“La idea sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación”
Simone de Beauvoir
EL ORIGEN: "CADA VEZ MÁS LIBRES"
Parafraseando a María Zambrano, educar es crear libertades, es preparar para la libertad, preparar para que cada niño o niña sea quien desee ser, “para que se despierte a la realidad de modo que la realidad no sumerja su ser ni lo oprima”. O lo que es lo mismo, educar es coeducar, crear y desarrollar todas las posibilidades y actitudes de cualquier persona, es el camino hacia la igualdad de oportunidades, de trato, de condición, de derechos, de deberes, de exigencias, de expectativas, de cargas, de cargos, de recursos, de tiempos, de espacios…
Desde esta concepción de coeducación y con motivo de denunciar la discriminación de la cual son objeto todas las personas con preferencias sexuales distintas a las convencionales, nace nuestro proyecto “Cada vez más libres”. Con él, pretendemos dar un paso más en la enseñanza y el aprendizaje de las relaciones igualitarias entre chicas y chicos, en la apuesta por la igualdad real, por la igualdad que lleva implícitas la transmisión de valores como el respeto hacia la diversidad, hacia la no discriminación por orientación sexual e identidad de género.
Este proyecto está enmarcado dentro del II Plan Estratégico de Igualdad de Género en Educación, cuyo objetivo principal es incidir en la cultura real que sustenta la desigualdad, partiendo del planteamiento cooperativo “yo gano, tú ganas”, modelo de relación basado en el respeto, la dignidad de toda persona y el rechazo del modelo dominio-sumisión. Particularmente, “Cada vez más libres” persigue la reivindicación de la diversidad afectivo sexual y de género y la expresión del rechazo absoluto contra cualquier muestra de LGTBIfobia.
La LGTBIfobia es odio y rechazo, es un tipo de violencia estructural presente en todas las sociedades y espacios sociales. Son todas aquellas acciones que contribuyen al menoscabo de los derechos, libertades, dignidad y la integridad física y/o mental de aquellas personas con una identidad de género u orientación sexual distinta a la heteronormalidad, distinta a la presunción de que todo el mundo es heterosexual y de que la heterosexualidad es superior a todas las demás sexualidades. En definitiva, la LGTBIfobia es una expresión de la desigualdad sexista aprendida desde la infancia y consolidada a lo largo del proceso de socialización, que invisibiliza todas aquellas expresiones e identidades distintas a la heterosexualidad, a la cual refuerza, legitima y reproduce.
Según la última actualización del informe de Homofobia de Estado, elaborado por la asociación internacional ILGA, “como resultado de los eventos sin precedentes de 2020, las personas y comunidades LGTBI en Europa se han visto empujadas al borde del abismo”. Este hecho se traduce en que 69 países criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, uno de cada tres países castiga penalmente las relaciones homosexuales, once con la muerte y en 28, dos más que en la anterior revisión, existe matrimonio igualitario.
En cuanto a los datos publicados por la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA), un 42% de las personas LGTBI revelan haber sufrido discriminación en el último año. Concretamente en España, el colectivo sigue enfrentándose a niveles "elevados" de discriminación y el progreso respecto a 2012, cuando se hizo otro sondeo, es "bajo o ninguno". Sin embargo, se ha incrementado la visibilidad, a pesar de que un tercio de las personas LGTBI no acude a algunos lugares por miedo y la mitad de quienes tienen pareja evita darse la mano en público.
También, el último informe del Observatorio Español contra LGTBIfobia en Andalucía muestra que los discursos de odio han aumentado un 7% y la transfobia un 8%, aunque la homofobia disminuyó un 13% y las agresiones físicas un 10% con respecto al año anterior. Además, en referencia al lugar del incidente, durante el año 2019 ha habido un importante aumento en el número de incidentes a través de las redes sociales (del 9% al 29%), encontrándose los centros educativos en tercer lugar después de la calle. Con respecto a la edad de la víctima, las personas menores de 18 años suponen un 9% del total de las denuncias de LGTBIfobia, siendo la violencia verbal y social los tipos de violencia que más recibe la adolescencia LGTBI.
Por tanto, es una realidad que, en pleno siglo XXI, la libre expresión de la orientación sexual o identidad de género sigue siendo blanco de burlas, insultos y demás agresiones, a pesar de los avances legislativos de no discriminación hacia lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales, del incremento de su aceptación social y de su mayor visibilización.
Claro ejemplo es el de España, pionera en el reconocimiento y defensa de los derechos de las personas LGTBI, que tiene en su haber una legislación específica que respalda la diversidad afectivo-sexual y las distintas identidades de género dentro de su sistema educativo.
Sin olvidar que la Constitución Española establece en su artículo 27 que “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y deberes fundamentales”, en Andalucía contamos también con la Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales a nivel autonómico y la Ley 8/2017, de 28 de diciembre, para garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y sus familiares en Andalucía.
Sin embargo, a lo largo de nuestra socialización, ya sea de manera indirecta o directa, aprendemos que la heterosexualidad siempre se presupone, a la vez que recibimos el mensaje de que ser homosexual, bisexual, transexual o intersexual no es bueno, o no es la mejor situación para desarrollarnos como personas. Lo mismo ocurre con la educación social recibida en cuanto a la identidad de género que impone los roles y estereotipos que delimitan lo que perfectamente es de chicos y lo que es de chicas. Bajo estas condiciones, el alumnado LGTBI puede llegar a ser víctima de acoso escolar y, consecuentemente, no podrá desarrollar de manera saludable el sentimiento de pertenencia al grupo de iguales que conforma su realidad, su identidad como adolescente, y que le da fuerza y empodera.
Según la Unesco, “el bullying escolar homofóbico es un problema universal. Implica la violación de los derechos de estudiantes y docentes e impide nuestra capacidad colectiva para obtener una educación de calidad para todos”. Por su parte, la mayoría de las investigaciones llevadas a cabo en España concluyen que “existe un elevado índice de acoso escolar por homofobia y transfobia, traducido en un alto porcentaje de chicas y uno mayor de chicos que sufren violencia psicológica y/o física a causa de su orientación sexual o su identidad de género en el ámbito educativo.”
El alumnado LGTBI, presente en todos los centros educativos e invisible la mayoría de las veces, puede llegar a representar un 10% de nuestro alumnado. Nuestro deber como docentes es ofrecerles un centro inclusivo y seguro para que se expresen como sienten y desean, para poder compartir con sus compañeras y compañeros momentos de complicidad, diversión y aprendizaje. En nuestras manos está hacer aulas inclusivas e igualitarias, espacios de confianza y libres para las diversas expresiones de género, donde convivan distintas orientaciones sexuales y donde esté prohibida la LGTBIfobia, así como todo tipo de odio o rechazo a la diferencia.
En este camino de construir un instituto libre de discriminación y violencia, la comunidad educativa del IES Alfaguar pone en marcha el proyecto audiovisual “Cada vez más libres”. Es nuestro compromiso de rechazo de la LGTBIfobia, nuestro compromiso con la libertad y con los derechos del colectivo LGTBI.
“Cada vez más libres” nace con el deseo de crear libertad, de poner en el mundo posibilidades que antes no estaban a través de testimonios y retratos de personas diversas que colaboran en la construcción de un mundo en igualdad de oportunidades y efectivamente libre, donde se respeten todas las realidades y la diversidad, independientemente de la orientación sexual o identidad de género, un mundo donde nadie tenga que ocultar su condición sexual ni se avergüence por ello, un mundo donde todas las personas sean libres para amar, sentir, decidir, disentir, para ser… para llevar adelante la vida que deseen.
¡YA TENEMOS LOGO!
Realizado por la alumna EVA GUTIÉRREZ KOCHNEVA de la Escuela de Arte de San Telmo de Málaga.