La eficiencia energética en la edificación ya es una de las piezas claves del diseño en el diseño de edificios nuevos y se ha convertido en uno de los aspectos más determinantes para la elección de la clasificación constructiva, los materiales utilizados y los sistemas a instalar. La eficiencia energética relaciona las necesidades en la vivienda o edificio, tal como iluminación, climatización o ventilación, con el consumo de energía necesario.
Es importante estudiar de forma integral el diseño de un edificio , ya que todas las características del edificio afectarán de forma directa en el consumo energético y en la eficiencia energética global del edificio. Pese a ello, habitualmente, al hablar de eficiencia energética, se tiende a asociar este concepto solo con los equipos de climatización y con los materiales constructivos, y no se tiene en cuenta la ventilación, que juega un papel primordial en la eficiencia energética del edificio.
La mejora de la eficiencia energética de los sistemas de ventilación es uno de los que presenta mejores datos económicos, ya que, mediante una inversión baja, se puede obtener un ahorro energético más alto. Además, es importante mencionar que estas mejoras elevan el bienestar y la salubridad del edificio, por lo que se genera un importante valor añadido añadido.
La demanda energética del edificio a nivel térmico es determinada por la energía que hace falta para regularla el aire interior para lograr mantenerlo en las condiciones de temperatura y humedad de bienestar. En el caso de España, estas condiciones se determinan y fijan en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios, que tiene en cuenta diferentes condiciones de uso y tipos de edificios.
La energía se usa para equilibrar las pérdidas o ganancias de calor a través de los cerramientos del edificio (opacos o transparentes), pero también para acomodar el aire exterior que entra al edificio y no está a las condiciones adecuadas. Es importante que la entrada de aire del exterior se produzca de forma controlada para asegurar la calidad del aire interior, y asegurar que se cumplen los estándares de salud a la vez que reducir el consumo de energía.