"Era una mañana de invierno en la ciudad, amanecieron congelados los pastos, vidrios de los autos empañados en hielo. Yo, Cornelio Fernández, me encontraba en mi oficina dejando todo listo para poder tener mis días de vacaciones, estaba solo, deben haber sido a las 7am en punto. Decidí prender la radio para escuchar con qué titulares me encontraba, me imaginé algunos como: sicario acusado de asesinar a un concejal queda en libertad, niños de 12 años son alistados para ser sicarios de un cartel de drogas, descubren cadáver enterrado a las afueras de la ciudad. Pero no, escuché algo espantoso tanto así que quedé atónito".