Frente a la concepción que sustenta que el cuerpo y el alma son dos entes independientes que deben ser educados por separados, surge la psicomotricidad que considera al hombre como un ser global en el que el cuerpo y la psique son indisociables, defendiendo el valor de la actividad corporal como fuente de todo aprendizaje.
Autores como Acouthurier (1985), definen la psicomotricidad como la expresividad motriz corporal basada en la interrelación psique- soma.
La especie humana no sabe de su cuerpo si no es a partir de otro. Cada niña/o vive y opera en todos los momentos de su vida con los instrumentos perceptivos, motores, emocionales, afectivos y cognitivos que ya posee desde su nacimiento. Hablar de actividad autónoma es reconocer que cada niña/o es sujeto de acción y no sólo de reacción desde la más temprana edad. Acción que implica operación sobre el medio externo y transformación recíproca entre sujetos y su medio.
Un espacio ambientado, donde niños y niñas pueden explorar y vivir su expresividad motriz. Un momento para crear, relacionarse,descubrir, crecer y aprender.
Se torna necesario realizar actividades que se basen en el manejo de las emociones y donde el niño/a tenga la capacidad de expresarse y demostrar lo que siente de diferentes maneras. Es aquí donde se ve la necesidad de intervenir por medio de los Lenguajes Expresivos como las actividades de Psicomotricidad. De esta manera buscamos utilizar la estrategia Lenguajes Expresivos como herramienta para el desarrollo de la dimensión comunicativa y personal social, para que sean personas expresivas, comunicativas y se desenvuelvan con facilidad en su entorno.