Es una variable muy importante, ya que es muy complicado que una vez que quede establecida la podamos modificar libremente sin que repercuta en la opinión del consumidor. Existen diversas técnicas para fijar el precio de nuestro producto, que van desde las que se fijan como un porcentaje de ganancia frente al coste unitario, a los que se fijan en función del precio medio de mercado o de referencia de la competencia, pasando por los que se fijan de forma subjetiva para posicionarse de una forma clara y diferenciada de la competencia.
Este estudio de precios es clave para competir en el mercado, maximizar la rentabilidad y definir estrategias de fijación de precios. Permite comparar con la competencia, ajustar márgenes de ganancia, optimizar costos y proyectar ingresos. Además, ayuda a detectar oportunidades de mejora y negociar mejores condiciones con proveedores. En resumen, asegura precios competitivos, rentables y estratégicos.
Los precios se fijan analizando la competencia para mantenerse en el mercado. Se consideran los costes unitarios para garantizar rentabilidad con márgenes del 20%-40%. También se evalúa la demanda, ajustando los precios según la disposición de los clientes a pagar. Productos con alta demanda pueden tener mayores márgenes, mientras que los sensibles al precio deben ser competitivos. Así, se logra un equilibrio entre competitividad, rentabilidad y sostenibilidad.