UD 1. LA GEOGRAFÍA Y EL ESPACIO GEOGRÁFICO
La geografía es la ciencia que estudia cómo las relaciones sociales transforman el territorio en el marco de las estructuras económicas, políticas y culturales. Además, analiza las estrategias y tensiones que los diferentes actores mantienen con respecto a las relaciones de poder y de dominio establecidas en el espacio.
Los distintos ámbitos de trabajo que ocupan los profesionales que se dedican a la geografía se encuentran en las tecnologías de la información territorial o geográfica, el medioambiente, la planificación urbana y territorial, el desarrollo regional, la sociedad del conocimiento, y los estudios sociales, políticos y culturales del territorio. Geografía es pensar el territorio, y hacerlo desde una mirada crítica, ya que ayuda a ofrecer pautas de comprensión e interpretación de lo que sucede en el planeta y de lo que ocurre en nuestro mundo local. Por lo tanto, la geografía es una ciencia social.
¿Para qué sirve la geografía? A menudo se identifica y define la geografía como la descripción de la Tierra (del griego geo-grafós), pero su actividad se centra en algo mucho más interesante y útil: el análisis y, sobre todo, la interpretación del territorio.
La geografía da un paso más adelante y se dedica a transformar y ordenar las ciudades y el conjunto del territorio, ya sea actuando en el presente o bien pensando y planificando el futuro. Hoy la geografía (aquello que es el objetivo de estudio de la geografía) no es algo ajeno a la vida de todo ciudadano. La geografía es capaz, pues, de plantear propuestas alternativas de conciencia cívica, de justicia social, de reequilibrio ambiental, de identidad cultural, de solidaridad planetaria. La geografía ayuda a entender cómo, en aquello que conocemos como globalización, vivimos versiones locales del mundo y, al hacerlo, nos situamos en un contexto global amplio.
El movimiento de rotación es el que la Tierra realiza cuando gira sobre propio eje, en sentido contrario a las agujas del reloj. Nuestro planeta da 24 horas en completar una vuelta sobre sí mismo, es decir, un día. Por esa razón una hora es la vigésima cuarta parte de ese tiempo. Como la Tierra es casi una esfera, los rayos solares no iluminan toda su superficie al mismo tiempo. Cuando una zona está iluminada, la opuesta permanece en la oscuridad. Por eso, cada 12 horas se produce la sucesión del día y de la noche en una zona determinada.
El movimiento de traslación
Mientras gira sobre sí misma, la Tierra también se desplaza alrededor del Sol describiendo una órbita elíptica. Este es el movimiento de traslación. La Tierra tarda 365 días y casi 6 horas en completar una vuelta alrededor del Sol. Como los años duran 365 días, cada cuatro años se añade un día para compensar las horas que sobran (6 horas cada año x 4 = 24 horas, un día), lo que da lugar a los años bisiestos (366 días). La Tierra está inclinada mientras gira alrededor del Sol, por la que el grado de inclinación con que los rayos solares inciden sobre cada hemisferio cambia a lo largo del año: los rayos solares calientan más en determinadas épocas y se originan así las estaciones.
Los meridianos y los paralelos
Los meridianos y los paralelos son una red de líneas imaginarias que se han inventado para localizar lugares de la Tierra de forma exacta.
Los meridianos son semicírculos imaginarios que unen los polos y tienen dirección nortesur. El meridiano que se toma como referencia es el meridiano cero 0º o meridiano de Greenwich. Este meridiano divide la Tierra en dos hemisferios: el hemisferio oriental (al este de Greenwich) y el hemisferio occidental (al oeste de Greenwich).
Los paralelos son círculos imaginarios, perpendiculares a los meridianos, que tienen una dirección este-oeste. El paralelo que se usa como referencia es el ecuador, que divide la Tierra en dos hemisferios: el hemisferio norte (al norte del ecuador) y el hemisferio sur (al sur del ecuador). Otros paralelos son el círculo Polar Ártico, el trópico de Cáncer, el trópico de Capricornio y el círculo Polar Antártico. El diámetro de los paralelos disminuye desde el ecuador hacia los polos.
La latitud y la longitud son las coordenadas geográficas y dan la posición exacta de cualquier lugar.
La latitud es la distancia que existe desde un paralelo al ecuador. Puede ser norte (N) o sur (S), según esté ese lugar en el hemisferio norte o en el hemisferio sur. Su valor oscila desde 0º (ecuador) hasta 90º (polos).
La longitud es la distancia que existe desde un meridiano al meridiano de Greenwich. Puede ser este (E) u oeste (O), según esté ese lugar en el hemisferio oriental o en el occidental. Su valor oscila desde 0º (meridiano de Greenwich) hasta 180º (meridiano opuesto a Greenwich).
Para el ser humano siempre ha sido necesario representar la superficie terrestre y los elementos situados sobre ella. De esta inquietud por conocer el mundo que les rodea surgieron los mapas. Con la representación de la Tierra aparecen dos problemas a considerar:
-Forma: la superficie de representación es plana; la Tierra no lo es. La Tierra es un cuerpo tridimensional con aspecto cercano a la esfera, achatada por los polos y ensanchada por el Ecuador, semejante a una figura geométrica denominada elipsoide. La forma real de la Tierra es un geoide cuya superficie irregular coincide con la que resultaría al prolongar por debajo de las superficies continentales, los mares y océanos en calma. Conocer con exactitud el geoide es complicado; para facilitar los cálculos, en cartografía se simplifica la forma de la Tierra asemejándola a un elipsoide o a una esfera regular, figuras geométricas cuya formulación matemática es perfectamente conocida.
-Dimensiones: mayores de las que pueden emplearse para su representación. Es evidente que en ningún caso es posible la representación de la Tierra a tamaño real, por lo que se debe plantear una relación entre una distancia sobre el mapa y su correspondiente sobre la superficie terrestre: la escala.
En resumen, la primera cuestión, la forma, se soluciona mediante los métodos de proyección cartográfica, mientras que la segunda, las dimensiones, conduce al concepto de escala. Estos dos factores hacen posible la relación entre el mapa y la realidad, es decir, condicionan la representación de cualquier mapa.
LAS PROYECCIONES CARTOGRÁFICAS
La representación de la superficie terrestre sobre una superficie plana, sin que haya deformaciones, es geométricamente imposible. En cartografía, este problema se resuelve mediante las proyecciones. Así, una proyección cartográfica es una correspondencia biunívoca entre los puntos de la superficie terrestre y sus transformados en el plano llamado plano de proyección.
Este método consiste en establecer una radiación de semirrectas a través de un punto, llamado vértice de proyección; se consigue así una correspondencia entre cada punto interceptado en la esfera y su homólogo en el plano cortado por la misma semirrecta. Las proyecciones tampoco evitan ciertas distorsiones que, según como se proyecten, pueden afectar a la forma, al área, a las distancias o a los ángulos de los elementos representados, y aquí surge otro aspecto importante de la cartografía: decidir qué proyección se va a utilizar para minimizar esas distorsiones. A continuación se presentan los tipos de proyecciones.
LA ESCALA CARTOGRÁFICA
La relación existente entre las distancias medidas en un plano o mapa y las correspondientes en la realidad se denomina escala. Por tanto, la escala es una proporción entre dos magnitudes lineales, independientemente del sistema de unidades de longitud que se utilice. En general, los mapas, cualesquiera que sean sus características, están dibujados a una escala determinada que permite efectuar medidas y conocer la distancia exacta entre los diferentes.
Cuando representamos la realidad en un mapa esta se reduce, ya que se adapta la extensión de un territorio al tamaño del mapa. La escala es la proporción que existe entre la dimensión de un territorio en la realidad y el tamaño que ocupa en el mapa. Los tipos de escala En los mapas, la escala se puede indicar de dos maneras distintas: mediante una escala numérica o una escala gráfica.
Escala numérica: Se expresa mediante una fracción. El numerador representa una unidad de medida en el mapa, por ejemplo iguales 1 cm. El denominador representa su tamaño en la realidad.
Así, una escala 1/200.000 significa que 1 cm en el mapa equivale a 200.000 cm en la realidad. La escala numérica se puede representar de tres maneras:
Escala gráfica: Se expresa mediante una recta dividida en segmentos iguales, normalmente de 1 cm. Las cifras, que suelen expresarse en kilómetros, indican el tamaño real a que corresponde cada segmento.
La escala gráfica representada indica que 1 cm del mapa equivale a 20 km en la realidad.
Un territorio se puede representar a escalas diferentes en función del nivel de detalle que deseemos.
La geomática es el estudio de la superficie terrestre a través de tecnologías espaciales e informáticas. Estas tecnologías son las que utilizan los sistemas de información geográfica (SIG). Actualmente, muchos teléfonos móviles incorporan un GPS que nos permite conocer la ubicación de los restaurantes, gasolineras o cualquier servicio que necesitemos. El desarrollo de Internet ha impulsado la tecnología web mapping y la aparición de multitud de aplicaciones que permiten la publicación de información geográfica en la web y en apps. Las tecnologías que incorporan los SIG incluyen captura, tratamiento, interpretación, difusión y almacenamiento de información geográfica.
Un SIG es un procedimiento informático que permite organizar, almacenar, analizar, gestionar, compartir y mostrar gran cantidad de información diversa (lluvia registrada, altitudes, número de habitantes, red ferroviaria, cultivos, urbanizaciones, farmacias, aparcamientos, etc.) que pueda localizarse geográficamente. Dicha información procede de mapas convencionales o de fotografías aéreas o por satélite [teledetección). Los usuarios y usuarias utilizamos esta herramienta informática para almacenar, modificar y seleccionar datos geográficos. Con estos datos es posible realizar consultas interactivas combinando múltiples capas de información de manera que además de analizar e interpretar lo que realmente existe en el territorio, podemos llevar a cabo simulaciones del pasado o del futuro.
Existen dos tipos fundamentales de mapas: topográficos y temáticos. Los topográficos se obtienen a partir de mediciones directas de la superficie terrestre como fotografías aéreas o imágenes de satélite, mientras que los temáticos se obtiene a partir de los primeros, y representan un fenómeno geográfico concreto, como el relieve, las áreas turísticas o los sectores económicos.
Mapas topográficos:
Un mapa topográfico o de propósito general es el que representa gráficamente los principales elementos que conforman la superficie terrestre, como vías de comunicación, entidades de población, hidrografía, relieve, con una precisión adecuada a la escala.
Mapas temáticos:
-Mapas de coropletas: Utilzan colores o tramas (rayado) para representar el área ocupada por un fenómeno geográfico. Ejemplo: Mapa de densidad de población.
-Mapas de isolíneas o isopletas: Utilizan líneas que unen puntos con el mismo valor de un fenómeno, como las isotermas (temperatura), isoyetas (precipitación), isohipsas (altura), etcétera.
-Mapas de flujos: Utilizan líneas o flechas para cartografiar movimientos, y tienen en común que todos son dinámicos. Ejemplo: Mapa migratorio
-Mapas de figuras (cartogramas): Utilizan símbolos como círculos o cuadrados, para localizar fenómenos puntuales. Ejemplo: Población de Países
-Mapas de diagramas: Superponen a un mapa diagramas o gráficos para mostrar su información sobre el espacio correspondiente. Ejemplo: Mapa con gráfico con las tasas de ocupación.
-Mapas anamórficos o distorsionados: Cambian el tamaño real de los espacios para hacerlo proporcional al hecho que cartografían, y geometrizan su forma para poder calcular la superficie.