“Hágase la luz” es el proyecto intercentros en el que este año está inmerso nuestro colegio. Considerando la luz como protagonista fundamental de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje en cada una de las áreas, hemos diseñado y programado diferentes actividades, desde una perspectiva competencial, relacionadas con la temática del proyecto.


Muchas han sido las propuestas desarrolladas durante estos meses y todas ellas podían ser contadas en esta revista, pero por encima de todas queremos destacar una: “Iluminando a quien nos dio a luz”, con la que hemos querido dar luz a quien dio a luz, pues nos parecía muy interesante y necesario iluminar a esa persona tan importante: mamá. Por eso, hemos invitado a todas las madres de niños y niñas del cole a participar en esta actividad en la que queríamos poner el foco en ellas como madres, con sencillez, para contar cómo han sido sus vidas desde la infancia, adolescencia, como estudiante, hermana o madre…


Desde el segundo trimestre, semanalmente, las madres de los niños y niñas del cole han venido al centro a cada una de las clases en las que había uno de sus hijos o hijas para hablarnos de ellas, sobre cómo era su vida cuando eran pequeñas, a qué jugaban, dónde se criaron, qué aficiones tenían, cómo pasaron la adolescencia, cómo se enamoraron, si estudiaron o trabajaron, cúal es su película favorita o su libro preferido, qué canción forma parte de la banda sonora de su vida…


Todas las visitas han tenido en común los nervios antes de la intervención, provocados por la incertidumbre que supone enfrentarse a un proceso no habitual y a las dificultades que sentimos al hablar de nosotras mismas sacando del recuerdo vivencias pasadas que nos remueven o nos hacen retroceder a situaciones complejas, que no tienen por qué ser negativas, pero que conservan un punto de nostalgia capaz de provocar en nosotras sentimientos y emociones que nos sobrecogen.


En mayor o menor media, antes o después, en todas las intervenciones esa intranquilidad desapareció por completo cuando sentían que se encontraban en un entorno amable y seguro, percibiendo el interés de las niñas y niños del grupo por las vivencias de cada una, considerando a la madre protagonista la persona más importante del mundo en ese momento, independientemente del tipo de experiencias vitales que estuviese compartiendo; entre otras cosas, porque nos hemos dado cuenta de que todas y cada una de las madres ha dedicado una gran parte de su vida a intentar dar luz al camino que recorren sus hijos e hijas con amor, cariño, pasión, entrega y algún desvelo.


Compartir tanta diversidad de experiencias de vida ha sido altamente enriquecedor para todo el alumnado y cada intervención ha servido para poner en valor a todas las madres que han pasado por el colegio para ser iluminadas.