Ingredientes y materiales vamos a utilizar:
- 1 kg de tomates maduros pelados y sin pepitas
- 250 g de azúcar blanco
- 250 g de azúcar moreno
- El zumo de un limón
- Canela y rama y clavo (opcional)
- Botes de cristal
Procedimiento:
1. Empezamos haciendo un corte en forma de cruz en la parte de debajo de los tomate no demasiado profundo. A continuación, escaldamos los tomates durante un minuto. Una vez escaldados, los retiramos y los enfriamos con agua fría. Ahora nos será mucho más fácil pelarlos. Podemos quitar las semillas, que hará que la textura y el sabor sea más agradable, aunque no es necesario hacerlo.
2. Vamos sacando la pulpa a los tomates y la colocamos en un bol. Pesamos la cantidad de pulpa, porque sobre esta cantidad tendremos que calcular la cantidad de azúcar que vamos a añadir.
3. De la cantidad total de tomate, calculamos la mitad del peso en azúcar, y repartimos una mitad en azúcar blanco y la otra mitad en azúcar moreno.
4. Colocamos los ingredientes en una olla y añadimos el zumo de un limón para cada kilo de tomate. Lo ideal es dejar esta mezcla reposar durante media hora, antes de empezar a cocinar.
5. Cocinamos a fuego lento para que la conserva tenga la consistencia adecuada. Al menos deberá cocinarse durante 20-30 minutos.. No hay que dejar que la mezcla quede completamente seca, así que cuando quede un poquito de líquido, podremos decir que la mermelada está terminada.
6. Apartamos la olla del fuego y dejamos enfriar un poco antes de llenar los tarros (previamente esterilizados, 5-10 min agua hirviendo y dejamos secar boca abajo sobre papel absorbente) hasta el borde. Cerramos y dejamos enfriar los botes dados la vuelta para generar el vacío (con la tapa sobre la mesa).
7. Si queremos alargar el periodo de conservación, podemos pasterizar cociéndolos al baño María (25 minutos).