Jocelyn Bell Burnell es una astrofísica británica nacida el 15 de julio de 1943 en Belfast, Irlanda del Norte. Es conocida por su papel crucial en el descubrimiento de los púlsares, estrellas de neutrones altamente magnetizadas que emiten radiación en intervalos regulares. Este descubrimiento lo realizó mientras era estudiante de posgrado en la Universidad de Cambridge en 1967. Mismo sitio donde obtuvo su doctorado en radioastronomía en 1969; su trabajo consistió en la construcción de un radiotelescopio, que servía para estudiar los quásares, fuentes de radiación celeste muy intensas.
Su padre era arquitecto, y trabajó en la ampliación de un observatorio: el Planetario de Armagh. Gracias a esto, ella creció rodeada de libros de astronomía, que despertaron en ella un profundo interés por el universo.
Su descubrimiento de los púlsares, quedó recogido en la revista Nature, y tuvo un profundo eco en la astronomía. La revelación de esto sirvió para que Antony Hewish, su director de tesis, con el que había trabajado en la investigación y Martin Ryle, un radioastrónomo del equipo de Hewish, ganasen el Premio Nobel de física de 1974. Ella fue excluida del premio por su condición de estudiante, lo que causó mucha indignación de sus colegas entre la comunidad científica.
Aunque no se le reconoció con el Premio Nobel, su trabajo ha sido ampliamente reconocido en la comunidad científica y sí se le ha reconocido su esfuerzo y talento con diferentes premios, como la Medalla Herschel de la Royal Astronomical Society o la Medalla Copley. Además de títulos honoríficos, miembro de la Royal Society o Comandante de la Orden del Imperio Británico.
Jocelyn Bell, ha sido una defensora activa de la igualdad de género en la ciencia y ha trabajado para promover la participación de las mujeres en la astronomía y la física.