Calderas de biomasa:
Lucía Fernández Romero
Lucía Fernández Romero
Podemos conocer al concepto de biomasa como una alternativa sostenible y energéticamente eficiente para producir agua caliente y calefacción a los edificios de viviendas. Se trata de una fuente de energía renovable que puede estar producida por diferentes tipos de materiales tanto de origen forestal, como residuos de la vida cotidiana, etc.
Su producción, como hemos comentado es renovable porque funciona a través de energía solar captada de forma natural, en vez de utilizar otras fuentes no renovables cuyo uso no será posible en un corto período de tiempo, como el petróleo o el gas natural.
-TIPOS Y USOS MÁS FRECUENTES DE LA BIOMASA EN NUESTRO PAÍS-
Las astillas de madera resultan ser un material perfecto para utilizar en casas, granjas o bien para la calefacción de ciertas instalaciones de potencia media en general, exceptuando los núcleos urbanos.
Estas no permiten el reflujo de los gases de combustión, pero si la adaptación al tiro real que hay en las chimeneas y las relaciones de combustión constantes en la cámara de combustión.
Los pellets son considerados unos residuos que se encuentran en las limpiezas forestales o industrias de madera que se trituran y convierten como en virutas. Al estar ya secos para disminuir la cantidad de humedad y las posibles resinas, se les da forma de pequeños como palitos.
Se utilizan como biocombustible para generar bioenergía. Son considerados una aplicación más evolucionada de la biomasa. Además de ser limpios y fáciles de usar, ocupan poco espacio y son capaces de autoalimentar a estufas o calderas que los contienen, funcionando así durante horas.
El hueso de las aceitunas viene en general de las que se encuentran tratadas en las almazaras. Al ser molturadas y una vez sacado el aceite de oliva mediante procedimientos físicos, deben pasar por una planta de limpieza, calibrado y secado en las cuales se obtiene el hueso que permite su uso en las calderas de biomasa.
Consiste en un combustible con características aptas para producir energía térmica: tiene una densidad muy alta, poca humedad y gran poder calorífico. De ahí que cada vez esté adquiriendo más importancia su uso para abastecer calderas de biomasa.
La leña puede ayudarnos a conseguir un gran ahorro en muchas ocasiones, sin tener que comprar un combustible. Esto suele ser posible principalmente en los entornos naturales o rurales, donde la instalación de una caldera de este material, debe ser una opción a tener en cuenta.
CALEFACCIÓN DE UNA CASA CON PELLETS
Las calderas de biomasa cuentan con el mismo funcionamiento que el de cualquier otra caldera. Para empezar, quemamos el combustible y el calor generado llega al agua del circuito mediante un intercambiador de calor. Esa agua se traslada hasta llegar a radiadores o al suelo radiante calentando de esta forma nuestra casa.
Este tipo de calderas necesitan de un espacio reservado únicamente al almacenamiento del combustible, al que llamamos silo, que deberá encontrarse cerca de dicha caldera. Gracias a un tornillo sinfín o por aspiración, aspira la cantidad combustible necesario para la quema según la demanda energética.
Las calderas están compuestas de diferentes partes:
Cuerpo de la caldera→ contiene todos los elementos.
Cámara de combustión→ recibe combustible y oxígeno para generar calor quemando el combustible.
Intercambiador de calor→ hace que el calor de la cámara de combustión pase al circuito hidráulico.
Sistema de control→ se usa para gestionar el funcionamiento de la caldera.
Tornillo sinfín→ extrae el combustible del silo para llevarlo hasta la caldera.
Silo→ se trata de un almacén donde se guarda el combustible.
Salida de humos→ hacen que los humos procedentes de la combustión sean expulsados al exterior.
Depósito de inercia→ solo se utiliza en grandes instalaciones. Se suelen usar para cubrir grandes cantidades de demanda.
Está comprobado por los expertos que ciertas compañías energéticas, explican que cuando toca elegir uno u otro tipo de instalación, se debe buscar el modelo que mejor se sepa amoldar a los rasgos de cada edificio de viviendas.
Para ello, la mejor opción es tener un gestor energético de experiencia contrastada en el sector para que realice un diagnóstico especial del edificio al que nos refiramos y de esta manera que nos ayude a elegir la mejor alternativa para cualquier caso que se pueda plantear por delante.
Es que, las instalaciones térmicas de biomasa normalmente requieren de una mayor inversión económica que otros tipos de instalaciones. Por tanto, basándonos en el consumo energético que se realice y el precio del combustible elegido, decidiremos si nos conviene o no económicamente decidirse a instalar una sala de calderas de biomasa en el edificio.
En ciertos casos, al elegir una caldera, debemos fijarnos bien en qué tipo de combustible utiliza, ya que algunas están fabricadas para usarse con uno específico. Aparte de que la inversión inicial se debe tener en cuenta, cada vez se prioriza más el hecho de poder ahorrar dinero a largo plazo y cuando nos referimos a este tipo de ahorro, las calderas de biomasa son las primeras en las que pensamos.
Si queremos hablar exclusivamente del precio de su instalación, habría que señalar primero de todo que los presupuestos más bajos no es común que ofrezcan materiales adicionales o trabajos de perforaciones, por lo que tendremos que pagarlo a parte y nos podría resultar mucho más caro. Cabe recalcar, que para instalar estas calderas de biomasa debe existir una salida de humos porque si no no se podría llevar a cabo ningún tipo procedimiento.
La media de presupuestos de instalación de calderas de biomasa suele ser de entre 400 € y 3.500 €, aunque, si necesitásemos por algún casual de un servicio de instalación con, por ejemplo, nuevas salidas de humos, haría falta invertir alrededor de 2.000 € o 3.000 €. De todas formas, alguien no cuenta con tanto dinero como para permitirse estas calderas, se puede requerir a otras alternativas ecológicas, como las estufas de leña, pero a su vez debemos saber que estas necesitarán mayor espacio para guardar todo el combustible utilizado posteriormente a su uso.
Las marcas que elegimos también influyen mucho en la variación de los precios. Habitualmente, las calderas de biomasa Vaillant tienen precios mayores a 4.000 €, a diferencia de las calderas Baxi o Ferroli que mantienen sus negociaciones financieras más estables.