HUERTO ESCOLAR

¿POR QUÉ CULTIVAR UN HUERTO EN EL CENTRO?


La respuesta es sencilla, y es que este tipo de tareas, conlleva un amplio repertorio de beneficios. El cultivar un huerto es una magnífica forma de trabajar cualidades como la cooperación, responsabilidad, disciplina y la autoestima. Es una forma de que los alumnos sean conscientes de los frutos de su trabajo, además, aprenderán buenos valores en cuanto al trato del medio ambiente, y como no, a comer de lo que se cultiva, de acuerdo a su entorno y época, por lo que conocerán en mayor profundidad su tierra.

El primer paso, es elegir el terreno.

En nuestro caso, disponemos de esta pequeña parcela donde poder cultivar.


Ahora que ya hemos elegido donde, toca ponerse manos a la obra.

El segundo paso, limpiar el terreno.


Nuestros alumnos han trabajado duro para limpiar el terreno de la maleza.


Al deja el terreno limpio, facilita la siembra de nuestras plantas y su correcto desarrollo, al no tener que luchar por los nutrientes de la tierra.




Con este tipo de trabajos, favorecemos el trabajo en equipo y la organización de tareas, algo básico en el día a día de nuestros alumnos.

Escardillo

El tercer paso, arar la tierra.

Es un paso importante, se puede realizar tanto a mano, con el uso de escardillos o usando un motocultor, lo cual facilita bastante la tarea.

En nuestro caso hemos dispuesto de un motocultor.

El arado es algo esencial, deja la tierra suelta, lo cual facilita que las raíces de las nuevas plantas crezcan fácilmente, facilitando por lo tanto el crecimiento y desarrollo del cultivo.

Motocultor de gasolina



Quinto paso, la siembra.

A la hora de sembrar hay que tener en cuenta qué se va a sembrar, pues cada planta necesita un espacio para su adecuado desarrollo. La distancia media entre matas de pimientos por ejemplo, ronda los 50 cm, sin embargo, en el caso de lechugas, pueden estar a unos 25-30 cm.

Una vez que hemos distribuido el espacio, procedemos a plantar.

Como puede verse en las fotos, hemos decidido usar con los alumnos una plantadora manual. Esto hace la tarea mucho más rápida y divertida para algunos.

Cuarto paso, colocación de plásticos antihierbas.

Al ser un huerto escolar y no poder estar supervisados a veces, hemos decidido colocar unos plásticos que evitan que crezcan malas hiervas en exceso. Este plástico hace que el mantenimiento de nuestro huerto sea mucho más fácil. Además los plásticos al conservar más humedad, hace que se necesite menos agua para regar.

Se recomienda su uso en invierno y primavera, épocas en las que más hierbas crecen y las temperaturas son más bajas. Al llegar el verano y subir las temperaturas, los plásticos se abrirán o quitaran por completo, para evitar la creación de hongos bajo los plásticos.






Nuestros alumnos, con ayuda de personal especializado, han instalado un sistema de riego por goteo automatizado con un temporizador. De esta forma, cada planta recibe el agua necesaria en el tiempo preciso, sin necesidad de una constante supervisión.










Ahora toca esperar a que crezca y recoger los frutos de este gran trabajo que han realizado los alumnos del Instituto María Victoria Atencia.





Nuestras plantas ya están listas para crecer, pero falta algo ¿no?


!!EFECTIVAMENTE¡¡ Un sistema de riego, ya que aunque puede regarse de forma manual, facilita la tarea, de tal forma que el huerto pueda estar regándose incluso en vacaciones.











Nuestras lechugas están creciendo a gran velocidad, algunas ya están listas para su primera cosecha.

La lechuga es un alimento muy refrescante gracias a su alto contenido en agua y que aporta minerales y vitaminas esenciales como son el potasio, magnesio, calcio, vitamina A.



Y ¿qué me decís de estos rabanitos?

Los rábanos están compuestos en gran porcentaje por agua. Esto quiere decir que, además de ser bajos en calorías, mantienen hidratado el cuerpo y ayudan a eliminar toxinas. Los rábanos favorecen no solo al sistema digestivo, sino también los riñones, la vesícula, el hígado y el sistema circulatorio en general.