Jesuitak Donostia es un centro educativo situado en Donostia/San Sebastián. Con 1.600 alumnos en las aulas, el colegio cuenta con una trayectoria de casi 90 años en el ámbito de la enseñanza. Durante todo este periodo de tiempo, el colegio ha sido ejemplo de la evolución y adaptación al cambio, dando respuestas creativas a los nuevos contextos con los que se ha encontrado, como por ejemplo, la ampliación del colegio para ofrecer nuevas etapas educativas o el cambio en el modelo lingüístico para responder a la creciente demanda entre los habitantes donostiarras de la formación en Euskera.

La transformación integral de un colegio sólo es posible si provocamos el cambio en las personas que forman parte de él, desde dentro hacia fuera. La cultura del cambio se debe instalar en nuestro centro educativo, y para ello, todas las personas que forman parte de Jesuitak Donostia la deben interiorizar y promover empezando por sí mismos.

Asimismo, el ejemplo es la mejor herramienta para que los alumnos aprendar a desarrollar iniciativas de emprendizaje e innovación. El educador adquiere un nuevo rol en el aula para convertirse en el líder que cuestiona, motiva e inspira a sus alumnos e impulsa su curiosidad utilizando para ello nuevas herramientas. Eso requiere necesariamente de nuevas metodologías de aprendizaje que ayuden a potenciar todas las inteligencias de los alumnos.

Pasamos de educar y enseñar a entrenar y acompañar. Con la implantación de nuevas metodologías en el aula el alumno adquiere un papel activo en su propio proceso de aprendizaje. Aprender haciendo y potenciar los talentos de cada alumnos son los principales objetivos de este modelo educativo basado en la formación por proyectos. Una formación a través de experiencias que les ayuda a incidir en la realidad desde el propio colegio.

Impulsamos la formación dentro y fuera de las aulas. Gracias a nuestra red de colaboradores –Red de colegios Jesuitak, organizaciones y asociaciones– desarrollamos distintos proyectos que aportan valor al proceso de aprendizaje de los alumnos y hacen que su experiencia formativa sea completa.

De este modo, los alumnos conectan con el mundo y contribuimos a formar a personas con espíritu crítico; conscientes, competentes, comprometidas, compasivas y creativas capaces de cambiar la realidad a la que pertenecen.

Hemos comprobado que la ilusión es contagiosa. Por eso, en esta transformación debemos colaborar todos: educadores, trabajadores, familias, antiguos alumnos… Porque todos somos piezas fundamentales en el proceso de aprendizaje y crecimiento de nuestros alumnos.

La implicación y la apuesta de todos los que formamos parte del centro nos ha ayudado, y nos ayudará, a soñar sin límites y seguir trabajando en la revolución educativa que comenzó en 2010, y que hoy es una realidad activa en Jesuitak Donostia.

Todo lo que hacemos tiene como objetivo mantener el proyecto Educativo que los Jesuitas pusieron en marcha hace casi 90 años. Disponemos del espacio, de alumnos en el aula y de un proyecto educativo fuerte con un compromiso claro: formar a personas para los demás.

Nuestro trabajo del día a día tiene como fin continuar alimentando y enriqueciendo este ilusionante proyecto garantizando su durabilidad y crecimiento en el tiempo.