El término logline procede del mundo del cine y consiste en resumir en 35-45 palabras el argumento de un libro o de una película. Lo inventaron los productores de cine para evitar tener que leer todos los guiones que llegaban diariamente a sus mesas. De hecho, llegó un momento en que consideraban que las sinopsis, que resumían en una página la trama de una película, eran demasiado extensas y, por consiguiente, comenzaron a exigir una mayor brevedad para poder optimizar el tiempo y centrarse solo en leer aquellos guiones que realmente contenían una historia interesante.
Nosotros realizaremos el logline del libro que hayamos leído con la intención de que las personas que accedan a él dispongan de una información básica que les anime o no a leer la obra que hayamos elegido. Para ello, tenemos que tener en cuenta que la redacción de cualquier logline debe atenerse a unas normas básicas de contenido y forma que aparecen recogidas en este documento.
Una vez hecho nuestro primer borrador, comprobaremos que hemos tenido en cuenta todos los elementos que aparecen recogidos en esta lista de control, haremos las oportunas correcciones y, acto seguido, descargaremos las siluetas de hojas de árbol que aparecen en este enlace, para escribir en ellas la versión definitiva de nuestro logline.