Punto de partida y objetivos.

La reciente situación de pandemia generó una dificultad añadida a la enseñanza de las materias relacionadas con el entorno STEAM, al forzarnos a una enseñanza virtual que nos alejó de las aulas y por tanto de la práctica científica. Esto se tradujo en una disminución general del nivel de competencia del alumnado y en especial de las competencias científica, tecnológica, matemática y artística, que requieren una mayor intervención del profesorado, sobre todo en edades tempranas en las que los niños y niñas tienen una autonomía limitada a la hora de aprender y especialmente en el caso del alumnado con mayores necesidades y en el caso de las alumnas, ya que, desgraciadamente, la escuela es casi el único ámbito en que se les muestra una realidad en la que ellas pueden alcanzar los mismos logros que sus compañeros y en la que pueden descubrir mujeres referentes distintas a las que suelen conocer a través de los medios de comunicación y las redes sociales.

Así mismo, creó una falsa percepción en el alumnado y sus familias de que podían prescindir de la asistencia a los centros escolares porque se podía aprender desde casa, simplemente a través de internet. La realidad es que es en el ámbito escolar donde se puede intervenir de manera más eficaz para encauzar y fomentar la inquietud innata del alumnado por el conocimiento y alejarlo de la pseudociencia que hoy en día encuentra un gran altavoz en las redes sociales. 

La recuperación del valor de los centros educativos como transmisores de ciencia y la lucha contra la desigual representación de la mujer en los ámbitos científicos son las principales motivaciones que nos impulsaron a participar un año más en este proyecto.