Se denomina funciones cognitivas a aquellos procesos mentales que nos permiten llevar a cabo cualquier tarea. Hacen posible que el sujeto tenga un papel activo en los procesos de recepción, selección, transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación de la información, lo que le permite desenvolverse en el mundo que le rodea.
Aunque existen una larga serie de funciones cognitivas podemos distinguir 6 habilidades fundamentales para la adquisición del conocimiento:
Es la habilidad cognitiva básica para poder captar estímulos o señales del entorno a través de nuestros sentidos y así transmitirlos a nuestro cerebro para poder representarla mentalmente e interpretarla. Es una capacidad esencial para poder poner en marcha el resto de funciones cognitivas.
Tras la percepción, la atención es la siguiente capacidad cognitiva en la entrada de información a nuestro cerebro. Tan importante es la manera en que percibimos la información como la atención que prestamos a los elementos que forman parte de esta. Dentro de la atención podemos encontrar;
Atención sostenida. O habilidad para mantener la atención sobre una tarea concreta durante un tiempo prolongado.
Atención alternante. Cuando cambiamos nuestra atención de una tarea a otra de un modo fluido.
Atención selectiva. Prestar atención sobre algo concreto sin que otros estímulos nos desvíen de la misma.
En una percepción correcta de las cosas y, una atención sobre lo verdaderamente relevante, radica el éxito del resto de los procesos cognitivos en relación con la información obtenida.
Una vez que la información llega a nuestro cerebro es la memoria quien entra en juego.
El razonamiento es la capacidad cognitiva para resolver operaciones o problemas más complejos.
Para `poder organizar toda la información recibida debemos contar con una serie de aptitudes que nos ayuden a planificar, ordenar, supervisar, corregir y lograr llevar a cabo un plan de acción que tenga una finalidad previamente marcada. Las funciones ejecutivas son procesos independientes de nuestro cerebro que, sin embargo, actúan de manera coordinada para alcanzar la meta establecida. Este grupo de habilidades cognitivas facilitan la adaptación del individuo a nuevas situaciones y su desarrollo temprano es primordial para un correcto proceso de aprendizaje educativo.
Algunas de estas funciones pueden ser:
La memoria de trabajo. Es la capacidad para almacenar información en nuestro cerebro de manera temporal, de modo que podamos utilizarla para lograr nuestros objetivos.
La inhibición. O capacidad para ignorar impulsos o distracciones externas o internas durante la realización de una tarea.
La toma de decisiones. La habilidad para analizar opciones y sus consecuencias a la hora de decidir entre diferentes alternativas.
La planificación. La capacidad para llevar a cabo planes de acción que nos allanen el camino hacia el logro de metas.
La estimulación temporal. Fundamental para poder calcular y evaluar la cantidad de tiempo que nos llevará ejecutar una acción.
Además de las citadas, existen otras capacidades o habilidades cognitivas como: la motivación, el lenguaje, la cognición social o cognición emocional, las gnosias (la capacidad para reconocer algo por medio de nuestros diferentes sentidos) o las praxias o habilidades motoras para ejecutar un plan o alcanzar un objetivo.
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