Antigua y Venerable Hermandad y Cofradía de Ntro. Padre Jesús del Ecce-Homo, Ntra. Sra. del Mayor Dolor y el Beato Ceferino, Mártir.
HISTORIA
A mediados del siglo XVII ya era venerado el Señor del Ecce-Homo en una capillita de la Iglesia del Castillo, cerrada por rejas de hierro, y en cuyo altar estaba fundada la cofradía del mismo título.
A inicios del siglo XVIII la capilla fue remozada encargándose para ella un nuevo retablo costeado principalmente con las limosnas que varios gitanos demandaron por la población, Pero éste, dado su elevado coste, no pudo ser dorado hasta muchos años más tarde, Para tal fin fue necesario pedir muchísimas limosnas entre el vecindario, constándonos además que también fueron demandadas hasta en la ciudad de México, al otro lado del Océano Atlántico, La devota gitana del Ecce-Homo, Ana de Heredia, al conocer que Diego de Santamaría embarcaría en breve con destino a Nueva España, le encomendó a éste la devota tarea de postular limosnas para el dorado del altar, Santamaría en efecto reunió allí unos dos cientos ocho escudos que a su fallecimiento fueron remitidos por sus albaceas a Lebrija donde supuestamente se apropiaron de ellos el cura Beneficiado de la parroquia don Francisco de Ledesma, El hecho motivó un monumental enfado en la viuda de don Diego de Santamaría, doña Micaela de Coella quien interpuso ante la autoridad eclesiástica un pleito al clérigo en 1724, aunque finalmente el asunto no se esclareció.
El Señor del Ecce-Homo gozaba de gran predicamento entre los lebrijanos Y su altar era bien atendido por éstos como puede constatarse en el caso del devoto Pedro Martín Romero y su mujer Sebastiana Barragán Romero, quienes legaron en 1759, a través de su testamento, dos aranzadas de olivar en el pago de la Sedeña para que se costeasen tres arrobas de aceite con el que habría de mantenerse iluminada su lámpara durante el año.
La procesión de Semana Santa tenía lugar originariamente el Domingo de Ramos por la tarde desde la ermita del castillo, constándonos, que figuraba en el desfile otro paso más, Antes de iniciarse, solía predicarse ante el paso del Cristo un sermón, La estación que andaba la cofradía no solía ser muy larga, aunque tampoco tan corta como la de la Semana Santa de 1790 que a consecuencia de un incidente acaecido entre los eclesiásticos por no acudir a ella los curas Beneficiados provistos de sobrepellizas, fueron obligados por el vicario a recogerse con el segundo paso de la cofradía en la misma puerta y las autoridades en la calle, Aunque la procesión no fue suspendida por el incidente, Sí que se recogió mucho antes de lo previsto.
A pesar de desconocerse las causas y fecha exacta, esta Hermandad debió emplazar su establecimiento canónico al patio de los naranjos a finales del siglo XVIII, muy principios del XIX, una vez que abandonó su capilla la Humildad para trasladarse a la capilla de los Vela.
Con el propósito de ambientar las procesiones lebrijanas, en 1846 acordaron sus hermanos mancomunadamente con los de la Virgen de Los Dolores, Humildad y Nuestra Señora del Castillo, que los nazarenos de cada una también acompañarían el de las otras.
A mediados del siglo XIX persistía saliendo en la tarde del domingo de Ramos, advirtiéndose cierto auge en su seno como puede deducirse de la petición que le formuló al ayuntamiento en 1849 para que le fuesen cedidos unos terrenos de la calle Navarro con destino a cuarto de almacén para sus enseres, Ese mismo año el señor visitador del arzobispado, con motivo de la visita pastoral girada a Lebrija, le ordenó la elaboración, de unas reglas que llegaron incluso a remitirse al Arzobispado, Por su interés vamos a insertar aquí el informe que sobre ella efectuó en 1857 el arcipreste don Fernando Ortiz: "Esta es una cofradía que tiene por objeto sacar su procesión con su correspondiente paso de nuestro señor Jesucristo todos los años el Domingo de Ramos por la tarde, cumple el objeto de su instituto con las póstulas que hacen por el pueblo y las cuotas de los Hermanos, tienen libro de cuentas y acatas pero parece que la antigua Regla ha desaparecido, En el año de 1849, habiendo estado en este el señor visitador general por consecuencia de su visita, procedieron sus Hermanos a formar una Regla la que remitieron para la aprobación eclesiástica al juzgado del provisorato de Sevilla, al procurador don Francisco de P, Covian, en cuyo poder parece está la Regla según me informan los Hermanos en el estado de paralización"".
La capillita del patio de los naranjos, fue solada con lozas de mármol en 1893, siendo rector don Antonio Torrado Marín, Curiosamente aquel mismo año precisó una importante obra de reconstrucción la Iglesia de Belén, por haberse desplomado parte de sus tejados.
REORGANIZACIÓN EN EL SIGLO XX
Según testimonia el primer libro de actas que se conserva, datado en 1968, la cofradía dejó de salir en Semana Santa bien a finales del siglo XIX o muy a principio del XX, No consta el año de este siglo en el que dejó definitivamente de salir, pues sólo se conoce que estuvo sin procesionar en Semana Santa muchos de ellos hasta que tras la guerra civil volvió a hacerlo concretamente en 1941 R, Pero aquélla fue una salida aislada sin continuidad en lo sucesivo.
No es reorganizada hasta octubre de 1968 cuando a iniciativa de don Blas Agustín Vidal se recupera aquella perdida Hermandad que sale por vez primera tras muchos años sin hacerlo al siguiente de 1969, una vez ya restaurada la imagen titular debido al mal estado de conservación en el que se encontraba, Aquella salida procesional fue original porque acompañó al Cristo del Ecce-Homo Nuestra Señora de La Victoria por encontrarse en fase de ejecución el Señor de La Humildad, La procesión salió desde la Parroquia de Nuestra Señora de La Oliva con la singularidad de que los nazarenos, en sustitución de su clásico hábito de penitente, lucieron elegantes capas españolas, cuya indumentaria se convirtió en tradicional hasta 1979 en el que hubo de volver sus hermanos a vestir el hábito nazareno por prescripción de las reglas que por aquellas fechas les aprobó el Arzobispado.
En 1971 emplazó su residencia canónica al convento de las Concepcionistas, abandonando en consecuencia la capillita en la que se encontraba establecida del patio de los naranjos desde cuya sede efectuó aquel mismo año su salida procesional, Las religiosas cedían para la procesión una Virgen con la advocación del Mayor Dolor, cuyo primer acompañamiento al Señor del Ecce-Homo tuvo lugar también aquel mismo año, muy significativo por adelantarse el día de salida al Miércoles Santo en detrimento de la madrugada del Jueves Santo como venía haciéndolo desde su reorganización, La Hermandad permaneció establecida en la Iglesia de dicho convento hasta 1983, año en el que se trasladó en esta ocasión a la Iglesia de Belén, Mientras permaneció en las Concepcionistas les fueron aprobadas unas reglas por el Arzobispado (1978).
TRASLADO A LA IGLESIA DE BELÉN (1983)
La Hermandad hubo de reparar esta Iglesia que se hallaba en estado de abandono y ampliar la puerta de la misma para que pudiesen salir sus pasos, Ese mismo año se le encarga a Juan Abascal la actual Virgen del Mayor Dolor, cuya bendición se festejó con la celebración de una misa flamenca en la que participaron los hermanos "Cabra".
En 1986 los cultos cuaresmales en honor de los titulares tienen que celebrarse en la Parroquia de Santa María de Jesús por desplomarse ciertas tejas, cuyas obras de reparo sufragó la Hermandad de su peculio particular.
Durante los años siguientes de 1987 y 1988 también se oficiaron los cultos en dicha parroquial. Pero es en 1989 cuando tiene que afrontar unas obras de envergadura en Belén por el pésimo estado de la techumbre, aprovechándose también la ocasión para rebajar el nivel del suelo unos treinta centímetros, y solarlo con lozas de mármol.
Se ha celebrado el trigésimo aniversario de su reorganización (1968-98) con un extenso programa cultural y religioso, culminado con la celebración de una misa flamenca en Santa María de Jesús a cuya parroquial fueron trasladadas las imágenes con motivo de la efemérides, para ser devueltas a la Iglesia de Belén al término de la misa, el 31 de octubre de 1998, La Hermandad de los Gitanos de Lebrija fue la anfitriona en mayo de 1999 de la convivencia de Hermandades gitanas de la zona que éstas organizan conmemorando el aniversario de la Beatificación de Ceferino Jiménez.
En la actualidad goza de gran popularidad, Su estación penitencial se inicia el Miércoles Santo a las diez de la noche y concluye a las cuatro de la madrugada, La integran unos setecientos hermanos, de los que gran número se visten de nazarenos (túnica blanca y capirote y capa corintia), Sus reglas contemplan que un porcentaje elevado de los mismos han de ser gitanos, sin descartar la incursión en ella de los payos.
n la particular historia de esta Hermandad, merece especial mención la señora doña Carmen Soto Marín por velar y alumbrar la imagen del Cristo Gitano antes de ser reorganizada, Cuando oculto entre las bancas apiladas en su capilla, acudía a venerarlo.
Las primeras noticias que tenemos de esta arraigada hermandad lebrijana se remontan al año 1641, año en el que están fechadas una relación de misas que se dieron en honor de los hermanos difuntos; con lo que todo nos hace pensar que el origen de ésta es muy anterior a esta fecha. Se tiene constancia, que mucho antes de que el Papa Pío XII conmemorara la victoria obtenida sobre los turcos en los muros de Viena, con la fiesta del Dulce Nombre de María, ya había una cofradía con ese título que honoraba a la Virgen del Castillo.
En 1643, encontramos ya los primeros documentos oficiales en los que se tilda a la Virgen del Castillo, como patrona de Lebrija. Por estas fechas, esta imagen era venerada, no solo dentro de nuestro pueblo, sino por la comarca debido a la devoción que obtenía de sus innumerables fieles. En esa misma época aparece un escrito en el que se dictamina que todos los años se organicen una fiesta en honor a la Virgen y se saque en procesión a ésta hasta la iglesia mayor del pueblo.
En las primeras décadas del S.XVII, la Virgen del Castillo empezó a procesionar el Jueves Santo, junto con un crucificado, actual titular de la hermandad del Santo Entierro. Estas dos imágenes formaban la Cofradía de las Cinco Llagas, y su estación de penitencias estaba decretada para la noche del Jueves Santo. La talla del cristo del Santo Entierro, que actualmente tiene su sede canónica en la Ermita del Castillo, tiene una especial relación con esta Hermandad, pues durante un periodo importante de tiempo compartieron cofradía. Esta unión que se cruzó en la historia de la Hermandad del Castillo, tuvo unas reglas que fueron aprobadas en 1641. La hermandad estuvo así hasta el año 1771, año en el que se incorporó una talla de un cristo flagelado, Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna.
Una fecha importante para la Cofradía del Castillo y para su titular fue el 1 de noviembre de 1775. Tras los espantosos daños ocasionados por el terremoto de Lisboa en los pueblos aledaños, y los escasos estragos causados en Lebrija, el ayuntamiento quiso proclamar Patrona de la Villa a la Virgen del Castillo, por ser la responsable de la protección ante este fenómeno natural. El honor, a este título, fue concedido en cabildo celebrado el 26 de noviembre de ese año.
En 1849, debido al surgimiento de un gran fervor cofradiero en nuestra ciudad, el Arzobispo Gregorio López, manda elaborar nuevas reglas para la Hermandad, siendo estas aprobadas un año después. En este nuevo libro de reglas, cabría señalar la prohibición puesta a la hermandad de recoger a los titulares de la cofradía el Jueves Santo, una vez se pusiera el sol. Además, se exigían permisos para que los hermanos procesionaran con el rostro descubierto.
A finales del siglo XIX, pasó por momentos de incertidumbre, incluso llegó a desaparecer durante unos años tras la muerte de Don Andrés Sánchez de Alba, hermano mayor de la hermandad en esos momentos. En 1908 se reorganiza y Don José Sánchez de Alba López se hace cargo.
Tras las conmemoración de su patronazgo el 26 de noviembre de 1955 por el Excmo. Ayuntamiento de Lebrija. La virgen del Castillo volvió a ser ratificada como Señora y Patrona del Pueblo de Lebrija.
La historia de la hermandad desde los años 60 ha sido vasta. Cabe destacar, el honor de ser la primera Cofradía que procesiona sus imágenes gracias a la labor de sus hermanos costaleros. Esta primera cuadrilla se constituyó en 1966, siendo la primera de España.
El 26 de noviembre de 2005 fue un momento importante, ya que se celebró el 250 aniversario del Patronazgo de Nuestra Señora de Castillo. En el acto de celebración que estuvo presidido por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, se concedió el título canónico de Patrona de Lebrija, ya que el anterior sólo era civil. Ese mismo día fue Otorgada tras la aprobación en un pleno extraordinario por el excelentisimo Ayuntamiento de Lebrija, la medalla de oro de la localidad y su nombramiento como Alcaldesa Honoraría Perpetua.
A partir de entonces, la hermandad no ha parado de crecer y ha llegado a la actualidad con el importante proyecto de Coronación Canónica que culmino el 12 de Octubre de 2012, cuando la Virgen del Castillo recibió la más alta distinción pontificia de los católicos.
Todo comienza cuando un grupo de amigos que ante la ausencia de hermandades que desfilaban por las calles de Lebrija el Domingo de Ramos, viajaban cada año a Jerez de la Frontera para contemplar las hermandades que hacían su estación de penitencia este día. Fue allí, donde surgió la idea de poder llevar a nuestra ciudad la grandeza que para muchas personas supone el Domingo de Ramos. Fue aquí donde se sembró la semilla que más tarde dio como consecuencia la procesión de esta cofradía por Lebrija.
En sus inicios tomaron parte muchos miembros, algunos fueron más tarde costaleros, de aquí se constituyó en 1989 una Junta provisional de Gobierno, cuya primera medida fue el encargo al imaginero sevillano Juan Manuel Miñarro López de la talla de nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén. De las manos de este consagrado imaginero salió esta preciada talla que fue bendecida ese mismo año por el señor cura párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Oliva, cediéndole la capilla de la virgen de la Piña como lugar de residencia y cultos. Es en esta zona, en la capilla a la derecha del altar en la que todavía siguen estando los titulares de esta asociación.
No fue fácil hacer su primera estación de penitencia debido a las dificultades que esta hazaña contiene. Aún así, pudo realizar su primera salida en 1990, comenzando su caminar por la puerta del patio de los naranjos. Hecho éste que ha seguido desde entonces. Ante la gran acogida recibida por el pueblo de Lebrija y la culminación de todo un esfuerzo dedicado a este trabajo decidieron seguir ampliando su patrimonio y haciéndose eco de las citas del evangelio, encargaron a Juan Manuel Miñarro la culminación de este proyecto con la talla del misterio, aunque finalmente fue el escultor afincado en Lebrija Juan Herrera Cala el que llevó a cabo este trabajo.
Con la hermandad de Nuestra Señora de la Salud de la localidad Sevillana de la Rinconada poseen un hermanamiento desde el año 1995, cuando los hermanos costaleros ofrecieron su ayuda para llevar al titular de esta corporación por las calles de Lebrija. Además tiene un vínculo con la hermandad sevillana de la Estrella del barrio de Triana, gracias a la advocación de Maria. En el año 1999, se bendijo la imagen de esta asociación con la misma categoría que la anteriormente reseñada cofradía sevillana. Hace unos años, se produjo la salida de esta Virgen en el cortejo procesional. Desde que empezara sus estaciones de penitencia, el auge del número de hermanos y nazarenos en la hermandad ha ido en aumento, especialmente de jóvenes cofrades, gracias en gran parte al día y la hora de la salida de la cofradía, Domingo de Ramos por la tarde. Hasta la primera salida de la Virgen de la Estrella, los nazarenos llevaban palmas, pero a partir de este hecho, detrás del paso de la sagrada entrada en Jerusalén, ese cuerpo de nazarenos lleva cirios blancos. En la actualidad, esta asociación no tiene el titulo de hermandad por estar en procesos de aprobación por parte del arzobispado de Sevilla. Es por ello, que su esfuerzo actual se empeña en la confección de un libro de reglas y la aprobación como hermandad penitencial.
Las primeras noticias que tenemos de esta arraigada hermandad lebrijana se remontan al año 1641, año en el que están fechadas una relación de misas que se dieron en honor de los hermanos difuntos; con lo que todo nos hace pensar que el origen de ésta es muy anterior a esta fecha. Se tiene constancia, que mucho antes de que el Papa Pío XII conmemorara la victoria obtenida sobre los turcos en los muros de Viena, con la fiesta del Dulce Nombre de María, ya había una cofradía con ese título que honoraba a la Virgen del Castillo.
En 1643, encontramos ya los primeros documentos oficiales en los que se tilda a la Virgen del Castillo, como patrona de Lebrija. Por estas fechas, esta imagen era venerada, no solo dentro de nuestro pueblo, sino por la comarca debido a la devoción que obtenía de sus innumerables fieles. En esa misma época aparece un escrito en el que se dictamina que todos los años se organicen una fiesta en honor a la Virgen y se saque en procesión a ésta hasta la iglesia mayor del pueblo.
En las primeras décadas del S.XVII, la Virgen del Castillo empezó a procesionar el Jueves Santo, junto con un crucificado, actual titular de la hermandad del Santo Entierro. Estas dos imágenes formaban la Cofradía de las Cinco Llagas, y su estación de penitencias estaba decretada para la noche del Jueves Santo. La talla del cristo del Santo Entierro, que actualmente tiene su sede canónica en la Ermita del Castillo, tiene una especial relación con esta Hermandad, pues durante un periodo importante de tiempo compartieron cofradía. Esta unión que se cruzó en la historia de la Hermandad del Castillo, tuvo unas reglas que fueron aprobadas en 1641. La hermandad estuvo así hasta el año 1771, año en el que se incorporó una talla de un cristo flagelado, Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna.
Una fecha importante para la Cofradía del Castillo y para su titular fue el 1 de noviembre de 1775. Tras los espantosos daños ocasionados por el terremoto de Lisboa en los pueblos aledaños, y los escasos estragos causados en Lebrija, el ayuntamiento quiso proclamar Patrona de la Villa a la Virgen del Castillo, por ser la responsable de la protección ante este fenómeno natural. El honor, a este título, fue concedido en cabildo celebrado el 26 de noviembre de ese año.
En 1849, debido al surgimiento de un gran fervor cofradiero en nuestra ciudad, el Arzobispo Gregorio López, manda elaborar nuevas reglas para la Hermandad, siendo estas aprobadas un año después. En este nuevo libro de reglas, cabría señalar la prohibición puesta a la hermandad de recoger a los titulares de la cofradía el Jueves Santo, una vez se pusiera el sol. Además, se exigían permisos para que los hermanos procesionaran con el rostro descubierto.
A finales del siglo XIX, pasó por momentos de incertidumbre, incluso llegó a desaparecer durante unos años tras la muerte de Don Andrés Sánchez de Alba, hermano mayor de la hermandad en esos momentos. En 1908 se reorganiza y Don José Sánchez de Alba López se hace cargo.
Tras las conmemoración de su patronazgo el 26 de noviembre de 1955 por el Excmo. Ayuntamiento de Lebrija. La virgen del Castillo volvió a ser ratificada como Señora y Patrona del Pueblo de Lebrija.
La historia de la hermandad desde los años 60 ha sido vasta. Cabe destacar, el honor de ser la primera Cofradía que procesiona sus imágenes gracias a la labor de sus hermanos costaleros. Esta primera cuadrilla se constituyó en 1966, siendo la primera de España.
El 26 de noviembre de 2005 fue un momento importante, ya que se celebró el 250 aniversario del Patronazgo de Nuestra Señora de Castillo. En el acto de celebración que estuvo presidido por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, se concedió el título canónico de Patrona de Lebrija, ya que el anterior sólo era civil. Ese mismo día fue Otorgada tras la aprobación en un pleno extraordinario por el excelentísimo Ayuntamiento de Lebrija, la medalla de oro de la localidad y su nombramiento como Alcaldesa Honoraría Perpetua.
A partir de entonces, la hermandad no ha parado de crecer y ha llegado a la actualidad con el importante proyecto de Coronación Canónica que culmino el 12 de Octubre de 2012, cuando la Virgen del Castillo recibió la más alta distinción pontificia de los católicos.