezaron a esquiar por primera vez acabaron el viaje sabiendo hacer la técnica del paralelo y bajando pistas negras, que es un auténtico logro, ya que no muchos lo consiguen. Ha sido el mejor viaje de esquí posible para adentrarse en este mundo.

Juan Antonio García y Alejandro Vega, 4º ESO.

El mes pasado, algunos alumnos del colegio Laude Fontenebro hicieron un viaje a una estación de esquí llamada Port Aine, en los pirineos Catalanes. El viaje comenzó el domingo 7 de abril, con la salida del los alumnos en autobuses a las 7:00 de la mañana. Tras varias paradas para descansar y estirar las piernas llegaron a la estación a las 18:00 de la tarde.

Esa tarde tuvieron una charla para explicarles cómo funcionaba todo y después se ubicaron en sus respectivas habitaciones y fueron a cenar. Al día siguiente, era su primer día de esquí en el que cogieron su material para esquiar y fueron a las pistas. Una vez en ellas, les hicieron una prueba de nivel para dividirlos en grupos. Después de esquiar, en las tardes, hicieron actividades lúdicas como montar a caballo, escalar, circuitos de multiaventura, jugar al futbolín…

El día de vuelta, los alumnos solo esquiaron por la mañana porque les esperaba un viaje muy largo. Salieron de la estación a las 14:00 rumbo a Moralzarzal y llegaron a la 1:30 de la madrugada del viernes.

Según las experiencias de algunos alumnos, el viaje les ha gustado mucho porque siempre se estaban haciendo cosas y, además, se estaba muy agusto en el hotel. Una experiencia que sin duda repetirán el año que viene con más ganas e ilusión.

Lucas Fernández y Jorge Sierra, 4ºESO.