En la actualidad, debido a la importancia que ha adquirido uso de las nuevas tecnologías, muchas personas habitualmente trabajan con diversas claves o contraseñas. Hay muchos ejemplos que son cotidianos: el número pin del teléfono móvil, las contraseñas de correos electrónicos, las contraseñas bancarias (de las tarjetas de crédito, de banca electrónica...). Todas estas son códigos secretos que solo y de forma exclusiva debe conocer el propietario de la clave o cuenta; y con los que tenemos que ser precavidos. Si fuésemos conscientes de todos los delitos que una persona que dispusiera de nuestros datos personales, contraseñas... es capaz de cometer, definitivamente seríamos mucho más cautos con su uso y privacidad.
Tras haber visualizado los consejos anteriores, pon a prueba la robustez de tu contraseña.