UD 10. EL SECTOR TERCIARIO
a. Concepto de sector terciario. La terciarización
El sector servicios es muy complejo puesto que comprende todas aquellas actividades que no están incluidas ni en el sector primario ni en el secundario. Abarca las actividades dedicadas a la prestación de servicios, es decir, que son actividades que no producen bienes materiales de forma directa. Dada la heterogeneidad de las mismas, se distingue un sector terciario elemental, que agrupa los empleos que no requieren una especial cualificación y un sector terciario superior, que comprende los servicios de alto nivel técnico y que emplea mano de obra muy cualificada. Hoy se suele diferenciar incluso un sector cuaternario que incluye las tareas relacionadas con la dirección, la toma de decisiones y las de gran especialización (investigación, por ejemplo).
El progresivo aumento de las actividades terciarias constituye el fenómeno de la terciarización, uno de los más importantes de finales del siglo XX. Los países industrializados son los que han experimentado una terciarización más intensa, llegando a representar el sector más del 60% de la población activa, constituyendo como indicador del desarrollo.
b. Proceso de terciarización de la economía española. Importancia del sector servicios en España.
En España, el sector servicios ha ido creciendo de manera casi constante a lo largo del siglo XX, pasando de un 17,8% de la población activa en 1900 a un 61,7 en 1997. Únicamente entre 1930 y 1950 se produce un decrecimiento del sector, como consecuencia de la Guerra Civil y las dificultades económicas de la posguerra.
La crisis industrial de los años setenta facilitó el trasvase de la población al sector terciario que desde 1980, con un 45% de la población activa, superaría ya al secundario. Es el periodo de despegue del sector servicios, que recibe efectivos desde el sector primario y secundario.
1. Factores del desarrollo de los servicios
De 1970 a 1981 y de 1981 a 1996, se puede decir que son las etapas de máximo crecimiento del sector servicios. Los factores de este crecimiento son:
a) Reforzamiento del sector público debido al crecimiento de las administraciones locales, autonómicas y central.
b) Los cambios operados en la industria favorecen la tercerización: desde la crisis industrial de 1975, el sector terciario se ha convertido en refugio de muchos parados procedentes de la industria. Además la actividad industrial moderna utiliza nuevas tecnologías que requieren cada vez menos mano de obra, y demanda numerosos servicios asociados a la producción, lo que ha dado lugar a la llamada "tercerización de la industria" que origina nuevos servicios y funciones (gestión, publicidad, asesorías, diseños...)
c) Crecimiento incorporación de la mujer al trabajo se realiza básicamente en este sector.
d) Auge del turismo.
2. Distribución de los servicios en el territorio
Todas las comunidades autónomas muestran una hegemonía del sector terciario, tanto en aportación al PIB como en empleo; pero existen desequilibrios territoriales en dos aspectos:
a) El grado de terciarización es mayor en las comunidades especializadas en turismo como Canarias, Baleares y Andalucía.
-En los centros rectores del país: Madrid.
-En las grandes ciudades, que suelen proporcionar servicios a núcleos rurales.
Es menor: en las comunidades de mayor peso agrario como La rioja, Galicia, Navarra, Castilla-la Mancha.
b) Las distintas ramas que componen el sector terciario tienen un peso desigual:
- Los servicios destinados a las empresas o a la producción dominan en un reducido número de provincias como Madrid, Barcelona, Bilbao y Zaragoza, donde la industria moderna los empleados se dedican cada vez más a tareas relacionadas con los servicios a la producción (gestorías, asesorías, tecnología punta..)
- Los servicios relacionados con el consumo (comercio, hostelería, alquiler de inmuebles) están más implantados en la Comunidad Valenciana, Murcia, Sureste andaluz.
- Servicios escasamente cualificados, como los personales, administrativos y los de carácter asistencial, predominan en el resto del territorio.
España es una de las principales potencias turísticas del mundo, tanto por el número de visitantes que recibe como por los ingresos que reporta esta actividad.
La consolidación de España como destino turístico data de los años 1960, aunque cuenta con unos antecedentes dignos de mención en los viajeros ilustrados y los románticos que nos visitaron. Desde el siglo XVIII, pero especialmente a lo largo del siglo XIX, son numerosos los viajeros que recorren España, entre ellos naturalistas y escritores. Unos y otros quedaron impresionados por la diversidad que ofrece la naturaleza de España, por el exotismo de unos paisajes que le recuerdan a África, por la pervivencia de las herencias árabe y oriental, por las ciudades y los monumentos, por los tipos y las costumbres populares, por el bandolerismo, por las corridas de toros, etc. La difusión de sus conocimientos y de sus experiencias en escritos y guías de viaje contribuyó a forjar una imagen de España plagada de escenas tópicas, pero que ha alimentado la curiosidad y el interés de los extranjeros por España y la percepción de ésta como destino turístico singular.
A la gestación definitiva de España como potencia turística han contribuido causas externas e internas.
Entre las causas externas habría que citar la evolución de la sociedad europea tras la Segunda Guerra Mundial. Concluida la reconstrucción posbélica, Europa alcanzó en estado de bonanza económica y de bienestar social sustentado en un alto nivel de vida, amplia cobertura social, reducción de la jornada laboral, vacaciones remuneradas, etc. Pronto crecieron las demandas de ocio, entre las que ocupó un lugar preferente el turismo, que ahora podía disfrutarse masivamente gracias a la generalización del automóvil y a la popularización de los viajes en avión.
Como factores propios o internos de España hemos de destacar su situación geográfica, su conocimiento y valoración por parte de las sociedades extranjeras y las excelentes condiciones de su oferta turística: amplio litoral, climatología favorable variedad paisajística, rico patrimonio cultural, etc., y todo ello a buenos precios, como correspondía a un país con cierto atraso respecto a los países de procedencia de los turistas.
El patio de los Leones en la Alhambra de Granada
Bañistas en el litoral mediterráneo
Corrida de toros en la celebración de San Fermín (Pamplona)
10.2.1. Evolución del turismo en España
Los inicios del turismo moderno se sitúan en los años 50 del siglo XX. Puede señalarse 1959 como año de despegue, coincidiendo con un significativo momento en la planificación económica de España, que entendió el turismo como un importante factor de desarrollo.
En 1960 el número de visitantes superó los 6 millones, abriéndose en este momento una etapa de crecimiento continuo que duró hasta 1973. En este período se pusieron 2 las bases del modelo turístico español de masas, el cual requirió la construcción de apartamentos y hoteles, y que dio lugar a la precipitada urbanización de los litorales, muchas veces regida por la especulación y carente de planificación. El ritmo expansivo quedó interrumpido en 1973, año de una recesión, motivada por el incremento de los precios del petróleo, la crisis económica, el ocaso del franquismo y los balbuceos de la transición democrática.
A partir de 1976 se inició una nueva fase de crecimiento sostenido, que duró hasta 1989, y cuya principal característica –junto al aumento de turistas extranjeros- fue la incorporación de los españoles al turismo de playa.
Tras una nueva recesión a comienzos de los años 1990, se ha abierto una nueva fase en la que se han superado los 70 millones de visitantes, cifra que incluye a los viajeros en tránsito y a los turistas propiamente dichos, que ascienden a más de 60 millones. Si comparamos el gráfico sobre la evolución de los turistas y de los ingresos aportados desde 1960, distinguimos tres períodos:
a) Hasta comienzos de los años 70, aumenta más rápidamente el número de turistas que de ingresos, lo que quiere decir que se trataba de un turismo con bajo poder adquisitivo.
b) Desde los inicios de los 70 hasta mediados de los 80, turistas e ingresos crecen paralelamente prueba del buen adquisitivo.
c) Desde 1985, los ingresos crecen a un ritmo muy superior al de visitantes, lo que evidencia el encarecimiento del turismo español desde nuestro ingreso en la Unión Europea.
A pesar de ello, el turismo español aporta al país menos ingresos que otras potencias turísticas de rango similar, como demuestra el hecho de que España, aunque ocupe el segundo lugar mundial por número de turistas, se sitúa en cuarto lugar por la cantidad de ingresos.
El turismo en España presenta estas áreas turísticas: La Administración española distingue entre zonas turísticas y puntos turísticos, diferenciados entre sí en función de la amplitud del espacio geográfico que ocupan.
-Las zonas turísticas. Presentan una densidad turística más o menos homogénea. En ellos, la concentración de la oferta turística es tan amplia que sobrepasa los límites de un núcleo de población o de un término municipal, caso de la costa de Alicante, la Costa Brava, la Costa Cálida, la Costa del Sol, la Costa Valenciana, Palma-Calvià, y el sur de las islas de Gran Canaria y de Tenerife.
-Los puntos turísticos son focos aislados, y están ligados a atractivos turísticos concretos. Unos se sitúan en la costa, como Barcelona, Puerto de la Cruz, Santander, Lloret de Mar o Marbella; y otros se localizan en el interior peninsular o insular y suelen corresponderse con ciudades históricas (Madrid, Sevilla, Zaragoza, ciudades del Camino de Santiago), estaciones invernales (Sierra Nevada, Jaca, etc.) o áreas de montaña ligadas al turismo verde (Potes, en los Picos de Europa).
Las áreas turísticas pueden ser, además:
-Áreas especialmente turísticas, si mantienen un turismo estable a lo largo de todo el año, caso de Baleares, Canarias y Andalucía; o
-Áreas turísticas de temporada, cuando la estacionalidad del turismo es acusada y supera a la media del territorio nacional, caso de la Costa Brava (Gerona), la Costa Dorada (Barcelona y Tarragona), la Costa del Azahar (Castellón y Valencia) y la Costa Blanca (Alicante).
En cuanto a las zonas turísticas encontramos:
-Las zonas turísticas de alta densidad: litoral mediterráneo (peninsular y balear) y Canarias. Modelo turístico de sol y playa. Incluyen la Costa Brava, desde Lloret de Mar hasta Palamós; la Costa Dorada, desde Torredembarra hasta Cambrils; la Bahía de Palma; la Costa Blanca, desde Alicante hasta Benidorm; la Costa del Sol, desde Málaga hasta Estepona; y el sur de Gran Canaria, desde Tenerife hasta Maspalomas.
Otras zonas turísticas de alta densidad son Madrid y determinados enclaves de la cornisa cantábrica Santander) y de la costa atlántica gallega (Rías Altas y Rías Bajas).
· El litoral mediterráneo: las condiciones atmosféricas del Mediterráneo y sus playas son las causas que explican que en él se localicen algunas de las principales zonas turísticas españolas y una buena parte de los centros turísticos costeros: Costa Brava y Lloret de Mar; Costa Dorada y Salou; Costa Blanca y Benidorm; Costa del Sol y Málaga, Marbella y Torremolinos; etc.
· Canarias. Su clima siempre cálido, le ha permitido un aumento espectacular del turismo en las últimas décadas. Los flujos turísticos se concentran en Gran Canaria y Tenerife; las infraestructuras hoteleras son especialmente numerosas en Las Palmas y en el Puerto de la Cruz.
· Madrid. Su turismo es de tipo itinerante, pues basa su oferta turística en el turismo monumental, cultural y de negocios. Alrededor de la capital hay una corona de ciudades turísticas entre las que destacan Alcalá de Henares y Aranjuez.
· La cornisa cantábrica. En el siglo XIX Santander y San Sebastián fueron los destinos preferidos de la aristocracia española. En la actualidad, aglutina únicamente una pequeña parte de los alojamientos turísticos, concentrados especialmente en Santander, Gijón y otros municipios más pequeños como Laredo y Castro Urdiales.
· La costa atlántica gallega. Las Rías Altas y Bajas tienen un turismo litoral basado en sus pintorescas costas y en la existencia de ciudades importantes, como A Coruña, Vigo y, ya en el interior, Santiago de Compostela.
Desde el litoral, el turismo se ha difundido en ocasiones hacia espacios interiores más o menos próximos, que se han convertido así en zonas turísticas de media y baja densidad. En algunas de ellas se han desarrollado otras modalidades turísticas diferentes a la de sol y playa.
En el resto de las regiones españolas la actividad turística es poco o nada importante. El turismo se reduce a visitas puntuales a ciudades históricas destacadas por sus monumentos, tradición histórica o patrimonio cultural. Estas ciudades constituyen, por tanto, puntos turísticos aislados. Es el caso de León, Burgos, Valladolid, Segovia y Salamanca, en Castilla y León; de Zaragoza, en Aragón; de Toledo, en Castilla- La Mancha; y de Cáceres, Mérida y Trujillo, en Extremadura.
La distribución espacial del turismo se explica por factores económicos y territoriales. Entre ellos, destacan los siguientes:
· La accesibilidad y las vías de comunicación. El factor favorece el desarrollo de unas zonas, como Cataluña, mientras otras que están mal comunicadas (cabo Gata-Níjar) pueden presentar un escaso crecimiento.
· La cercanía a una gran ciudad. Es el caso de Barcelona, Alicante o Málaga, que han actuado en sus respectivas áreas como motor para la multiplicación de las segundas residencias o han impulsado el crecimiento de núcleos cercanos, como Lloret de Mar, Benidorm, Torremolinos o Benalmádena.
· La acción de los promotores inmobiliarios. Explica el crecimiento de núcleos turísticos concretos, generalmente de la costa mediterránea, como Benidorm, Salou o Torremolinos.
· La imagen social de las ciudades. Muchas ciudades de rica tradición histórica o patrimonio cultural o natural se convierten en paso obligado de cualquier programa turístico. Es el caso de Granada, Córdoba y Sevilla, en Andalucía; Santiago de Compostela, en Galicia; Toledo, en Castilla-La Mancha, y Cáceres, Mérida y Trujillo, en Extremadura.
- Otros factores: influencia de las grandes agencias de viajes o turoperadores, que han promocionado determinadas zonas (Ibiza, Islas Baleares, Canarias) en detrimento de otras; el cambio de mentalidad respecto a la naturaleza, que ha provocado el nacimiento de nuevas formas de turismo (rural, ecológico, de aventura, enológico), el modelo de asentamiento humano, que contrapone los alojamientos integrados en grandes núcleos de población (Torremolinos, El Arenal de Palma, Salou) a las pequeñas urbanizaciones distribuidas en el espacio (calas gerundenses, mallorquinas y menorquinas).
El modelo turístico que se ha consolidado en España tiene como principales caracteres: la procedencia internacional de los visitantes, su condición de turismo de masas y la demanda concreta de sol y playa.
Los países emisores de turistas a España son, principalmente los integrantes de la Unión Europea. Destaca Alemania y Reino Unido, de donde procede casi la mitad de los turistas que nos visitan anualmente, y les siguen Francia, Benelux, Italia y los países escandinavos.
También es importante la corriente turística procedente de Estados Unidos y de Japón, y comienzan a emerger algunos países del Este (Rusia, Polonia, República Checa). En general se trata de un turismo cuyo calendario de vacaciones está condicionado por la temporada de playa y por las fechas de las vacaciones escolares y laborales, que coinciden con el verano, de ahí la acusadísima estacionalidad del turismo, que se manifiesta en la saturación de los sectores de transporte y hostelería en los meses de julio y agosto.
Poco a poco, el turismo nacional se ha ido incorporando a este modelo, de manera que muchas playas registran una concurrencia equilibrada entre extranjeros y españoles. Asimismo, va aumentando el turismo de jubilados, nacionales y extranjeros, que alternan su estancia en la costa con su residencia habitual. Aprovechan su disponibilidad de tiempo para adaptarse a las mejores ofertas y contribuyen a la ocupación hotelera en temporada baja, tan beneficiosa para la actividad del sector y para la estabilidad del empleo.
Estas circunstancias, unidas a la tendencia cada vez más manifiesta de repartir el tiempo de vacaciones en distintos períodos (primavera, verano, Navidad) y elegir diferentes modalidades de turismo, ha contribuido a fijar nuevos destinos turísticos y atenuar la estacionalidad de la demanda, que, sin embargo, todavía sigue siendo muy acusada. De acuerdo con los caracteres de esta demanda, España dispone de una extraordinaria infraestructura turística, que es su principal apuesta frente a posibles competidores. Ésta se materializa en la existencia de más de 10.000 hoteles y hostales, que ofrecen más de 1.100.00 plazas. Su distribución geográfica por comunidades autónomas es desigual, existiendo una especial concentración en los espacios insulares y litorales.
El turismo en España tiene un significado extraordinario, siendo, a su vez, uno de los principales factores de la terciarización experimentada por la economía y por la sociedad española. Su primer significado es de naturaleza económica, pues, hoy, el turismo supone, aproximadamente, el 11% del PIB y genera unos ingresos brutos de 24.000 millones de euros, lo que permite compensar el déficit de la balanza comercial. Su importancia económica no se ciñe al momento presente, sino que el turismo ha estado muy ligado al desarrollo económico de los años 1960, pues las aportaciones de divisas por parte de turistas y emigrantes permitieron financiar las importaciones.
Las elevadas cifras de turistas y la concentración de la demanda en los litorales han exigido la dotación de infraestructuras, que culminaron en la urbanización de amplios espacios costeros, donde se han desarrollado multitud de ciudades y conurbaciones. El desarrollo urbano y la actividad económica procedente del turismo han dotado a los espacios turísticos de un extraordinario dinamismo, que los ha convertido en un lugar de atracción demográfica y económica, razón por la cual se ha acentuado la contraposición interior-litoral. El fenómeno turístico, asimismo, ha contribuido a la redistribución de rentas y ha desempeñado un papel muy importante en la evolución de la sociedad española. El turismo fue elemento de intercambio cultural, de acercamiento a otros pueblos y mentalidades, de conocimiento de otras sociedades y una ventana abierta al mundo que favoreció nuestra incorporación a las sociedades occidentales; pero también ha tenido grandes costes ambientales, que se manifiestan en la agresión a los litorales y a los ecosistemas, en la falta de planificación y en la avidez especulativa de personas empresas y municipios.
-Problemas y perspectivas de futuro
El turismo español empieza a acusar los problemas derivados de un modelo caduco, en el que van dejando huella los efectos de la masificación, de la estacionalidad, de la concentración en el litoral, etc. Desde el punto de vista de la oferta, empieza hacer necesaria la renovación de las instalaciones, la dotación de infraestructuras y de servicios adaptados a las nuevas demandas, la puesta en práctica de políticas que lleven a la ordenación del sector, además de otro conjunto de medidas encaminadas a mantener la relación calidad-precio de los servicios prestados, procurando la independencia de los grandes tour operadores extranjeros que controlan nuestro turismo y se lucran con él.
Se hace inevitable una apuesta por la calidad, que contrarreste la oferta de otros países de nuestro entorno mediterráneo, algunos de los cuales (países de los norte de África, antigua Yugoslavia, por ejemplo) nos han llegado a emerger como potencias turísticas por razones ajenas al sector. Asimismo, se impone ampliar la oferta turística, tanto en lo que se refiere a actividades como espacios, para atenuar la concentración estival, captar nuevos turistas y mercados, así como dotar a nuestro turismo de una dimensión cultural acorde con nuestro rico patrimonio. Entre la multitud de ofertas posibles, una buena opción es la del turismo rural y de naturaleza, para la cual España cuenta con una red de espacios protegidos que es un componente extraordinario de paisajes y de biodiversidad. Su utilización como recurso turístico es compatible con la conservación de la naturaleza y fundamento del desarrollo endógeno de las zonas más desfavorecidas del interior.
Casa de turismo rural en Cantabria
Stand del País Vaco en FITUR
-Turismo y medio ambiente
En cuanto a la relación entre turismo y medioambiente, diremos que no es posible concebir una actividad como el turismo que no considere los objetivos económicos, sin embargo se han olvidado los objetivos sociales y ecológicos.
· El turismo ha ordenado el territorio de manera distinta en zonas turísticas que en otras que no lo son. Se encuentra una alta densidad de edificación, con la consiguiente especulación del suelo, y un cambio en el paisaje tradicional con construcciones de grandes bloques y residencias para extranjeros y los españoles en construcciones extensivas de baja densidad (chalés). Las infraestructuras de turismo impactan en el paisaje, ejemplo son las “colmenas de apartamentos” de algunas ciudades costeras.
· Un aumento de la accesibilidad, gracias a la mejora de las redes de transporte. Una modificación notable del entorno, instalando “espacios verdes”, parques de atracciones, parques acuáticos, campos de golf,…..
En los puntos turísticos la actividad ha originado también cambios importantes.
· El reordenamiento de los centros históricos: peatonalización de las zonas históricas, multiplicación de los servicios al turista (tiendas de recuerdos y artesanía, restaurantes), construcción de hoteles, etc.
· La mejora de la accesibilidad y de las vías de comunicación.
· La urbanización de las periferias: segundas residencias o de establecimientos hoteleros para satisfacer a una demanda de corta duración, pero de alta frecuencia.
En cuanto a los impactos ambientales podemos hablar de:
-La urbanización incontrolada de espacios naturales: destrucción de bosques y de ecosistemas y desaparición de la fauna y especies vegetales autóctonas. No siempre se ha respetado la ley de costas que obliga a dejar una distancia entre el mar y la construcción que se va a realizar, ya que todas las playas son públicas. En la foto, hotel Algarrobico (Carboneras, Almería).
-La costa española es muestra de un desarrollo turístico que sólo ha tenido en cuenta el objetivo económico. Las consecuencias negativas están apareciendo y pueden hacer peligrar los beneficios: la contaminación del mar puede incidir en un menor número de visitantes. La alteración del litoral, que amenazan el buen el funcionamiento de los ecosistemas marinocosteros. El aumento de la contaminación acústica, provocada por el incremento del tráfico rodado y de las obras, por aumento de lugares de ocio y diversión situados al aire libre. La generación de residuos, que se ha visto reforzada por la urbanización masiva y la falta de infraestructuras adecuadas, y ha provocado que en algunas zonas hayan proliferado los vertederos. Se ha tratado de implantar soluciones como la implantación de la ecotasa que grave la actividad turística.
En España tenemos el ejemplo de Islas Baleares que consiste en cobrar una cantidad a cada turista o empresa turística (tasa turística, entre 2-4€ pax/noche), para invertir ese dinero en la conservación del medio ambiente. Los detractores piensan que la ecotasa puede reducir el número de turistas y los que la apoyan afirman el efecto beneficioso porque selecciona el tipo de clientes a la vez que asegura la explotación turística a largo plazo. Algunas infraestructuras relacionadas con la montaña y la nieve crean impactos y levantan polémicas, como los teleféricos, o los cañones de nieve artificial que proliferan en numerosas estaciones de esquí.
La distribución del transporte refleja los desequilibrios espaciales en la distribución de la población y en el desarrollo económico de la zona. Las zonas mejores comunicadas serán los más densamente pobladas, es decir, los grandes núcleos urbanos y las zonas más activas económicamente.
Por otro lado, puede introducir cambios en el territorio, pues los medios de transporte pueden ser un factor clave para el desarrollo de las regiones, al hacerlas accesibles y atractivas para las actividades económicas.
Por tanto, el sistema de transportes es un elemento esencial en la ordenación del territorio, que debe orientarse a repartir la accesibilidad, potenciando las redes de los espacios menos desarrollados para hacerlos más atractivos y descongestionados los ejes más saturados.
Las redes de trasporte también vertebran el territorio, pues los movimientos de personas y mercancías conectan los distintos lugares. Estos movimientos son cada vez más intensos, rápidos y baratos.
-Características del sistema de transporte
El sistema español de transportes presenta unas características que son, al mismo tiempo, rasgos de arcaísmo y de modernidad, herencia de la historia y logros de la evolución reciente de la sociedad. Entre ellas, destacan las siguientes:
a) La acusada influencia del medio natural, que se ejerce fundamentalmente a través del relieve. Así, a la elevada altitud media de nuestras tierras, ha de añadirse una morfología que dificulta el trazado de las vías de comunicación y obliga a la construcción de estructuras que encarecen la ejecución y dificultan la realización (puentes, viaductos, túneles).
b) El trazado radial que tiene como centro Madrid es muy perceptible en las redes de carreteras y en la red ferroviaria. El transporte aéreo responde también a un modelo radial por la importancia que tiene la capital de España como origen y destino de los vuelos nacionales e internacionales.
c) Los desequilibrios territoriales entre regiones, que se manifiestan, tanto por la densidad de redes viarias e infraestructuras como en la calidad de las propias instalaciones y vías de comunicación. En este sentido, la tendencia es que las regiones con mayor grado de desarrollo tengan mejores comunicaciones, lo cual es, a su vez, un factor de desequilibrio.
d) Las deficiencias en la comunicación interregional, consecuencia de factores físicos, de la disposición radial de las redes de comunicaciones y de las desigualdades regionales, sin que la descentralización administrativa resultante de la implantación del Estados de las Autonomías haya resuelto la situación
e) El marcado desequilibrio hacia el transporte por carretera, que acusa los efectos de la sobrecarga en el transporte de personas y de mercancías.
10.7.1. La red de carreteras
En la actualidad, los transportes por carretera son los de mayor importancia, al tiempo que la red de calzadas ejerce gran influencia en la articulación del territorio. Esta red de carreteras tiene su origen en la multitud de caminos formados a través de los siglos. Las calzadas romanas –principal soporte de la ordenación del territorio en su tiempo- y las redes trazadas por musulmanes y cristianos durante la Edad Media son antecedentes destacados; sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando las carreteras españolas cobraron un gran impulso y se logró una red de ámbito nacional, pues en esta época se acometió la construcción de la red de estructura radial que unía el centro –Madrid con los principales puertos del litoral. El plan se desarrolló durante los siglos XVII y XIX, y es la base del actual mapa de carreteras.
En el primer tercio del siglo XX, en 1926 se impulsó el Plan de Firmes Especiales, que pretendía una mejora general de la red viaria para adaptarlas a las nuevas condiciones del transporte y a los nuevos vehículos automóviles. Hacia los años 1960, la red española de carreteras presentaba grandes carencias y resultaba insuficiente para las necesidades del momento, caracterizado por el auge de los vehículos a motor.
Para adaptarse a la nueva realidad socioeconómica y entendiendo que las infraestructuras eran un factor imprescindible para el pretendido desarrollo, se acometió el Plan REDIA (Red de Itinerarios Asfálticos, 1967-1971), que incluyó entre sus objetivos a ampliación del ancho de calzada, la mejora de la pavimentación y de la señalización, la corrección de trazados y la dotación de arcenes en las principales rutas españolas. Las actuaciones se centraron en los seis grandes ejes que forman el soporte del modelo radial (Nacionales I a VI), con lo que éste quedó definitivamente consolidado.
En el mismo año 1967 se aprobó el PLAN DE AUTOPISTAS, que proyectaba un ambicioso sistemas de autopistas de peaje que no llegó a concluirse. En cierto modo, su objetivos fueron cubiertos a partir de los años 1980 con un proyecto de autovías a partir del desdoblamiento de calzada de las principales carreteras nacionales y que, una vez concluido, constituiría el soporte básico de comunicación y de la red viaria. Esta solución no resolvió todas las necesidades, de ahí la intención de completarlo con el Plan de Infraestructuras (1993-2007). Éste pretende asegurar las conexiones internacionales con Francia y Portugal, completar la red de alta intensidad de tráfico, descongestionar las vías radiales y favorecer la comunicación interregional mediante la construcción de autovías radiales y periféricas que atenúen los efectos negativos del plan radiocéntrico heredado de tiempos pasados.
El conjunto de carreteras es gestionado por el Estado, por las comunidades autónomas. La red básica del Estado depende de la Administración central y tiene 24105 Km, lo que asegura la comunicación interregional. La red autonómica es la más extensa, está compuesta por más de 70000 Km de calzada y en ella se integran las carreteras de ámbito regional, cuya gestión está transferida a las comunidades autónomas. Por último destacan las redes de ámbito local y comarcal, administradas por cabildos, diputaciones, etc.
En conjunto, la red de carreteras presenta grandes diferencias regionales:
Respecto a la densidad: poseen valores altos las comunidades más desarrolladas económicamente (Madrid, Cataluña, C. Valenciana) o que presentan población dispersa (Galicia) o relieve fragmentado (Cornisa Cantábrica).
Poseen menor densidad las zonas de nivel económico más bajo y poblamiento concentrado (Extremadura, Aragón, Castilla la Mancha y Andalucía).
Respecto a accesibilidad las zonas más accesibles son las zonas industriales y turísticas (Madrid, Zaragoza, Barcelona). Las menos accesibles son Galicia, parte de Castilla y León, Extremadura, Huesca y Teruel.
10.7.2. La red de ferrocarriles
La red de transporte ferroviario Entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, el ferrocarril fue el modo de transporte principal. Desde entonces, la competencia con otros medios lo han colocado en una posición secundaria y en una grave situación financiera.
Se compone de tres redes:
a) La Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (RENFE). Tiene una estructura radial y arboriforme, ya que a partir de la red básica se abren ramas. Esta estructura permite el mayor número de conexiones. Actualmente se intenta sanear económicamente este medio y hacerlo más rentable.
b) Los ferrocarriles de vía estrecha (FEVE) se da en la Cornisa cantábrica, aunque también hay líneas con otras comunidades, como Castilla y León, Cataluña, Valencia, Murcia Y Baleares. Se está aplicando un plan de competitividad para adaptarse a la demanda actual de servicios de cercanías.
c) La red de alta velocidad (AVE) se inició con la apertura de la línea Madrid-Sevilla en 1992.
La red está necesitada de una profunda renovación, debido a que entró en crisis a partir de las décadas de los años cincuenta y sesenta a consecuencia de la competencia del transporte por carretera, tanto de pasajeros (por la popularización del automóvil), como de mercancías (por el aumento del número de camiones).
a) La red de ferrocarriles españoles, al igual que la de carreteras, tiene una disposición radial con centro en Madrid y tres importantes nudos de dispersión del tráfico- Venta de Baños (Palencia), Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Zaragoza. La longitud de la red es de 12.700 Km de ferrocarril de vía convencional, gestionados por RENFE, y unos 2.000 de vía estrecha. Desde 1992 el trazado ferroviario se completa con los trenes de alta velocidad (AVE) de Madrid a Sevilla que se han extendiendo posteriormente a Málaga, Barcelona, Valladolid, Valencia.
b) A pesar de la importante renovación que se está llevando a cabo en las últimas décadas, la red convencional sigue presentando deficiencias muy importantes, tanto en su trazado como en su conservación, así como en la modernización de sus equipamientos.
Existe un fuerte desequilibrio en el equipamiento ferroviario de determinadas zonas (sobre todo en las regiones del interior) y son necesarias muchas más inversiones para hacer a la red más competitiva frente a otros sistemas de transporte, pero desgraciadamente, estas inversiones suelen llegar con bastante retraso para la renovación de una red ferroviaria que se ha quedado anticuada en muchos casos.
Actualmente solo son rentables los trenes de cercanías en las grandes ciudades (que entran en competencia con la red de autobuses urbanos), así como la red de Alta Velocidad, que entra en competencia en las distancias medias con el avión.
c) En la última década se está desarrollando considerablemente la red de Alta Velocidad, hasta el punto de que según algunos autores, lo que está sucediendo en España ahora mismo en este sentido, puede calificarse como una auténtica revolución en los transportes ferroviarios.
De esta forma, los corredores del AVE se están consolidando en la actualidad como la red fundamental de ferrocarril en España y en Europa.
El problema del mayor ancho de vía que el resto de los países de la Unión Europea sigue siendo un grave obstáculo para las comunicaciones por ferrocarril con el resto del continente, a pesar de las mejoras tecnológicas que se han adoptado recientemente que facilitan la modificación del ancho de los ejes de los trenes y vagones.
10.7.3. El transporte marítimo
Las características más importantes que presenta son las siguientes: la red portuaria está distribuida entre el Estado y las Comunidades. Los puertos españoles no presentan, por regla general, buenas condiciones técnicas y están necesitados de muchas más mejoras de las que se han realizado hasta ahora, pese a que, como en el resto de los transportes, en las últimas décadas se han llevado a cabo importantes transformaciones.
Presentan un gran contraste entre el tráfico de mercancías, que es muy importante (sobre todo en los puertos de Algeciras, Barcelona, Valencia y Bilbao) y el de pasajeros, que es muy reducido en la actualidad salvo en el Estrecho de Gibraltar con el paso desde Algeciras de numerosas personas hacia Marruecos, y en el caso de las islas Baleares cuyos Ferris enlazan con algunos puertos mediterráneos (Barcelona, Valencia, etc.).Sin embargo, ha aumentado el transporte de mercancías por barco tanto de productos voluminosos no pesados y al traslado de petróleo hasta las refinerías situadas en los litorales.
Este transporte ha evolucionado hacia buques de gran tonelaje, que exigen mayor calado unas instalaciones portuarias específicas, por lo que se ha desplazado la importancia portuaria hacia elAtlántico, cuyos puertos están mejor situados respecto a las grandes rutas de navegación.
El transporte fluvial se reduce a Sevilla único puerto interior de significado histórico La flota mercante española navega en su mayor parte bajo pabellones de conveniencia (Liberia, Panamá, etc.) para evitar los impuestos o al menos para reducirlos.
Las infraestructuras portuarias tienen un gran impacto sobre el territorio costero y sobre el litoral en el que se inscriben.
10.7.4. El transporte aéreo
La red de aeropuertos españoles está organizada jerárquicamente según la importancia del tráfico que reciben: Madrid, Palma de Mallorca, Santa Cruz de Tenerife, Málaga, Barcelona, etc. El avión es un medio de transporte cada vez más competitivo en el transporte de pasajeros a larga distancia gracias, entre otros factores, al descenso reciente de las tarifas aéreas debido a la existencia de líneas de bajo coste.
Recientemente se está produciendo una mejora considerable en las infraestructuras de las terminales aéreas con la construcción de nuevos aeropuertos y la remodelación de las instalaciones de los ya existentes.
La mayor compañía aérea española es Iberia, que desde 1997 dejó de pertenecer al Estado y se privatizó con el objetivo de reducir pérdidas. Fue justo a partir de ese año cuando se liberalizó el tráfico aéreo y se inició una época de gran crecimiento en el tráfico de pasajeros. Sin embargo, el de mercancías apenas si ha crecido, ya que su transporte es muy caro y no se pueden desplazar grandes cantidades de materiales o cargas muy pesadas.
El tráfico aéreo produce también un importante impacto ambiental (en especial ruidos muy elevados), espacial (pistas de aterrizaje para los aviones) y es también muy contaminante debido a la quema de combustible.
10.7.5. Los nuevos sistemas de transporte y comunicaciones en España
Los transportes En la actualidad, la Unión Europea y España fomentan el transporte intermodal o uso de varios modos en la misma cadena de transporte. Los objetivos son corregir el predominio de la carretera, y evitar infraestructuras redundantes. El Plan Intermodal Español contempla redes para el transporte de mercancías y viajeros.
a) El transporte intermodal de mercancías utiliza principalmente el sistema de contenedores. Estos, una vez cargados, forman una «unidad de carga» o UTI (Unidad de Transporte Intermodal) que se transporta entre los distintos modos sin acceder a la mercancía que contienen. La red prevista consta de corredores intermodales y de nodos o puntos donde confluyen los diferentes modos de transporte, de ámbito internacional o nacional. En los principales nodos se hallan las plataformas logísticas. Entre sus actividades se encuentran la contratación de servicios, el cambio de mercancías de un modo a otro; la ruptura de carga o descomposición de la carga de un contenedor en sus elementos para almacenarlos, clasificarlos, embalarlos o enviarlos a su destinatario final, etc. Para ello cuentan con oficinas dedicadas a la logística y con instalaciones para los transportistas y las mercancías (áreas de descanso, aparcamientos, muelles, almacenes).
b) El transporte intermodal de viajeros también prevé una red compuesta de corredores y de nodos donde se localicen los intercambiadores entre los distintos modos de transporte. Se potenciarán especialmente los intercambiadores ferrocarril-autobús interurbano en las ciudades medias y la coordinación entre ellos.
La política estatal de transportes se rige por el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT) 2005-2020. Sus principales objetivos son lograr un sistema de transporte equilibrado y eficaz, que favorezca la cohesión territorial y social, la sostenibilidad medioambiental y la competitividad económica. También pretende corregir la radialidad de la red peninsular, equilibrar el excesivo peso de la carretera, fomentando el transporte ferroviario e intermodal, así como favorecer la integración con Europa a través de las redes transeuropeas de transporte y la inserción en el tráfico mundial.
Las comunicaciones:
El sector de las comunicaciones se refiere a aquellas actividades que consisten en transmitir conocimientos e información de todo tipo, poniendo en contacto al emisor y al receptor. En el momento actual estamos asistiendo a una verdadera revolución en las comunicaciones. Gracias a la aplicación de la microelectrónica y a los satélites de comunicaciones, la televisión ha ido incorporando muchos adelantos tecnológicos hasta ser hoy día el medio más utilizado.
La generalización de aparatos de vídeo y audio a partir de los años setenta y ochenta ha culminado en los años noventa en la proliferación del ordenador personal, con todos los complementos que ofrece relativos a programas (software) y hardware. La alta tecnología punta -el satélite, la fibra óptica, el láser y el ordenador-, ya en el siglo XXI, está magnificando en grado sumo nuestra manera de almacenar, analizar y transmitir datos, cada vez más necesarios e imprescindibles, no solo de cara a la economía, sino de cara a la nueva era posindustrial.
La red telefónica cumple una función clave en la transmisión de información, ya que sustenta no solo los contactos telefónicos, sino también el telefax y el intercambio de datos entre ordenadores. A través de internet podemos transmitir y recibir una cantidad de información prácticamente ilimitada desde cualquier lugar del planeta, de forma inmediata y con un coste muy bajo.
Una evolución que se ha experimentado en los servicios de Iberpac, servicio de comunicaciones de datos dirigido a pequeñas y medianas empresas con unas determinadas necesidades de comunicación, y en la telefonía móvil, los sectores más dinámicos en la actualidad.